Se trata de otro municipio rural compuesto de núcleos dispersos y por muchas masías. En tanto a núcleos, destacan Castellfollit y Maians. Para 1936 tenía 855 habitantes.

Tenía un claro predominio de la agricultura. El conflicto rabassaire de 1934 tuvo cierto impacto en aquel municipio, ya que la prensa derechista denunciaba que, durante las elecciones municipales de 1934, ante la victoria arrolladora de la candidatura de derechas, los izquierdistas rompieron las urnas de Maians, Gravalosa y Santa María [1]. Poca información más tenemos sobre esta población.  

Nada más iniciarse la guerra se conformó un Comité Antifascista en Castellfollit y otro similar en Maians. Ambos estaban compuestos por rabassaires. Entre los asesinatos de aquellos días estaba Martí Putella Pladevall, sacerdote y natural de Avinyó. Fue hallado en las proximidades de Castellbell i el Vilar y se acusaba al comité de Sallent de su ejecución (aunque se decía que fue delatado por individuos del pueblo). Otra víctima fue Josep Casals Palet. Fue detenido por tres individuos de Manresa, presumiblemente milicianos apoyados por el comité local de Castellfollit. Tras ser detenido fue trasladado a Maians, siendo entregado a su comité. Al día siguiente apareció su cadáver en la carretera. También fue asesinado Josep Gran Sardá. Estos dos últimos habían sido concejales de derechas y Casals había sido también jefe del somatén. Pero estos no fueron los únicos muertos del pueblo, puesto que el 15 de agosto aparecieron cuatro cuerpos más en Maians, Se acusó a otros comités de estas muertes, como el de Manresa y el de Sant Vicenç de Castellet. Por todos estos asesinatos fueron acusadas siete personas del pueblo al finalizar la guerra y dos fueron ejecutadas.

Así que como vemos por Castellfollit circularon diversos comités. En concreto se habla en la Causa General de los comités de Manresa, Òdena y Sant Salvador de Guardiola. A estos comités se les suponía también responsables de la quema de todas las capillas e iglesias del municipio.

Pero a decir verdad los comités de Castellfollit y Maians sí que ejercieron su «poder» sobre la población. Por ejemplo, impusieron multas a los ciudadanos de derechas por valor de 20.000 pesetas, solamente en agosto de 1936. Era un impuesto de guerra contra los simpatizantes del enemigo, que fue aplicado masivamente en todos los pueblos republicanos. De hecho, incluso estaba refrendado en el DOGC de la Generalitat.

El comité de Maians tenía su sede en la casa rectoral, mientras que el de Castellfollit en la Ermita de Nuestra Señora del Llano (del Pla). A estos lugares se llevaban las personas detenidas y se producían los interrogatorios. Los comités también proporcionaban permisos de armas y hacían acopio de ellas[2].

Se conocen algunos de sus integrantes: Josep Oliva Sitges, Albert Pons Mas, Isidre Calvet Tomasa, Jaume Figueres Serra, Josep Vallet Canyelles, Andreu Claret Claramunt, Damià Calvet Grau, Justí Tardà Tardà, Josep Casajoana Pons, Joan Cuberas Graells, Joan Junyent Canyelles, Joan Calvet Torrens, Joan Camps Font, Marcel·lí Canyelles Part y Jaume Seuba Prat.

En octubre de 1936 se constituyó el Consejo Municipal, al ser disueltos los comités. Dada la cantidad de habitantes y las organizaciones existentes, este consejo fue estuvo por seis miembros de Unió de Rabassaires: Jaume Torras, Josep Prat, Martí Masachs, Anton Vices, Justí Tará, Marcel·lí Baró; y otros cuatro de Esquerra Republicana (ERC): Joan Oliva, Salvador Grau, Anton Galí, Albert Pons e Isidre Pujol Riera, que fue nombrado alcalde. El 28 de febrero el consejo se redujo a solo tres consejeros de ERC (Isidre Pujol, alcalde, Josep Prat y Albert Pons) y 1 de UR (Jaume Torras)[3].

Como consecuencia de la guerra fueron reclutados muchos jóvenes del municipio. Y de ellos tres resultaron bajas: dos muertos, Jaume Oller Llavall y Josep Abadal Roig, y un desaparecido, Josep Masferrer Torres[4].

De este pueblo no hay mayores noticias ni de la CNT, ni del POUM, ni de la UGT o del PSUC. El predominio político era de ERC y, sobre todo, de los rabassaires.

Tras la conquista del pueblo por el bando Nacional hubo unos 32 presos que sufrieron juicios sumarísimos. De ellos, cuatro fueron ejecutados, lo que era una proporción bastante alta: Marcelino Canyelles Pons, Josep Canyelles Prat, Jaume Seuba Prat y Josep Suárez Serra. Además, también hubo dos condenados a muerte, que se pudieron salvar a cambio de largas condenas de cárcel: Damià Calvet, Josep Vallet Canyelles y Justí Tardá[5].

El único cenetista que hemos encontrado de este pueblo es Fortunato Beltrán Urroz, natural de Bolea, Huesca. Fue detenido tras la guerra por haber sido patrullero del comité. Cumplió condena en la Modelo de Barcelona y en un batallón de trabajadores en Lleida, hasta que se fugó. En 1944 volvió a ser detenido por dar cobijo en su casa a unos guerrilleros.


[1] El Pla de Bages, 15/01/1934, p 6

[2] Todo este relato se compone de la lectura de la Causa General, Castellfollit del Boix. CDMH, Salamanca.

[3] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo, 288, 2

[4] El Cost Humà de la Guerra Civil a Catalunya.

[5] Llista de reparación jurídica de víctimes del franquisme.