Listado de milicianos que partieron voluntarios para el frente. Fondo de la Falange, 1939. AMSFB

Sant Fruitós de Bages fue una población principalmente agrícola hasta finales del siglo XIX. En aquellos años se instalaron las fábricas textiles del Pont Vell (llamada después Can Vives), o la de Sant Benet (más dependiente de Navarcles, aunque situada dentro del municipio de Sant Fruitós). También se estableció, a comienzos del siglo XX, una fábrica dependiente de la potente industria Bertrand i Serra, con presencia en diversos municipios del territorio. Podemos considerar que esta fue la época en la que apareció en escena, en Sant Fruitós, ese nuevo actor social que fue el movimiento obrero. En el semanario anarquista La Tramuntana aparecen algunos artículos sobre este municipio. Por tanto, vemos que el obrerismo se iba ideologizando.

Aun así, la entidad que vehiculó toda la vida política de izquierdas fue la Cooperativa Agrícola, también llamada La Agrícola. Fue fundada en 1893, con una orientación de sindicato agrícola conjuntada con una cooperativa de consumo para las personas asociadas y los trabajadores del campo que hacían uso de sus servicios. En su local social contaba con un café y un salón de baile.

La Cooperativa tuvo gran impacto en la vida política local durante la Segunda República. En las elecciones del 12 de abril de 1931 nada menos que cuatro socios de La Agrícola iban en la Candidatura de la Izquierda (que pronto formaría parte de Esquerra Republicana, aunque aún no se había adherido): el alcalde Isidre Biosca Carol, el primer teniente de alcalde, Enric Galobart Figueras, el segundo, Ricard Mensa Solé y el síndico, Joan Vila Fernández[1]. El nuevo alcalde, Biosca, se dedicó a mejorar el suministro de agua potable.

En 1934 la Cooperativa adquirió un edificio situado en la Carretera de Vic, 30, que es el emplazamiento actual. Este local era más grande y disponía de un café con terraza, una sala de baile, un teatro-cine donde se proyectaban películas y una radio. Hacia 1933 tenía 60 socios. En 1936 se adquirió un horno de pan, que se instaló en sus locales.

Pero volvamos atrás, a 1931. En aquellos momentos existía una gran efervescencia social en todas partes y Sant Fruitós no fue menos. El 31 de mayo se celebró un mitin obrero en el que hizo su aparición la CNT. En aquella ocasión hablaron Joan Figueras y Pedro Cano por el Comité Intercomarcal Manresa-Berga, Badia, Amaro y Griñó por diversos sindicatos de Sant Vicenç de Castellet y Robert Pérez por Sabadell. Hicieron el mismo mitin en la vecina Navarcles.

Este fue el comienzo de la actividad de un irregular Sindicato Único de Trabajadores de Sant Fruitós. De este sindicato apenas existen reseñas. Eso sí, en julio de 1931, en un artículo escrito por Pedro Biendicho, se indica que el SUT abría su sede en casa del militante apodado Primo Marzo, en la Carretera de Vic, 95[2]. Desconocemos quien se escondía tras este nombre, que firmó diversos artículos en Solidaridad Obrera y El Trabajo.

Pedro Biendicho también escribió a finales de años un par de artículos criticando el impacto de la religión entre las mujeres del pueblo y el Pont de Cabrianes (donde había una fábrica textil) y en el que las instaba a organizarse en el sindicato para poder superar así el “atraso histórico” en el que se encontraban respecto a los hombres[3]. Por último, en otro artículo criticó que muchos afiliados no sabían en qué sindicato estaban y no se lo tomaban en serio. Sin embargo, terminaba su relato indicando que la juventud sí que estaba dando muestras de madurez[4]. Biendicho marchó meses después a Balsareny, donde desarrolló su militancia. Incluso fue alcalde de aquel pueblo en la guerra.

Sin embargo, tenemos una pista del desarrollo político de esa juventud a la que referenciaba Biendicho, gracias a que en un número de Tierra y Libertad – año y medio después – se da cuenta de la creación de un grupo anarquista de Sant Fruitós, llamado Germinal. [5]

Tenemos una pista de la actividad cultural que solían ejercer los anarquistas en otras poblaciones, al leer la comunicación hecha al Ayuntamiento para llevar a cabo la conferencia titulada “La influencia del libro en la humanidad”. La conferencia tendría lugar en agosto de 1933, en el Casino Familiar Republicano[6]. Y la comunicaba Jaume Obradors, de quien en 1936 tendremos referencias dentro de la CNT.

