El municipio de Navarcles entró en la Revolución industrial como un importante centro de la industria de la lana. Entre esta experiencia previa y la presencia del río Llobregat, a lo largo del siglo XIX, se instalaron diversas fábricas textiles en las inmediaciones. Por ejemplo, la colonia Galobart, la fábrica del Río, la del Pont y la de Sant Benet, estas dos situadas en el término municipal de Sant Fruitós de Bages, pero nutridas con trabajadoras y trabajadores navarclinos. Estas fábricas se completaban con otras situadas en la ribera del Rio Calders, como la fábrica Cal Tàpies o el Molí d’en Serra o la cercana Colonia Jorba.

Por tanto, nos encontramos referencias de sociedades obreras de Navarcles en épocas tan tempranas del movimiento obrero, como 1871. Para entonces existía una sección de Las Tres Clases del Vapor en la localidad. Esta organización tuvo una continuidad intermitente a lo largo de los años siguientes, destacando su participación en las huelgas de 1890. En cuanto a movimiento revolucionario, se puede comprobar la presencia de anarquistas en esa misma década, puesto que se enviaron varias cartas al periódico La Tramuntana desde Navarcles. Sin embargo, esta presencia no debió de pasar de anecdótica, puesto que no hay más noticias sobre aquellos primeros simpatizantes del anarquismo.

En el Congreso de la Comedia de Madrid, de 1919, Navarcles envió una representación de su sección del Arte Fabril y Textil. De hecho, algunos sitúan en Navarcles la sede comarcal (de la comarcal del Alto Llobregat) de la industria textil, que se contabilizaba en 45.000 trabajadores afiliados a la CNT – cifra que, a todas luces, parece muy exagerada.

En 1923, por fin tenemos datos fiables sobre el movimiento obrero. El diario manresano El Trabajo, recoge que el Sindicato Único de Trabajadores de Navarcles celebró un mitin del Primero de Mayo donde recogió 172,80 pesetas para los presos de la CNT[1]. Además, resulta de interés ver que otra carta al mismo periódico sobre las condiciones del textil estaba firmada por Concepción Fornells, obrera de la fábrica de Sant Benet[2]. La carta daba muestras evidentes de su orientación anarquista.

Pero aquella organización sindical de Navarcles era precaria. El golpe de estado del general Primo de Rivera desbarató lo construido. En Manresa se produjeron dos batidas contra la Federación Local de Sindicatos que terminaron con decenas de detenidos. Algunos de ellos huyeron a los pueblos de la comarca a donde fueron perseguidos, como fue el caso de unas detenciones en Navarcles a finales de septiembre de 1923.

No fueron éstas las únicas detenciones ocurridas en aquel año. Unos meses antes, el 6 de abril, tuvo lugar el atentado del Café la Alhambra, conocido popularmente como la “Gàbia” por su enrejado. En este local los militantes Joan Figueras Rusiñol y Joan García Oliver dispararon contra un grupo de hombres que estaban sentados haciendo una partida de dominó. Estos individuos eran conocidos militantes del Sindicato Libre, algunos de los cuales con cargos orgánicos. Al producirse la detención de los autores la policía siguió tirando del hilo llegando hasta Navarcles, en donde fueron detenidos Francisco Morato, Valentín Estrada y Josefa García, que la prensa aseguraba que era la amante de uno de los anteriores, aunque esto no es incompatible en absoluto con una militancia social contrastada.

Si atamos cabos, podemos intuir una conexión entre la militancia anarquista de Navarcles con la de Manresa, y ya conocemos que la capital del Bages siempre tuvo mucho contacto con el activismo anarquista a nivel estatal. Por esto podemos entender que las detenciones que ocurrieron en septiembre tuvieran como objetivo destruir la pujante CNT navarclina de 1923.

