Este pueblo de la comarca del Bages pasó los años de la República relativamente sin sobresaltos. Se trataba de un municipio compuesto por tres núcleos de población: Camps, Fals y Fonollosa. Cada uno de ellos tenía una identidad propia bastante marcada, aunque al estar cerca, se interrelacionaban bastante.

En cuanto a la política hasta la guerra solamente existía un partido de derechas y otro de izquierdas, afectos a la Lliga Regionalista y a Esquerra Republicana, respectivamente. A nivel asociativo, además de hermandades y cofradías, solo existían sindicatos agrícolas, ya que el campo era el sector económico predominante. Los propietarios se agrupaban en el Institut Català de Sant Isidre, vinculado a la Lliga. Mientras que los rabassaires tenían sindicatos propios. En concreto, en marzo de 1934 había estallado un conflicto en la vecina Aguilar de Segarra que congregó a unos 300 rabassaires que se dirigieron a la casa del amo armados de palos y garrotes. Al parecer el origen de todo era el despido del masover Josep Boladeras por no querer votar a la Lliga en las elecciones. El juez municipal, adicto a la causa de las derechas, le dio la razón a la propietaria. Así que los rabassaires de Aguilar pidieron apoyo a sus compañeros de los municipios vecinos, que acudieron en masa [1].

En enero de 1934 ganó las elecciones municipales una coalición de izquierdas por 258 votos contra 205. Esta victoria se debió, sobre todo, a la victoria de las izquierdas en Fals, con campesinos con mayor conciencia de clase. Se proclamó Valentí Ibáñez Llobet como nuevo alcalde.

Tras los hechos de Octubre de 1934[2], el Ayuntamiento fue disuelto y se nombró a Josep Grau Iglesias como sustituto. Tras la represión de Octubre hubo diversos actos de sabotaje, como incendios contra los intereses de los propietarios. Al mismo tiempo, un destacado izquierdista como Joan Garriga Mercadal, propietario del café del Calet sufrió un incendio en su local, que fue achacado a los partidarios de las derechas. Al día siguiente se conoció que había muerto por quemaduras un hombre conocido como “Jepet”, ya que la ropa se le había impregnado con gasolina. Tras ese hecho luctuoso fue detenido Joan Garriga provocando toda clase de rumores.

En febrero de 1936, en las elecciones generales, en Fonollosa volvió a triunfar una candidatura de izquierdas por 258 contra 196 votos [3]. En abril de 1936 se hizo el censo y se contabilizaron 1.007 habitantes.

Como curiosidad los sindicatos campesinos se llamaron Sindicat Agrícola Carlos Marx de Fonollosa, Sindicat Agrícola de Fals y Sindicat Agrícola de Treballadors de la Terra de Camps. Todos ellos se agruparon bajo el paraguas de Unió de Rabassaires de Fonollosa.

Al comenzar la guerra se crearon comités en los tres núcleos de población. Todos ellos estaban conformados por militantes de ERC y de los sindicatos agrícolas ya que no había otras organizaciones. En julio y agosto ardieron las capillas e iglesias del municipio, de lo que se acusaría a los comités. Se conocen los nombres de algunos componentes a través de la Causa General: Joan Garriga Albercadal, Andreu Claret Casadesús[4], Joan Pujol Jubert, Vicenç Fábregas Puigdellívol y Josep Bascompte Prat. El presidente era Josep Torras Puigdellívol. Aunque tenemos que tomarnos siempre con precaución la Causa General.

El motivo es que la Guardia Civil y los alcaldes del primer franquismo pretendían incriminar al máximo número de ciudadanos. Tras concluir la guerra el franquismo pensaba que los “rojos” habían cometido masacres en todos los pueblos, así que querían conocer el número de muertos y sus responsables. Las autoridades franquistas pensaban que encontrarían muchos más asesinatos de los que realmente hubo.

En todo caso, el Ayuntamiento de Fonollosa se instaló en la casa rectoral .Se habilitó el café del derechista Marià Serarols[5], en el centro de la plaza, como centro de detención que utilizaban los antifascistas: el PSUC y la UGT en la planta baja y la CNT en el primer piso. Esquerra Republicana y Unió de Rabassaires tenían como sede el café Claret. En Fals, ERC requisó el local del derechista Marcel·lí Grau Biosca y el comitè se instaló en el Sindicato Agrícola. De Camps no hay información. Andreu Claret pasó a ser secretario municipal del Ayuntamiento y sus enemigos lo acusarían de ser el instigador de todos los desmanes ocurridos en el pueblo.