El sucesor del alcalde Isidre Biosca fue el también socio de La Agrícola, Ángel Tañá Sanfeliu que tomó posesión en 1933. En las elecciones municipales de enero de 1934, de nuevo la candidatura de izquierdas triunfó, de hecho, logrando una victoria abrumadora, ocupando todas las consejerías.

El pueblo se vio libre de las revueltas obreras de 1932 y 1933. Dada la ausencia de cotizaciones del SUT de Sant Fruitós es probable que éste dependiese de los sindicatos de Manresa. Y, dado que en Manresa existió un conflicto interno en los sindicatos, éste afectaría negativamente el desarrollo sindical en Sant Fruitós.

Según el recopilatorio de Andy Durgan de organismos locales afines al Bloque Obrero y Campesino, en 1933 existía un grupo de esta organización política en Sant Fruitós. Desconocemos los nombres, aunque posteriormente, en la guerra se conocerán algunos representantes del POUM como Lluís Mensa y Francesc Cortés Pascual.

Habría que esperar hasta mayo de 1936 para volver a tener noticias de la CNT local, y sería para dar cuenta de un mitin de “afirmación sindical” realizado por Fortet, Joaquín Pérez Rubio y Constantino Baches[7].

ERC disponía de un Ateneo Republicano en cuya junta figuraban Simon Alsina Subirana, Ricard Mensa Soler, Pere Pungrau Vila, Josep Farré Galobart y Plàcid Grandia Calvés[8]. El alcalde de 1936 volvió a ser Ángel Tañá, cuyo mandato duró algunos meses durante la guerra. Recordemos que después de Octubre de 1934 todos los ayuntamientos fueron puestos bajo jurisdicción militar, delegando el poder en gestoras municipales, y nombrando para ello a personas destacadas de derechas. Esta situación se normalizó en 1935 con la reinstauración de los consejos municipales tal como estaba estipulado por la ley, pero controlados por la derecha hasta las elecciones de febrero de 1936.

La guerra civil

De esta manera llegamos a los días de la guerra. En Sant Fruitós los acontecimientos políticos que golpearon toda la sociedad se siguieron desde la radio de la Cooperativa. De esta manera se generó un más que caldeado ánimo colectivo. Ese mismo día se levantaron barricadas en las entradas del pueblo y se patrullaron las calles con las pocas armas disponibles.

El día 20 se registró la casa de las Dominicas en busca de armas. Sin embargo, en los días posteriores el ambiente anticlerical predominante propició el asalto a la Iglesia y la casa rectoral quemando los objetos religiosos en plena vía pública. Esta misma operación se repitió días después registrando diversos domicilios y recogiendo todos los objetos religiosos que fueron acumulados en una plaza y quemados en una gran hoguera.

A los pocos días de iniciada la guerra se conformó el Comité Revolucionario Antifascista. La Causa General indica que fueron miembros: José Font Mas (CNT), Lluís Mensa Sallent (UGT), Víctor Coca Aguilar (UGT), Joan Barceló Alba (ERC), Hilari Moreno Villar (Unió de Rabassaires), Salvador Maronas Torres (ERC), Francesc Fábregas Fábregas (CNT). La Causa General acusa de todo tipo de cosas a estas personas – echándole a estas personas la culpa de los actos de todo el pueblo – y tres de ellas fueron ejecutadas sumariamente en el Campo de la Bota, Joan Barceló, Hilari Moreno y Francesc Fábregas.

Se les acusaba de la muerte de Juan Galcerán Vidal, contramaestre del textil, que había sido fiscal del juzgado de Navarcles. Fue encontrado su cadáver en la carretera de Calders el 24 de agosto. También de Sebastián Singla Arnau, encontrado el 10 de septiembre. Aun así, la Causa General calcula, nada menos, que en 48 los cadáveres abandonados en este municipio, que fueron achacados a otros comités.