En definitiva, hubo poca actividad vinculada con el anarquismo hasta la irrupción de la Segunda República. En aquel caso, como en otros lugares, se adueñó del pueblo un espíritu republicano, con grandes aspiraciones a cambios importantes. El alcalde que dirigió el Ayuntamiento durante los dos primeros años republicanos fue Josep Mas i Lleonart. El republicanismo gozó de gran apoyo popular. Y, por su parte, la clase obrera navarclina, comenzando por las fábricas se afilió al Sindicato Único de la CNT.

Este sindicato se presentó en sociedad con un mitin en la plaza Bertran ante una gran muchedumbre. Presentaba el acto Lluís Feliu. Los oradores fueron Joan Figueras y Pedro Cano, de Manresa, Badia y Lorenzo Griñó, de Sant Vicenç de Castellet, por el Comité Intercomarcal de la CNT, y Amorós, de Unió de Rabassaires de Castellet. Además, estaban acompañados por Robert Pérez del Sindicato Único del Arte Fabril-Textil de Sabadell. Navarcles era una parada en la gira de grandes mítines que estaba realizando la CNT con el objeto de organizar la Confederación en todos los pueblos.

Allí mismo se presentó la nueva Junta del sindicato, compuesta por: Isidre Noguera, presidente; Agustí Tillé, vicepresidente; Antoni Cesari, secretario, Joan Casajuana, vicesecretario; Joan Oliveres, tesorero; Josep Olivella, contador; Enric Mateo, Josep Soldevila, Josep Cunill, Josepa Fornells y Carme Selvas, vocales[3]

Por tanto, existía una organización anarcosindicalista en Navarcles que, sin embargo, no envió representación ni al Congreso de Madrid (junio de 1931)[4] ni al Pleno Regional de Barcelona (agosto de 1931). Por tanto, nos quedamos sin conocer la fuerza que alcanzó el SUT de Navarcles en aquel verano, que fue un período muy álgido para toda la CNT.

El 24 de octubre, la CNT volvió a organizar otro mitin importante, contando con la presencia de Astany, Rosario Dolcet y Manuel Pérez[5]. En el semanario El Trabajo publicaron artículos Josep Olivellas y Mauricio Mañosas, describiendo las características de la sociedad navarclina. Sobre todo, criticaban la influencia de la religión, el desapego de la juventud que prefería el deporte a la cultura o la creencia popular que la CNT era parecida a una cooperativa en la que algunos de sus miembros cobraban por defender a los trabajadores.

A pesar de todos estos reparos, el 20 de enero de 1932 un nutrido grupo de militantes ocupó el Ayuntamiento y plantó la bandera rojinegra en el balcón, proclamando desde allí el comunismo libertario. Al parecer la bandera fue colocada por las dos mujeres de la Junta, Pepita Fornells y Carme Selvas. Pero cuando llegó la Guardia de Asalto al pueblo, recuperó el control del Ayuntamiento sin problemas, y detuvo a Josep Soldevila, Enric Mateu, Josep Cunill, Antoni Cesari y Josep Olivella que fueron enviados a la cárcel de Manresa.

El sindicato quedó clausurado inmediatamente y no pudo reabrir sus puertas hasta julio de 1932[6]. El SUT enseguida entró en conflicto con el recién organizado Sindicato Local de Trabajadores, al que acusaban abiertamente de estar al servicio de los patrones[7]. Este sindicato estaba adscrito a una federación de sindicatos de derechas llamada La Victoria (conocido popularmente como La Garrafa), con presencia en algunas poblaciones cercanas como Puig-reig. El SUT contratacó celebrando un mitin el 27 de noviembre, con Tomás Cano Ruiz, Paquita Gall y Jaume R. Magriñá.

El movimiento libertario de Navarcles se abstuvo de participar en la Insurrección del 8 de enero de 1933. Por ello, quizás, pudo acudir al Pleno Regional de Barcelona, celebrado en marzo de 1933. Navarcles envió un delegado que representaba a 230 afiliados[8]. Por aquella época se anunció en Tierra y Libertad la existencia del grupo de afinidad anarquista Ideal Anárquico, adscrito a la FAI[9]. A finales de año, la organización confederal celebró un mitin pro-amnistía pidiendo la liberación de los presos gubernativos. Esta vez hablaron Severino Campos, J. Estany, Magriñá y Ricardo Sanz[10]. Pero ese acto levantó sospechas entre las autoridades. El 15 de noviembre la Guardia Civil, acompañada del somatén registró los domicilios de Ramon Forcat, Joan Camps y Angelina Gilabert, llevándose detenidos momentáneamente a los dos primeros[11].

