Antes de la guerra Aguilar prácticamente nunca apareció en la prensa comarcal. Como datos de interés económico, el pueblo contaba con la fábrica de tejidos “Sociedad Hijos de Francisco Comellas”, fundada en 1919 y de la estación de tren, inaugurada en 1913. La estación daría origen a un barrio nuevo, en donde se asentarían algunas familias forasteras. En este barrio tomaría sede una sociedad cultural llamada La Flor de Maig. En ese local, también conocido como Cal Ferrer Nou, se instalaría una escuela durante la República, dirigida por Jaume Quadrat, maestro de izquierdas.[1]

En el verano de 1934, apareció en Solidaridad Obrera un brevísimo artículo que mencionaba una manifestación de unos 200 rabassaires armados con garrotes contra los que se envió una sección de la guardia de asalto[2]. Es poca la información, pero da a entender que existía un problema bastante serio en el campo, similar al de otras poblaciones, como veremos más adelante. Más concretamente, se trataba de un aparcero arrendatario que le quería dar al amo de la tierra solamente la octava parte de la cosecha, mientras que lo habitual era la cuarta parte. Como no se entendieron el amo se quedó con toda la cosecha. Así que el aparcero, de nombre Jan, pidió ayuda a Unió de Rabassaires y llegaron cientos de personas de las poblaciones de alrededor.[3]

En la Revolución de 1934, tuvo que haber alguna implicación de rabassaires del pueblo, puesto que entre los presos de aquella insurrección figura un tal Bernard Hollentlinder Moff. Desconocemos todo de él y sus apellidos resultan sorprendentes.  

El problema de la tierra en Catalunya

Para poner en situación sobre la cuestión rabassaire en Catalunya, vital en muchos pueblos agrícolas, aprovecharemos lo que acabamos de comentar del conflicto para poner luz sobre el problema agrario.

La estructura de la tierra en el Bages estaba dominada por grandes propietarios. Había, también, numerosos pequeños propietarios que no podían vivir de su producción y tenían que emplearse en otros trabajos. Además, existía un proletariado campesino que no disponía de tierras y tenía que establecer contratos de arriendo, de aparcería o, si tenía suerte, de masovería. Estos contratos estaban sujetos a los intereses de los grandes tenedores de la tierra. Por ejemplo, en la viña se establecía que para pagar el arriendo del trozo de viña que le hubiera tocado al payés, éste le cedía la cuarta parte (o en algunos casos la mitad) de la producción de uva.

Dentro de estos tipos de contratos, destacaba el de la rabassa morta, que implicaba que el contrato duraba mientras vivieran los dos tercios de las cepas de viña. En 1889 se decidió que la duración de este contrato sería de 50 años. Sin embargo, la enfermedad de las viñas por la filoxera de la década de 1890 liquidó buena parte de aquellos viñedos. Fueron sustituidos por otras cepas más resistentes a la plaga, pero que duraban menos años. Así que los contratos se ponían en negociación cada pocos años, elevándose la tensión social en los tiempos de crisis.

En 1923 se creó la Unió de Rabassaires, agrupación formada a partir de campesinos relacionados con la viña, aunque pronto se extendió más allá de aquel sector a otras faenas del campo. Entre sus peticiones estaba que los contratos fuesen a perpetuidad, que se les indemnizara las mejoras que habían aplicado en los campos recibidos, no pagar en caso de pérdida de cosecha por el clima o que el Estado expropiase la tierra que no se ponía en arriendo.[4]

Durante la República Unió de Rabassaires comenzó en la órbita de Esquerra Republicana. Sin embargo, esta relación se fue agrietando cuando los rabassaires constataron la futilidad de las vías legales según pasaban los años. Otro factor fue que su presidente a partir de 1932 fue el socialista Josep Calvet, así como el hecho de que la Consejería de Agricultura de la Generalitat pasase en 1934 a manos de Joan Comorera, líder de la USC. Comorera fue el responsable de la aprobación de la Ley de Contratos de Cultivo,[5] votada el 21 de marzo de 1934. Los diputados de la Lliga Regionalista, defendiendo los intereses de los grandes propietarios abandonaron el Parlament de Catalunya antes de la votación, declarando su invalidez[6].