El comité de Sant Fruitós realizó numerosos registros de domicilios de personas de derechas, requisó radios y algunos vehículos. También impuso multas – “impuesto de guerra” – en caso que estas personas de derechas fuesen propietarias. Estos ingresos, además de para sufragar la guerra, fueron invertidos, por ejemplo, en la biblioteca pública – entonces en obras – lo que fue encarecidamente agradecido por el Ayuntamiento.

Otro aspecto de la guerra en la retaguardia, fue la incautación de edificios. La recién creada UGT y el PSUC ocuparon el Centro Republicano Radical, que era el local de reunión de simpatizantes de la Lliga Regionalista y de la CEDA. El local tenía una café, una sala de baile y un teatro-cine[9]. Los líderes del PSUC eran Ángel Gironella Roca y Ramon Gascon Buj. Unió de Rabassaires, por su parte, expropió el Centre Catòlic[10], según lo expuesto por su presidente Àngel Vendrell Sanfeliu, en 1937[11]. La CNT se hizo con cal Carrió, un edificio propiedad de Maria Casajuana, en carretera de Vic, 35. Jaume Obradors Grífols y Antoni Noguera, presidente y secretario respectivamente del Sindicato de Oficios Varios de la CNT, relataban que el esposo de Casajuana había sido un reaccionario que destacó por su saña contra el movimiento obrero[12].

Las grandes fábricas también fueron colectivizadas, como la fábrica Sant Benet o la Bòvila Vives de Rajoles i Teules.  En 1937 se creó la Cooperativa de Fusters, de la madera, situada en carretera de Vic, 27. Agrupó diversos talleres como el de Isidre Quius o el de Antoni Vidal. También se creó la Unió de Paletes i Peons, agrupando el ramo de la construcción en una sola entidad.

Hasta entonces el Consejo Municipal dirigido por el republicano Ángel Tañá fue meramente de gestión, limitándose a dar lectura de los decretos de la Generalitat y a pagar facturas y buscar medios de cobro de nuevos arbitrios e impuestos. En tres meses de guerra no hubo una sola directiva de carácter político que emanase de los plenos municipales.

Así se llegó al 22 de octubre de 1936, cuando se constituyó el Consejo Municipal, que sustituía al ayuntamiento previo. En este caso se compuso por Enric Bolós Maronda (PSUC), Jaume Figueras Noguera (ERC), Joan Verdaguer Sanfeliu (ERC), Joan Gascon Buj (PSUC), Lluis Descals Rafart (UR), Josep Prat Serra (ERC), Jaume Obradors Grifols (CNT), Juan Casado Belmonte (CNT), Antoni Puig Costa (CNT), Lluís Mensa Sallent (POUM). Obtuvo la alcaldía Enric Bolós. Se deduce que hubo un trasvase de militantes de ERC hacia el PSUC, puesto que Joan Verdaguer era un dirigente de la UGT[13].

Como en otras poblaciones cercanas, la UGT experimentó un desarrollo explosivo, pasando de no existir a organizar tres sindicatos. Sin embargo, su desarrollo fue relativamente lento. Aunque existía una UGT creada a comienzos de la guerra como una estructura minúscula, el primer sindicato creado formalmente fue el de Oficios Varios, el 1 de noviembre de 1936. Era un sindicato pequeño, de 50 afiliados en septiembre de 1937, dirigido por Joan Verdager y Magí Quius Reguant. El 26 de enero, se creó el del Fabril y Textil, con 371 afiliados, con Ángel Gironella Roca de presidente. Es interesante este nombre puesto que parece ser hermano de Marcel·lí Gironella Roca, que por entonces era alcalde de la vecina Navarcles, por el PSUC. Por último, a partir de Oficios Varios se formó el Sindicato de Edificación y Construcción, el 10 de marzo de 1937. Solamente eran 15 afiliados, que era el mínimo para crear un sindicato de ramo. A mediados de 1937, la UGT totalizaba unos 461 afiliados.

Todo indica que la UGT de Sant Fruitós fue creada por militantes que se hicieron del PSUC antes que de la UGT. Es decir, que la existencia de la UGT era más cuestión política que laboral. Aun así, logró bastante éxito, puesto que organizaba cerca de la mitad de la población obrera local. Además del mencionado Gironella, nos podemos fijar en Víctor Coca. Trabajaba en las minas de Sallent, donde desde 1934 existía un núcleo comunista del PCC. Aparece nombrado en la Causa General de Santpedor como acompañante o inductor de algunos actos violentos, como si fuera residente de aquella población. Enseguida sabremos más de él. Otro militante comunista que trabajaba en la mina fue Eduard Bolós, electricista. Sus apellidos coinciden con los del alcalde del PSUC. Podemos ver un indicio de que la célula comunista de Sant Fruitós pudo haber tenido su origen en el PCC de las minas de Sallent.  