En este sentido, hubo diversas incautaciones de tierras, llevadas a cabo por los sindicatos agrícolas. Por ejemplo, las propiedades rústicas de Josep Casas Torrentó y Josep Grau Iglesias, así como los bosques de Antoni Valls Soldevila y del mencionado Josep Grau. Este Antoni Valls murió en 1938 a manos de la policía republicana.

Durante 1936 y 1937 resultaron asesinados Joan Subirana Casas, Lluís Subirana Viladons (hijo del anterior), Tomás Oller Pla y otros tres casos más de personas que no eran del pueblo, pero cuyos cuerpos aparecieron en el municipio. Los tres nombrados eran miembros de la CEDA. Joan Subirana había sido alcalde durante 1934 y Tomás Oller concejal. De los primeros dos asesinatos (padre e hijo) fueron acusados el alcalde de 1936, Valentí Ibáñez, Josep y Joan Font Bacardit de Fals. Pero sobre todo las culpas se dirigían al comité de Sant Joan de Vilatorrada: los hermanos Joaquín, Manuel y Francisco Díez Pérez y también Antonio Piñol y Joan Guitart de la Colonia Cortés de Callús.

Del asesinato de Tomás Oller fueron acusados Valentí Ibáñez, Josep Font Bacardit y Vicente Font Bacardit, Francisco Ibars, todos de Fonollosa y, acusados de estar presentes, pero no ser los ejecutores. Y los miembros del Comité de Sant Joan de Vilatorrada Genís Pessarrodona Daurà, Manuel Díez Pérez y sus hermanos, así como Antonio Piñol y un tal Pensoinar (ambos de Callús) [6]. Como nos podemos imaginar en ambos casos es muy difícil determinar quién fue el brazo ejecutor ya que se trataba de un grupo considerable, que presumiblemente era bastante mayor.

En el orden político, el 19 de octubre se constituyó el Consejo Municipal. Estaba compuesto por Valentí Ibáñez Llobet (ERC), Josep Torras Puigdellívol (ERC), Francesc Junyent Biosca (ERC); Josep Debant Terull (UR), Joan Espinalt Sala (UR), Joan Pujol Jubert (CNT), Agustí Armengol Mestre (CNT), Isidre Riera Grau (CNT), Avel·lí Jubert Roses (UGT), Rossend Bonvehí Llovet (UGT). Josep Font Bacardit (UR). Fue nombrado alcalde Valentí Ibáñez, que ya venía ejerciendo el cargo, y el nuevo consejero de defensa, fue Joan Pujol, de CNT [7].

Hay que añadir a esto que la Causa General sitúa a Valentí Ibáñez como miembro de la CNT, de manera que tendría una doble militancia. Y se puede intuir que la CNT local pasó de no existir el 19 de julio a un cierto dominio político a finales de año. Las dobles militancias de ciertos militantes (por ejemplo, la Causa General también añade a Andreu Claret[8]) nos permiten deducir que este reciente cenetismo provenía de los rabassaires y de ERC. De haber algo de afiliación antes de la guerra, a la CNT, ésta habría militado en Sant Joan de Vilatorrada o en Manresa.

Sin embargo, este dominio de la situación por parte de la CNT no quedó exento de contestación. En febrero de 1937 tuvo lugar un conflicto político y social que provocó gran tensión en el municipio. En Fonollosa existían muchas personas de derechas que no tenían gran simpatía por la causa de la República. Ocurría en todas partes, pero en otros lugares no osaron demostrarlo hasta el final de la guerra, o lo demostraban con deserciones, fugas a Francia y al bando Nacional o refugiándose en bosques y montañas, emboscados. El caso que nos ocupa se inició el 27 de enero, cuando el alcalde y el consejero de Defensa – recordemos, ambos eran a la vez miembros de la CNT y de ERC – denunciaron al médico Joan Maria Vilarmau como enemigo del régimen.