De manera que a partir de entonces el Sindicato estuvo en el punto de mira de la represión y se vio impedido de realizar su actividad habitual, teniéndose que dedicar a las cuestiones anti-represivas y a intentar revertir la mala fama que todos los registros y clausuras le daban a ojos de la población obrera. Por ejemplo, en julio de 1934 se produjo un registro del local del Sindicato, quedando detenidos los dos militantes que allí se encontraban[12]. Y un mes después, durante las fiestas del pueblo, una pequeña nota en Solidaridad Obrera indica que el sindicato volvía a estar clausurado por las autoridades[13]. Aun así, la Confederación se las había arreglado para recaudar un dinero para los presos de Terrassa, condenados a muerte. El SUT entendía una auténtica contradicción y una provocación que el Ayuntamiento les clausurase el local mientras Esquerra Republicana le rendía homenaje a Ferrer i Guàrdia. Unos días después volvían a informar en la Soli que el SUT estaba envuelto de rumores malintencionados para debilitarlo. Esos rumores se dirigían contra la Junta[14]. Sea como fuere, la represión de los Hechos de Octubre desbarató cualquier posibilidad de una vida normalizada para el SUT.

Y, por cierto, que de aquellos días apenas hay noticia alguna de sucesos relacionados con Navarcles. Lo poco que se conoce es que el Consistorio fue depuesto por las autoridades militares, dueñas del pueblo. A partir de ese momento el nuevo alcalde fue Josep Ambrós Mas, que tuvo que sustituir a Bartomeu Vilardell Mas, votado en las elecciones de enero de 1934 en la que se presentaba como líder local de la Candidatura de Izquierdas.

Tras las elecciones de febrero de 1936, ganadas abrumadoramente en el pueblo por la coalición de izquierdas[15], éstas volvieron a recuperar el poder. Según el censo, Navarcles tenía una población de 2.316 personas. En Navarcles recuperó la alcaldía Bartomeu Vilardell.

La CNT apenas se había recuperado, contabilizando solo 56 cotizantes en el Congreso de Zaragoza, en mayo de 1936. Se presentaron también en el Pleno Regional de Catalunya de Sindicatos Fabriles y Textiles de la CNT. No obstante, para entonces se acababa de formar la UGT local, fundada en mayo, con gran predominio en el sector textil. Fue admitida en la Regional catalana de la UGT el 2 de julio.

El SUT realizó dos mítines, uno orientado para reorganizar el Sindicato, celebrado el 31 de marzo, con presencia de M. Malsand, Carlos Pradas y Jacint Borràs, y el otro de Antonio Ortiz y Ricardo Sanz, de carácter más ideológico, celebrado el 17 de julio. Dada su cercanía con la fecha de inicio de la guerra, y dado que ambos oradores eran también militantes del grupo Nosotros, grupo que dirigió la insurrección obrera de Barcelona el día 19 de Julio, es bastante plausible que aprovechasen la ocasión para animar un grupo local de defensa para combatir el inminente levantamiento fascista.

La guerra

Decíamos lo del grupo de defensa, afín a la CNT-FAI, puesto que nada más iniciarse la guerra uno de los grupos más activos de milicianos de la comarca fue el de Navarcles. Estaba conformado por obreros de la construcción como Ramon Forcat Mir, Josep Olivella Soler, Josep Giralt o Enric Mateu Gros, entre otros. A estos, y a varias personas más relacionadas con el Comité Revolucionario Antifascista, se les acusaba del saqueo de la Iglesia parroquial y del Convento de las Dominicas. De hecho, el Comité se instaló en la Iglesia.