La Ley garantizaba que los rabassaires podrían explotar la tierra por un mínimo de seis años y tener la propiedad de las parcelas trabajadas si las trabajaban (o ya las habían trabajado) sin interrupciones durante dieciocho años o más. La Ley fue inmediatamente denunciada en Madrid por la Lliga y el Institut Agrícola Català de Sant Isidre – entidad de los grandes propietarios o “sindicato de los agricultores ricos” – y el Tribunal de Garantías Constitucionales les dio la razón, anulando la ley el 8 de junio. La Generalitat respondió aprobando otra ley casi idéntica unos días después.

Por tanto, a partir de ese momento se desató una batalla a nivel local entre propietarios y rabassaires, que llenaron los juzgados de alegaciones y demandas. Los rabassaires interpusieron unas 30.000 demandas, de los cuales 3.000 eran de la comarca del Bages.

La Revolución de Octubre en Catalunya se explica en buena medida por este factor del campo catalán y también por la amenaza a la soberanía de la Generalitat de Catalunya, representada por la actuación del Tribunal de Garantías. Tras la represión de esta revuelta de 1934, se tramitaron casi 3.000 desahucios de aparceros y rabassaires. Así que el campo catalán en 1936 era un hervidero de odios entrecruzados.

La guerra civil en Aguilar

La llegada de la revolución social a Aguilar vino de la mano de un grupo de obreros que por aquel entonces trabajaban en la construcción de la carretera. Fue este grupo quien incendió la iglesia local. También ardió la iglesia del barrio de Castellar y otras capillas del municipio. En este caso se acusaba de acompañar a los incendiarios a un vecino del municipio Alfonso Roig Soler, habitante de la casa “Gep Gran”.

En aquellos días se conformó un comité local, como en todos los pueblos. Se ignora su composición, aunque los más probable sea que predominase el componente rabassaire, dada la sociología de la población, quizás acompañados de los ferroviarios, dado su predominio en el barrio de La Estación. A grandes rasgos, se destaca la moderación del comité, ya que nunca detuvo a ningún vecino. En noviembre de 1936 se da cuenta de ocho expropiaciones.[7] Entre ellas están las tres casas rectorales de los tres núcleos de población que componían el municipio. Estas casas fueron destinadas a servicios para el pueblo. Las otras cinco expropiaciones eran tierras de cultivo y fueron arrendadas a pequeños agricultores.

En 1937, Demetrio Bavón Rodríguez, secretario del Sindicato Único de Trabajadores de Aguilar de Segarra, de la CNT, regulaba la situación del local del sindicato, situado en la calle Estación, 2.[8] Hasta entonces el sindicato se había reunido en un local de un afiliado. El local incautado era una barbería propiedad de un derechista llamado Vendrell. El local fue incautado el 1 de agosto de 1936. A esto se le sumó la expropiación de una casa de la calle Estación, 5, que había sido un local frecuentado por los reaccionarios del pueblo y que fue destinado a ateneo cultural.

En el capítulo de víctimas, la Causa General relata el asesinato del comerciante derechista Esteve Pons Piqué, el 27 de octubre de 1936. En declaración a la Guardia Civil, ya en época franquista, su esposa Maria Font Puig relataba que fue sacado de su domicilio por milicianos de Manresa. Su cuerpo apareció acribillado a balazos en la carretera, entre Camps y Fonollosa.

Como en todos los pueblos, la afiliación a los sindicatos se disparó. En una población de 768 habitantes en abril de 1936, la UGT – antes de la guerra inexistente – llegó a contar con 49 afiliados. El sindicato se fundó el 1 de octubre de 1936. Por su parte, la CNT contaba con unos 110 afiliados, según lo que se deduce de sus cotizaciones semanales. El SUT de Aguilar de Segarra apareció bien poco en la vida orgánica de la CNT, acaso porque se perdiera la documentación. Solamente consta un representante de Aguilar, Balbino Tello, en el Pleno Regional de Campesinos del 8 de enero de 1937.

Otra fuente para conocer nombres propios es la composición del Consejo Municipal. El 19 de octubre de 1936 se conformó un consejo compuesto como sigue: Agustí Díaz Álvarez (CNT), Joan Llobet Bové (CNT), Josep Maria Arroya Martínez (CNT), Josep Torraguitart Rius (PSUC), Pere Arnau Pessarrodona (PSUC), Josep Rial Claret (PSUC), Casimir Centellas Font (ERC), Isidre Casals Ferré (ERC), Josep Boladeras Vilalta (ERC), Josep Casellas Palà (Unió de Rabassaires) y Josep Tristany Junyent (Unió de Rabassaires).[9] La CNT intentó tener cuatro consejeros, pero los demás grupos se negaron a ello.