Cuando a alguien recibía una denuncia de este tipo, normalmente era muy mal presagio, dada la violencia de los meses anteriores. Y, por supuesto, esas personas removían cualquier contacto con tal de evitar un destino fatal.

Así pues, tras efectuar la denuncia, llegó la Guardia de Asalto al municipio y fueron a buscar al médico a su domicilio. Pero cuando llegaron a su casa allí estaban tres consejeros, uno del PSUC, otro de ERC y otro de Unió de Rabassaires. Los tres defendieron al médico y exigían su liberación inmediata, pero sus protestas fueron vanas y los guardias se lo llevaron detenido a Barcelona.

Unos días después el médico volvió a Fonollosa. Así que cuando se enteraron los consejeros que lo habían acusado, fueron a interrogarlo. Pero esta vez fueron con el instructor militar de la población, acompañados de dos milicianos. Vilarmau les presentó un documento de la Consejería de Orden Público que contenía un aval de conducta extendido por un consejero de Fonollosa. A pesar de todo, se lo llevaron detenido a dependencias municipales. Por el camino el médico y quienes lo rodeaban organizaron un escándalo que congregó mucha más gente. Esta vez la protesta aumentó de tono y además de la libertad del médico se exigía el desarme de los milicianos. Para evitar males mayores, decidieron liberar al detenido, pero ya era inútil. La muchedumbre fue al Ayuntamiento con ánimos exaltados. Salió a su paso el secretario del Ayuntamiento, Claret, que con tono áspero les recordó a los presentes que con esta actitud se estaban levantando contra la legalidad revolucionaria.

Poco después el alcalde y los consejeros de la CNT marcharon a Manresa, para consultar con la Delegación Comarcal de Seguridad. Cuando llegaron allí mismo se encontraban los consejeros favorables al médico. Después de una larga discusión, la Delegación Comarcal decidió volver a detener a Vilarmau. Así que esta vez, se reunió un grupo de milicianos de la CNT de Manresa y otro grupo de Guardias de Asalto y todos fueron al pueblo. En el documento está escrito que desarmaron a los grupos que protestaban en Fonollosa, por lo que tenemos que tomarnos todo este suceso como un motín (en potencia) contra la revolución. Durante unos días se quedó un retén de la Guardia de Asalto para evitar posibles altercados. Más tarde el médico fue sustituido por el ciudadano Enric Planell Morros hasta que llegó el médico Ramon Llatjós Planas de Manresa[9]. A los pocos días Vilarmau abandonó el pueblo y se pasó a los Nacionales alcanzando el grado de teniente médico [10].

En el siguiente pleno municipal se votó por 5 votos contra 4 (y 2 abstenciones), que el médico era un enemigo del régimen republicano. Mientras se efectuaba esta votación, delante del edificio se concentró un gran grupo de mujeres para protestar. En el documento se las llama “enemigas del régimen”. Esta situación enlaza con otras muchas manifestaciones similares, de mujeres, en toda Catalunya en aquellas mismas semanas (por ejemplo, en Manresa hubo una), que comenzaban en las colas de los colmados, hornos de pan o mercados, así como en otras manifestaciones de todo tipo (contra los refugiados, por ejemplo). En muchos casos estaban organizadas directa o indirectamente por el PSUC, que aprovechaba el descontento de una guerra que se eternizaba para atacar los logros de la revolución. Habitualmente se trataba de mujeres de derechas alentadas por alguna militante. Cierto es que en el caso de Fonollosa todo indica que el detonante fue únicamente esa detención del médico[11].

El día 6 de febrero, la UGT local alertaba a su comité central de Barcelona que la situación estaba muy tensa y que si todo seguía así habría altercados en el pueblo [12]. Para aumentar la apuesta, el día 9 de votaba cambiar la composición del Consejo Municipal. Unió de Rabassaires exigía tener tres consejerías, una por cada núcleo de población. Era la fuerza predomínate a nivel numérico, pero legalmente solo les correspondía una. Aun así, siguieron tiempo proponiendo consejeros de los demás barrios.

El consejo resultante fue: Valentí Ibáñez Llobet (ERC), Josep Torras Puigdellívol (ERC), Joaquim Torras Puigdellívol (ERC); Josep Bonvehí Giralt (ERC). Vicenç Espinalt Sala (UR), Joan Tresserres Vila (UGT), Josep Ribalta Puigdellívol (UGT). Joan Pujol Jubert (CNT), Antoni Soler Pujol (CNT) e Isidre Riera Grau (CNT) [13].