Se desconoce la composición del Comité, pero la Causa General establece una lista en la que encontramos a los cenetistas Ramon Forcat Mir, Enric Mateu Gros, Josep Giralt Corominas, Claudi Llovet Torras, Josep Capdevila Comerman y Josep Olivella Soler. Por la UGT estaba Marcel·lí Gironella Roca, Virgili Sanz de Domingo y Josep Torras Ródenas. Además, estaba Bartomeu Vilardell representando el sector rabassaire y catalanista.

Este Comité fue acusado de diversas acciones fuera de su población como Talamanca o Monistrol de Calders. También fue acusado directamente del asesinato del alcalde nombrado tras la Revolución de Octubre, Josep Ambrós Mas. Fue torturado antes de morir, y además apareció con los testículos mutilados. Esto ocurrió en el término de Manresa el 3 de septiembre. El mismo día también fueron asesinados Josep Serarols Costa, Josep Playà Oller y Diego Camps Mujal en el término municipal de Sant Fruitós de Bages, en la carretera del Pont de Cabrianes. El primero había sido secretario del Ayuntamiento, y los dos restantes fueron regidores de la Junta Gestora que dirigió el pueblo después de Octubre de 1934. Por tanto, estamos ante asesinatos políticos. Unos días después, el 16 de septiembre, fue asesinado en la vecina Calders Jaume Casals Brucart, que fuera juez municipal de Navarcles en el período mencionado. En todos estos asesinatos aparecen, además del Comité, las figuras de Nònit Puig de Rocafort, que era jefe de patrullas de Manresa, y un tal Jaume Trullàs de Talamanca (apodado el “trenca urnes” o “rompe urnas” en la Causa General).

Estos no fueron los únicos asesinatos relacionados con el pueblo. A comienzos de la guerra habían sido asesinados Pere Poch Masfret y Lluís Poch Coma, técnico y obrero de las fábricas textiles. Ambos eran políticamente reaccionarios. El otro asesinato que queda ya no está exactamente relacionado con Navarcles, puesto que el sacerdote Josep Serra Vilajosana fue asesinado el Montcada i Reixac el 4 de diciembre.

Respecto a la vida municipal, en la primera sesión del Ayuntamiento tras la guerra, dimitieron los representantes de la derecha y también el secretario del Ayuntamiento. Entonces se propuso Bartomeu Vilardell como interino para suplir esta función. Así que el gobierno local se recompuso quedando como alcalde Josep Serra Prunés, Ramon Font Puig, como alcalde segundo, y Ignasi Verdaguer Santfeliu, como tercer teniente de alcalde.

Este consistorio aprobó el 1 de agosto las incautaciones de edificios que ya habían tenido lugar en la práctica: la Iglesia y la casa rectoral, que fueron para el Comité, y el Convento de monjas para uso escolar. Además, incautaron las fincas de diversos propietarios que se habían ausentado del municipio: Valentí Cura (casa Cura), Feliu Badaló, Miquel Vila, Anicet Bajona, Valentí Casanovas, Anton Plans e Ignasi Altimiras. Con las tierras incautadas se constituyó una colectividad agrícola, presumiblemente mixta, de CNT-UGT[16]. Otras medidas estaban relacionadas con la traída de aguas y con los salarios de los funcionarios municipales, que fueron recompensados con un aumento del 15% de su sueldo.

A comienzos de agosto salieron diversos milicianos con destino a los frentes. En Navarcles predominaron las milicias del PSUC, lo que da idea del cambio político que estaba sucediendo dentro de la izquierda. El 10 de agosto salió un grupo de ocho voluntarios para unirse a la Columna Del Barrio. Con posterioridad se fueron uniendo cuatro milicianos más, que salieron entre agosto y septiembre. A la Batalla de Mallorca fueron tres, pero repartidos en tres columnas distintas (Espartaco, Zapatero y López Tienda, las tres columnas del PSUC), entre ellos la miliciana Rosa Verdaguer Sanfeliu. Por último, se tiene el nombre de Antonio Sigans Lacorte como miliciano de la Columna Ascaso[17].