El otro gran sindicato era la CNT. Tuvo 270 afiliados. Entre sus militantes figuraban Josep Quintana Obradors, Josep Soler Pons, Esteve Riera Casandáliga, Josep Font Mas, Francesc Fábregas Freixa, Just Moreno Villar o Josep Obradors Grífols (que posiblemente procedía de Sallent). La CNT de Sant Fruitós participó en el Congreso Regional de septiembre de 1936, pero no ofreció cifra de afiliados. Tenía una sección de campesinos, que enviaron los delegados Josep Montalá y Josep Galobart al Pleno Regional de enero de 1938[14]. Además, el movimiento libertario local contaba con el grupo Germinal, antes mencionado, y una agrupación de Juventudes Libertarias.

Los libertarios controlaban consejerías clave como Economía o Trabajo, y también controlaron la consejería de Defensa y, por tanto, el aporte de milicianos hacia los frentes. A finales de 1936 se contabilizaban 5 milicianos de Sant Fruitós que habían ido a la Columna Tierra y Libertad: Josep González, Francesc Masas, Valentí Guix Estefanell, Jaume Altimiras y Nemesi Montalà[15]. Más tarde ingresaron en la columna Antoni Puig Costa y Francesc Aguilera Segura.

Otro miliciano de la población fue Víctor Coca Aguilar, que partió hacia Huesca con la Primera Centuria Roja el 31 de septiembre. Esta centuria fue un refuerzo del Batallón de Ametralladoras nº4, que había partido de Manresa el 2 de agosto. La centuria fue renombrada como 4ª Compañía de aquel batallón de Manresa.

Desde la consejería de trabajo se impulsaron diversas obras públicas, como las aceras, las escuelas o nuevos huertos. Todo ello estaba destinado a terminar con el paro forzoso en la localidad. Además, en marzo de 1937 se impulsó el proyecto de municipalización de la vivienda, cosa que pretendía también paliar el paro.

El pueblo fue renombrado a Riudor de Bages, como su rio, a fin de secularizarlo. En noviembre se hicieron algunos cambios de nombres de calles, y fue cuando en el pleno municipal surgió la propuesta de cambiar el nombre. Entonces se hizo un concurso de nombres del que se escogieron tres. Y el 11 de diciembre se hizo una asamblea popular en el Ateneo Republicano para tomar la decisión, siendo elegido Riudor de Bages. El nombre fue rubricado en el siguiente pleno municipal[16]. Ese es el nombre que aparece en el papel moneda de uso local que emitió el Ayuntamiento meses después.

Desde febrero de 1937, como mínimo, hay constancia de la preocupación por ayudar a los civiles que huían de las batallas de Madrid. Por este motivo se constituyó la consejería de asistencia social. Las preocupaciones más acuciantes fueron la de alojar a los numerosos refugiados que llegaron al pueblo. De ellos se hizo cargo la Cooperativa, aunque pagaba la manutención el Ayuntamiento. Se quedaban a dormir en el monasterio de Sant Benet. A mediados de 1937 La Agrícola abrió una Cooperativa de Forners con su propio horno de pan. También se fusionó con el Sindicato Agrícola.

En julio de 1937 también se constituyó la Junta Agrícola de la localidad. Estaba presidida por el alcalde y compuesta por un representante de Unió de Rabassaires, Joan Massana Casajoana; el Sindicato Agrícola (y la Cooperativa), Àngel Tañà Sanfeliu; el Ayuntamiento, Lluís Descals Rafart; y por Ramon Borralleras Tarté, como vocal.

En octubre 1937, el Consejo Municipal cambió de composición dado que había consejeros que llevaban meses sin aparecer y que algunos de los que solían ir acababan de ser llamados a filas. Además, el POUM fue disuelto después de los Hechos de Mayo de 1937 y su puesto estaba vacante. Sin embargo, Lluís Mensa (POUM) nunca apareció por los plenos – según se vislumbra en las actas – a pesar de ser consejero de abastos.