Josep Rial (PSUC) fue votado como alcalde, aunque a los pocos días, esta decisión fue modificada a favor de Agustí Díaz, de la CNT. Y en enero, de nuevo Josep Rial volvió a ser nombrado alcalde.[10] Esto indica un enfrentamiento entre el PSUC y la CNT que duró hasta marzo del año siguiente, con denuncias a la Dirección General de la Generalitat sobre la constitución ilegal del Ayuntamiento, cuando su composición beneficiaba a la otra parte, claro está.

Entre los voluntarios para las milicias se tiene noticia de un fallecido. Se trata de Francesc Pons Riera, caído en Madrid el 20 de noviembre de 1936. Se desconoce su unidad, aunque por la fecha y el lugar, se podría tratar de la Columna Durruti o la Columna Libertad del PSUC.[11] Quizás fuese de esta segunda unidad, puesto que también se sabe que Lluís Roig, acabó en la División de Líster.

Poca participación tuvo en la guerra Aguilar. Lo que más se recuerdan son los emboscados, personas de derechas que se ocultaba en los montes o en masías apartadas, como Cal Ferrer de Castellar.

Cuando entraron las tropas franquistas en Aguilar, los republicanos ofrecieron resistencia. Habían establecido su defensa desde la colina del castillo de Castellar. Aguantaron lo que pudieron. En los combates del final de la guerra, cuando el pueblo estaba en disputa, las tropas republicanas resistieron desde el castillo de Aguilar. La lucha bélica fue cruda y dejó 52 muertos.[12]

En Aguilar de Segarra veintidós vecinos fueron detenidos tras la guerra y fueron condenados a penas de prisión a partir de juicios sumarísimos[13]. No hubo ejecuciones en este pueblo.


[1] Parcerisas i Colomer, Roser (2000). Memòries d’Aguilar de Segarra. Recull de la vida d’un poble. CEB, Manrea. p. 230

[2] Solidaridad Obrera, 17/07/1934, p. 6.

[3] Parcerisas i Colomer, Roser (2000). Op. Cit. p. 230

[4] Las peticiones se pueden consultar en Gavaldà, Antoni (2019). Cataluña. Avatares de la colectivización agraria (1936-1939). Fundación Anselmo Lorenzo. pp. 26-27

[5] Se puede ver su texto en el DOGC. Núm. 102, 12/04/1934

[6] Nònit Puig resumía esta situación de esta manera: “Anteriorment hem dit que els de Sant Isidre [es refereix a l’Institut Agrícola Català de Sant Isidre] empenyeren la Lliga a recórrer la Llei de Contractes de Conreu, votada pel Parlament de Catalunya. El Govern Samper [és Ricardo Samper, membre del Partit Republicà Radical i president del govern des del 28 d’abril de 1934] es féu seu el recurs d’inconstitucionalitat. El Tribunal de Garanties, producte de la imaginació dels Governs Azaña i socialistes, i compost per elements anticatalans i antirepublicans, per a no dir monàrquics, va dir que la Llei no era tal Llei i que el poble de Catalunya no era qui per donar-se Lleis, i que solament eren bones les Lleis que es votaven, o es podrien votar, a Madrid, i que tot allò de la sobirania del poble no era res.” Puig Vila, Nònit (1935). Capítol IV. Què és la Unió de Rabassaires?

[7] Archivo de Salamanca, CDMH, Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 167, 1, 1

[8] CDMH, Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 167, 1, 2 hasta 14

[9] CDMH, Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 308, 1, 2

[10] Se puede encontrar este legajo en Arxius En Línia, Direcció General d’Administració Local. Expedients de constitució d’ajuntaments de la comarca del Bages. ANC1-1-T-6095

[11] El Cost Humà de la Guerra Civil a Catalunya, Memorial Democràtic

[12] Parcerisas i Colomer, Roser (2000). Op. Cit. p. 239

[13] A partir de ahora en todos los pueblos, nos haremos eco del resultado de la Llista de reparación jurídica de les víctimes del franquisme. 2017. 

https://anc.gencat.cat/ca/detall/noticia/La-llista-de-reparacio-juridica-de-victimes-del-franquisme-en-dades-obertes