Vemos un auge del PSUC, constituido al comenzar la guerra. Se basaba en la UGT, creada en mayo. Para 1937 la UGT presentaba cifras abrumadoras, 975 afiliados en el Fabril-Textil, 99 en Oficios Varios y 68 Trabajadores de la Tierra. Un total de 1.142, que suponía casi la mitad del pueblo. Sus locales estaban en el Paseo Cervantes, 1, y en la calle Lenin, 32[18]. Virgili Sanz era el secretario general.

Como vemos, a la CNT casi no le quedaba margen para tener implantación. Quizás las cifras de la UGT estaban infladas. A pesar de todo, sabemos que la CNT tenía fuerza. Participaron en el congreso regional de sindicatos de 1937, con 210 afiliados. Ahora exploremos para ver en donde tenía implantación esta CNT.

En un listado de 100 nombres de la Fábrica Isidro Puig[19], aparecen 15 de la CNT, por lo que podremos hacer una extrapolación a toda la plantilla que ya nos daría una cifra aproximada de 60 solo en esa fábrica. También sabemos que el Sindicato de Contramaestres El Radium ingresó en la CNT. Tenía presencia en todas las fábricas. Otro dato que sí que conocemos, es que la CNT tenía 55 afiliados en el campo. Es un dato de asistentes al Pleno Regional de sindicatos campesinos de la CNT. Representando a Navarcles fueron Claudi Llovet, Jaume Tàpies y Josep Pasquets. Anunciaban su local en la Rambla Durruti, 32, que era la sede del SUT[20]. Otro indicio es el Ramo de la Construcción, que era un ámbito donde parecían predominar los cenetistas. Por último, hay otra pista, que son las fichas que realizó la Guardia Civil de 1939-1940 de ciudadanos de Navarcles[21]. Normalmente se trata de certificados de buena conducta en donde indican que eran personas apolíticas o incluso de derechas que por las circunstancias se tenían que afiliar a algún sindicato. En ese sentido destacan varios casos curiosos de personas abiertamente de derechas afiliadas a la CNT.

El movimiento comunista (Casa del Pueblo, PSUC, Juventudes o Socorro Rojo Internacional) era predominante en Navarcles. Aun así, el movimiento libertario tenía un grupo de la FAI, Ideal Anárquico, y unas Juventudes Libertarias, fundadas el 19 de octubre de 1936, con 30 miembros[22]. Respecto a la Junta de las JJLL sabemos que Josep Llobet era secretario; Jaume Puigdellívol, vicesecretario; Jaume Pujol, tesorero; Josep Toscas, contador; y Maria Camps, bibliotecaria[23]. Otro nombre que aparece ligado a las Juventudes es el de Frederic Brunet Casals, que moriría en la Batalla de Teruel.

El 18 de octubre se constituyó el Consejo Municipal. Fue elegido alcalde Marcel·lí Gironella Roca, del PSUC. Además, estaba su compañero de partido Virgili Sanz Domingo. Por la CNT estaban Ramon Forcat Mir, Claudi Llovet Torras y Josep Giralt Corominas. El Consejo se completaba con Joan Aguilar Suades, que representaba a los rabassaires. Quedaron vacantes los puestos correspondientes al POUM, a ACR y a Esquerra Republicana, que no existían en el pueblo.

Como vemos, llama mucho la atención que ERC no se hubiese fundado aún en el pueblo, dado que la Candidatura de Izquierdas había ganado las elecciones en enero de 1934 y en febrero de 1936. Sin embargo, parece haber sido una candidatura compuesta por una suma de personalidades, más que una entidad sólida. El PSUC realizó una queja formal diciendo que solo tenían dos consejeros, a pesar de su mayoría “avasalladora” respecto a la CNT, que tenía tres[24].