Así que el 8 de octubre fueron nombrados nuevos consejeros Víctor Coca Aguilar (PSUC), Antoni Puig Costa (CNT), Josep Subirana Galobart (ERC), Antoni Trilla Rosich (PSUC), Francesc Fábregas Fábregas (CNT), Josep Arissa Mir (ERC), Josep Soler Pons (CNT), Ramon Borralleras Tarté (ERC) y Miquel Riera Sanmartí (UR). Víctor Coca fue nombrado alcalde-presidente.

En la siguiente sesión municipal tuvo lugar un choque entre Fábregas de la CNT y el resto de consejeros de los demás partidos. La causa fue que pretendían alojar los refugiados en una finca llamada Claret que era propiedad de un ciudadano norteamericano. El Ayuntamiento decidió no tocar esta finca para evitarse problemas. Sin embargo, la CNT sostenía el criterio que se podía utilizar la casa del guarda, que no estaba sujeta a estos intereses.

Parece ser que el tono del debate fue bastante agresivo, puesto que en la siguiente acta consta la queja de Víctor Coca que, al entrar a trabajar en las minas de Sallent, su puesto de trabajo, fue víctima de un “atentado” – según sus palabras – al serle lanzado un objeto contundente por parte de un minero cenetista. Acusaba al consejero Fábregas de haber animado la polémica habiendo lanzado una frase difamadora en el pleno anterior. Diversos consejeros de su mismo partido y de ERC coincidieron con la opinión del alcalde, pero los consejeros cenetistas negaron que Fábregas hubiese expresado tal frase, que desconocemos. Entonces el pleno le preguntó al secretario – tomador de actas – del Ayuntamiento, que también negó haberla escuchado. No acabó contento ninguno de los bandos.

La Cooperativa sufrió un gran desarrollo, llegando a 205 socios en enero de 1937. Se habían unido la mayoría de militantes de ERC y del PSUC. Llegaron a tener tanta fuerza que en enero de 1938 al subir el precio de la carne de cerdo hubo quejas, que incluso llegaron al Consejo Municipal. Respondiendo a estas quejas la Cooperativa suspendió la matanza del cerdo de aquel año hasta que el Consejo cediese. Entonces su postura fue apoyada en los plenos por ERC y UR quedando en contra el PSUC y la CNT. En aquel momento era presidente de la Cooperativa el alcalde de 1931, Isidre Biosca.

Y este conflicto provocó la dimisión en bloque de todos los consejeros de la CNT el 12 de marzo. En la siguiente sesión el alcalde Víctor Coca traspasó la alcaldía al segundo teniente de alcalde “por motivos de trabajo”. Otro consejero comunista dimitió por motivos de salud. Así que a partir de marzo desaparecieron los grupos municipales del PSUC y de la CNT, quedando solamente los de ERC y UR. El nuevo alcalde fue Miquel Riera Sanmartí. La última sesión del ayuntamiento fue la del 4 de octubre de 1938 y éste tuvo que ser asumido por un alcalde-gestor o comisario municipal enviado por la Generalitat llamado Daniel Forns.

Con el trascurso de la guerra las cuestiones militares fueron la principal preocupación del pueblo. Se organizaron festivales y las noticias de muertos en el frente eran recibidas con sentidas muestras de duelo y con grandes homenajes. Este fue el caso de Joan Tanyà Sanfeliu, un joven miembro de la Cooperativa, caído en la Batalla del Ebro. Alrededor de 16 jóvenes murieron durante la guerra.

El franquismo restauró las propiedades confiscadas durante la guerra. Disolvió todas las entidades de izquierda, como los sindicatos o la Cooperativa, que pasó a ser Servicio Local del Auxilio Social de la Falange. Unas 53 personas fueron juzgadas sumarísimamente. De ellas, Joan Barceló Alba, Francesc Cortés Pascual (POUM-UGT), Hilario Moreno Villar, Constantí Pons Caus y Antoni Rafart Corominas fueron ejecutados. En cambio, Tomàs Benítez Navarro y Salvador Maronas Torres, que habían sido condenados a muerte, salvaron la vida gracias a un indulto.