Después de lo ocurrido en febrero el pueblo ya no congregó demasiado con la causa republicana. Los bosques cercanos se llenaron poco a poco de huidos que intentaban marchar a la comarca del Solsonés, auténtico hervidero de emboscados. Tal era así que los nacionales conocían esa comarca como la “Región Blanca”. Al final de la guerra hubo algunos combates militares en el territorio cercano, quedando hoy en día algunas fosas y trincheras [14]. Los últimos acaldes fueron Josep Ribalta y Josep Bonvehí. Durante la guerra hubo mejoras palpables en la electrificación, la telefonía y los conductos de agua.

En total hubo 33 personas que pasaron por los presidios y campos de trabajo y recibieron juicios sumarísimos. Del pueblo fueron ejecutados Joan Pelfort Tomasa y Joan Espinalt Sala. Por último, cabe añadir que Ramon Calmet Moncunill murió en un campo de trabajo en Galicia.

Como resumen del período podemos ver cómo aquella CNT de Fonollosa se formó a partir de las personas partidarias de la revolución social que había en el municipio. Pero en ningún caso quería decir que la mayoría de la población tuviese estas inclinaciones. Más bien era un pueblo conservador. Esto dio alas a los partidos contrarrevolucionarios y actuaron de pantalla para defender esta parte de la población. Todo hay que decirlo, la CNT no aportó datos de afiliación del municipio, lo que puede dar a entender su escaso número, mientras que la UGT reconocía tener solo 21 afiliados[15].


[1] Quaderns de memòria histórica de Fonollosa, n. 47. p. 381-382

[2] Al parecer el 13 de octubre se reunió un gran grupo de rabassaires cortando la carretera. Según la Lliga, los rabassaires tenían una lista negra en la que se encontraban todos los nombres de los regidores de este partido, todos los propietarios, el clero y algún particular. El Pla de Bages, 13/10/1934. En días posteriores la prensa de derechas demostraba su alivio por haber abortado este movimiento en Fonollosa.

[3] Quaderns de memòria histórica de Fonollosa, n. 47. p. 378-379

[4] Es poco probable que Claret hubiese participado en el Comité de Fonollosa, puesto que encabezó el de Súria unos días, hasta que fue ingresado en el hospital aquejado de peritonitis. Claret estaba casado con una mujer de Fonollosa. Tenía una carpintería allí y otra en Sallent. Su hermano Florenci era alcalde de Súria.

[5] Nada más iniciarse la guerra se emboscó. Al entrar los Nacionales fue nombrado juez de paz, aunque pronto discreparía con ellos y pasaría a segundo plano. 

[6] Causa General, Fonollosa.

[7] CDMH, Salamanca Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , leg. 288, 3, pp. 23 a 27

[8] En su caso parece dudoso, aunque no imposible, ya que vivió en Sallent en 1934 y bien podría haber tenido contacto con el sindicato de aquella población. Indiquemos que Claret fue fundador de ERC en el pueblo.

[9] Quaderns de memòria històrica de Fonollosa, n.42. p. 350

[10] Quaderns de memòria històrica de Fonollosa, n.47. p. 394

[11] Disturbis a Fonollosa, 04/02/37 –CDMH, Salamanca, 308, 1,  pp.54 – 55

[12] CDMH, Salamanca, 308, 1, p.56

[13] CDMH, Salamanca, 288, 3, 32

[14] Guerra Civil: refugiats, emboscats i metralladores.
https://fonollosaturisme.cat/gent-histories-i-llegendes/memorial-democratic-republica-guerra-franquisme-i-democracia/guerra-civil/

[15] Oficios Varios de Fonollosa, UGT. Paletas, 3; Ferrers, 2; forners, 2; barbers, 2; peons, 8; sastre, 1; transport, 2; cadiraire, 1. Indican que se constituyó el 27 de octubre de 1936. Josep Ribalta y Guillem Dabant son el presidente y secretario respectivos. Papers recuperats del franquisme que són a l’Arxiu Comarcal del Bages.