El Consejo Municipal realizó un cambio de nombres de las calles a propuesta de las distintas fuerzas: de la Rambla a Bonaventura Durruti, de L’Atmeller a Carles Marx, de L’Otget a Bakunine, de Verger a Lluís de Sirval, de la Baixada de les Fonts a Eliseo Reclús, de la Baixada de la Riera a Lluïsa Michel, de Prat de la Riba a Lenin y de Dr. Robert a Kropotkine[25].

Además, la CNT y la UGT se incautaron de los coches que existían en el pueblo y constituyeron diversas colectividades. En primer lugar, en todas las fábricas, como la Sant Benet o la Isidre Puig, que eran las más grandes. La empresa Transports Vda. S. Descals fue puesta bajo control obrero. Se abrió una cooperativa de consumo, llamada La Económica. Y destacan tres ramos colectivizados: la industria panadera, la Socialización de Paletas y Manobras y la Cooperativa del Ramo de la Madera[26]. La otra colectividad fue de los campos, antes mencionada.

Respecto al funcionamiento de las fábricas, se cuenta el caso de Camilo Franquesa, que era director de la fábrica Isidro Puig. A los 15 días de la guerra apareció un coche con cuatro milicianos de Sallent que vinieron a buscarlo. Sin embargo, fue defendido por las obreras y obreros de su fábrica y los milicianos marcharon. Franquesa, en 1935, había sido miembro de Acción Ciudadana y, antes, del somatén y profesaba ideas reaccionarias. Era partidario del bando Nacional. A pesar de ello, y dando muestras de esta mezcla de inocencia y falta de preparación técnica que ocurría en muchas fábricas republicanas, fue nombrado miembro del Comité de Empresa por la UGT. Al principio este puesto se lo habían ofrecido al patrón, Delmir Caralt Puig, pero él se negó a aceptarlo y propuso a Franquesa[27]

Con casos así, se puede explicar el bloqueo productivo y la ineficacia de muchas fábricas colectivizadas, que fueron boicoteadas por personal de derechas que había sido colocado en puestos de poder por una plantilla desempoderada, que daba muestras de poca politización, y que se veía superada por los acontecimientos y que además pecaba de buena fe, pretendiendo así protegerlos antes los peligrosos milicianos de retaguardia y la posterior policía política, el SIM.

Esquerra Republicana se fundó en julio de 1937. Conocemos su primera junta: Antonio Coca, presidente; Pere Baró, vicepresidente; Fidel Vila, tesorero; Riquildo Suades, secretario; vocales: Francesc Serra, Venanci Plas y Ramon Vila[28]. A pesar de esto, ERC no fue admitida en el Consejo Municipal hasta octubre de 1937. Por ello seguía en vigor el gobierno sindical CNT-UGT-UR[29]. El 19 de octubre dimitió todo el consistorio y fueron sustituidos por: Ramon Forcat, Joan Guitart y Enric Mateu, por CNT; Joan Oliveras Ramon, Albert Morató Fraga y Francesc Garras Valverde, PSUC; Ramon Font Puig, Antoni Coca Aguilar y Pere Baró Suades, ERC; y Joaquim Capdevila Pla, Unió de Rabassaires. Votaron como alcalde a Ramon Forcat, que duró hasta el final de la guerra.

Como dato indicativo curioso, cabe mencionar que las actas del Ayuntamiento eran escritas en catalán, como en todos los pueblos de Catalunya, pero a partir de julio de 1938, aparecen en castellano. También hay que mencionar que a mediados de año comenzó a haber un baile de sustituciones dado que cada vez más hombres eran llamados a filas[30]. No podemos trazar los cambios políticos de cada persona representativa de aquellas fuerzas navarclinas, pero sí conocemos que Albert Morató e Ignasi Verdaguer, consejeros del PSUC, provenían de la Candidatura de Izquierdas de 1936.

Una de las preocupaciones más importantes de 1938 era la de alojar a los refugiados. Casi en cada pleno del Ayuntamiento se mencionaba el asunto. A mediados de 1938 eran 260 personas, muchas de Madrid y del norte. Algún consejero llegó a expresar su preocupación “porque los refugiados [se refiere a los adolescentes] crecen sin amor al trabajo” al vivir mantenidos.