En 1940 el pueblo tenía censadas 1.674 personas. Según el censo descendía en unos 300 habitantes respecto de 1936. Además de las personas que murieron, muchos habían ido al exilio, y otras familias abandonaron la población al ser señaladas como “rojas peligrosas”.

Conclusiones

Riudor de Bages, o Sant Fruitós, había sido un pueblo agrícola. Con la llegada de las fábricas sufrió un proceso paulatino de proletarización. Aun así, el verdadero motor político de la población fue la Cooperativa La Agrícola, que orientó el municipio hacia el republicanismo, que dominó durante la Segunda República.

Las entidades obreras apenas tuvieron fuerza hasta la Guerra Civil, momento en el que aparecieron con especial fuerza primero la CNT y después la UGT. Ambos sindicatos se repartieron el poder con la Cooperativa, que podríamos asumir que también agrupaba el espacio político de ERC y el sindical de los Rabassaires.

En el caso de la CNT, esta central se creó en 1931, pero apenas tuvo desarrollo. En su entorno se generaron algunos colectivos como el grupo anarquista Germinal, pero en resumidas cuentas no pasó de ser un movimiento secundario.

La UGT se formó a finales de 1936, viéndose muy favorecida con el aporte de la afiliación de las fábricas textiles, seguramente bien trabajadas propagandísticamente por militantes comunistas de Navarcles. Se intuye una gran dependencia de los militantes del PSUC dada la personalidad de Víctor Coca (minero en Sallent, donde existía un núcleo activo del PCC desde 1934 al que seguramente perteneció) y de Àngel Gironella (presumiblemente, hermano del alcalde de Navarcles, destacado miembro del PSUC, ya que comparten apellidos y militancias). En este caso, a diferencia de otros pueblos, no es que la Junta de la UGT pasase a conformar el PSUC local, si no que fueron militantes del PSUC – y puede que incluso politizados fuera del pueblo – quienes organizaron la UGT. No parece que el POUM tuviese fuerza real como para haber contribuido de forma decisiva a crear la UGT, aunque ayudase a ello.

Los problemas entre Víctor Coca (PSUC) y Francesc Fábregas (CNT) parecen haberse circunscrito al ámbito de lo personal más que a cuestiones políticas. En cambio, se intuye una diferencia profunda en 1938 entre la CNT y el bloque formado por la Cooperativa, el Sindicato Agrícola, Unió de Rabassaires y ERC. No hemos podido alcanzar mejor comprensión de las diferencias. Cuando dimitieron los consejeros de la CNT se encargaron de dejar claro que no había cuestiones personales de ninguna clase y que lo hacían por el tema del precio de la carne. Sin embargo, seguramente existieron otras cuestiones de fondo que no conocemos.


[1] Diversos Autors (1995). Cent anys de la Cooperativa “La Agrícola” de St. Fruitós de Bages, 1893-1993. Institut per la Promoció i la formació de Cooperatives. Generalitat de Catalunya. p. 59

[2] El Trabajo, 04/07/1931, p. 4

[3] El Trabajo, 17/10/1931, p.4

[4] El Trabajo, 21/11/1931, p.4

[5] Tierra y Libertad, 31/03/1933.

[6] 1931-1934. Comunicacions amb l’Ajuntament. Arxiu Municipal de Sant Fruitós de Bages

[7] Solidaridad Obrera, 28/05/1936

[8] Causa General, Sant Fruitós de Bages.

[9] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 167, 3, 88

[10] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 167, 3, 89

[11] Otros militantes de UR fueron Joaquim Castany Bartrons, Francesc Torrents Muntaner, Fructuós Sanfeliu Cortina, Josep Horts Rodellas, Vicenç Borralleras Tarté, Hilari Moreno Villar (ejecutado).

[12] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 167, 3, 84

[13] La Causa General establece como dirigentes de la UGT a Magí Mas Padró, Juan Gascón Buj, Ramon Gascón Buj, Pedro Alsina Tañá, Ramon Galobart Picañol (muerto en combate), Luis Mensa Sallent, Victor Coca Aguilar, Francesc Cortés Pasqual (ejecutado).

[14] CDMH, Salamanca, Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 920,1, 132

[15] 1936. Comunicacions amb l’Ajuntament. Arxiu Municipal de Sant Fruitós de Bages.

[16] Actas municipales de noviembre y diciembre de 1936. Arxiu Municipal de Sant Fruitós de Bages.