Otra causa de preocupación eran los desertores y emboscados. Se sabía que había diversos escondrijos en las montañas, pero apenas se hacía nada. Incluso aquellos emboscados tenían la complicidad de personas de izquierdas navarclinas, como Isidro Noguera Sisteró de la CNT o Patricio Serra Salvadó de la UGT. Diversos miembros de ambas centrales sindicales acogieron miembros de derechas en sus domicilios.

Respecto al conflicto bélico, once jóvenes del pueblo resultaron muertos en acciones de guerra. Y además otros nueve constan como desaparecidos. La mayoría cayó en los frentes de Aragón en 1937.

Tras la entrada de las tropas nacionales se nombró una Junta Gestora, dirigida por Josep Monrós Tragant, que fue nombrado alcalde. Enseguida se marcharon del pueblo al menos 300 personas, como se puede comprobar en el censo de 1940. En aquellas primeras semanas se produjeron dos asesinatos, el de Lídia Garsaball Valdovinos, asesinada en Manresa el 27 de enero de 1939, y Valentí Sallés Aguilar, asesinado el 27 de febrero. Otros asesinatos fueron el de Marcel·lí Playà Bacàs, Josep Altimires Creus, Pere Baró Suades, que durante unos días de 1939 fue alcalde accidental y Plácido Tatger Roset. Más represalias: en la fábrica Isidro Puig fueron despedidos en octubre de 1939 24 trabajadoras y trabajadores per desafección hacia el Régimen. También fue disuelta la Cooperativa La Económica.

Pero además 72 navarclinos fueron juzgados sumarísimamente. Algunos fueron deportados. De ellos, tres fueron ejecutados, Bernardino Bartolomé Justo (CNT), Francisco Garras Valverde (UGT-PSUC) e Isidre Climent Buj. Jaume Orpina Soler (CNT) también había sido condenado a muerte, pero fue indultado. Los dos miembros de CNT estaban relacionados con los sucesos de Talamanca, de comienzos de la guerra, mientras que Garras lo estaba con los asesinatos de Navarcles.

Además, diversos navarclinos tuvieron la desgracia de ir a parar al Campo de Exterminio de Mauthausen: Jaume Aris Estrada, Jaume Escaler Puig, Salazar Oliveras Valls, Ramon Simon Berca, Jaume Solervicens Fontcuberta, Lluís Suñé Martí, Llorenç Vilaseca Carrió y Joan Viñas Vilanova.

Marcel·lí Gironella también fue enviado allí y sobrevivió. Perdiendo 50 kilos, eso sí. Allí también fueron enviados Anton Ambrós Galobart y Rafael Catot.

Conclusión

Haciendo un resumen de la década podemos ver cómo la CNT durante los primeros años de la República no logró arraigar entre la clase trabajadora local como en otras poblaciones. El sector del textil, que era proclive a organizarse bajo sus siglas se mantuvo bastante al margen de la CNT, e incluso se creó un sindicato de derechas. A la vez, la CNT recibió diversas formas de represión que la aislaron de esa base social que aspiraba a organizar. Ante esta realidad, aquella proclamación del comunismo libertario de enero de 1932 aparece como un acto simbólico que no reflejaba las posibilidades reales del movimiento. En mayo de 1936 aparece la UGT y tiene mucho más éxito en organizar el poderoso sector del textil local, cosa que convierte a este sindicato en mayoritario.

A partir de la UGT surgió con fuerza el PSUC, de tal manera que incluso controlaron la alcaldía. Su fuerza – o éxito organizativo – también se puede medir con el número de milicianos que pudieron organizar.

Pero que la UGT fuese muy mayoritaria esto no la hacía hegemónica a nivel político. La CNT mantuvo en todo momento gran fuerza política que se tradujo en las colectivizaciones de ramo y sector, generalmente, fueron impulsadas por el movimiento libertario. Incluso logró la alcaldía tiempo después.

Por último, en el caso de Navarcles llama la atención la ausencia de ERC durante todo un año de la guerra. Esto supone un caso único en el Bages, donde normalmente este partido tenía mucha fuerza o incluso la hegemonía política. En esta población el poder político estuvo en manos del PSUC-UGT y la CNT.

En la postguerra las izquierdas opositoras a Franco apenas tuvieron repercusión alguna en Navarcles. Sin embargo, a primeros de los años 60 un grupo de comunistas logró reconstituir el PSUC y, poco más tarde, Comisiones Obreras. Fue este el único caso de la comarca, más allá de los pueblos mineros y Manresa.


[1] El Trabajo, 17/05/1923, p.4.

[2] El Trabajo, 10/05/1923, p.4.

[3] El Dia, 1/06/1931, p. 2

[4] En aquella ocasión el SUT fue representado por el secretario del Comité Intercomarcal, Joan Figueres i Rusiñol. Martínez de Sas, María Teresa i Pagès Blanch, Pelai (2000). Diccionari biogràfic del moviment obrer als països catalans. Abadia de Montserrat

[5] Solidaridad Obrera, 24/10/1931

[6] Nos lo indica indirectamente un artículo de Mauricio Mañosas, Solidaridad Obrera, 10/07/1932, p. 6

[7] Firmado por Federico Brunet, El Trabajo, 5/11/1932, p. 4

[8] Era Gabriel Piedra, quien, sin embargo, estaba relacionado con los sindicatos de Cardona y Manresa, más que con Navarcles. Se ignora su vinculación con esta localidad.

[9] Tierra y Libertad, 28/04/1933

[10] Solidaridad Obrera, 04/10/1933

[11] Solidaridad Obrera, 1/12/1933, p. 3

[12] Solidaridad Obrera, 17/07/1933, p. 4

[13] Solidaridad Obrera, 26/08/1933, p. 4

[14] Solidaridad Obrera, 16/09/1933, p. 4

[15] El resultado fue: Esquerres 756 votos, Dretes: 265. Vemos como la izquierda triplicó a la derecha.

[16] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 167, 3, 5 (2)

[17] Berger, Gonzalo. Apèndix. Les Milícies Antifeixistes de Catalunya. 21 de Juliol – 31 de Desembre de 1936 (Tesina). Universitat de Barcelona.

[18] Son tres fichas diferentes. Papers recuperats del franquisme que són a l’Arxiu Comarcal del Bages. Carpeta Sindicats.

[19] Se trata de la fábrica de Sant Benet. CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 1479, 1, 271-274

[20] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 920, 1, 229-230.

[21] 1940. Arxiu Municipal de Navarcles.

[22] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 140, 4, carp. 3, 20-21

[23] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 140, 4, carp. 3, 11

[24] Firma Joan Pelfort Carné. No indica su cargo, pero seguramente era el secretario del PSUC local. CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 288, 4, 43

[25] Acta de 08/01/1937. Arxiu Municipal de Navarcles

[26] En los papeles todos los nombres aparecen en catalán: Indústria Flequera, Socialització de Paletes i Manobres y la Cooperativa de Fusters i Ebenistes.

[27] Este relato se puede leer en las fichas de la Guardia Civil de 1939. Arxiu Municipal de Navarcles.

[28] Fichas de la Guardia Civil de 1939. Arxiu Municipal de Navarcles

[29] La CNT era partidaria de este tipo de consejos y gobiernos. Sin embargo, sabemos que se autoengañaban, puesto que es indudable que los representantes de la UGT en realidad eran representantes del PSUC y solían seguir fielmente la línea política que les marcaba su organización política.

[30] Otros consejeros fueron: PSUC: Ignasi Verdaguer, Pilar Altimiras, Lluís Pey; ERC: Pere Capdevila; UR: Anton Aguilar, Daniel Plans Fraga; CNT: Joan Guitart Vilarnau, Francesc Cervera, Fernando Bugaró, Enric Fornells Grané, Josep Rosells Oliveras, Eugeni Matamala Tatgé.