Se trata de un municipio completamente rural compuesto de diversos núcleos pequeños de población, aldeas, y de masías dispersas. En concreto los núcleos son los de Castelltallat, Coaner, Salo, Sant Mateu y Valls de Torroella, existiendo algunas aldeas más, como Mejà o Claret dels Cavallers.

Valls de Torroella constituyó un cierto problema puesto que, al ser construida la Colonia Valls a finales del siglo XIX por parte de Esteve Valls, éste lo hizo a ambos lados del río Cardener. Esto implicaba que la mayoría de los edificios fue construida dentro de los límites del municipio de Navàs. De esta manera, la segregación de Valls respecto de aquel municipio se convirtió en una reivindicación vecinal que se materializó durante la Guerra Civil, en 1937. En aquella ocasión la Generalitat aprobó su adscripción definitiva a Sant Mateu de Bages por decreto del 16 de febrero de 1938. El posterior gobierno franquista dejaría sin efecto esta medida que no se reemprendió hasta el año 2000. Hay que indicar que durante la guerra el núcleo de Palà, situado a un kilómetro de Valls, quedó del lado de Navàs.

De esta manera, en el censo de abril de 1936 se contabilizaban 1.034 habitantes en Sant Mateu, sin tener en cuenta los otros 1.000 habitantes que había entre Palà y Valls. Del resto de núcleos, conocemos que Castelltallat tenía 244 habitantes y Salo otros tantos. Cabría añadir que, durante la guerra, el 23 de enero de 1937, el municipio secularizó su nombre, pasando a Bages de’n Selves, debido a sus abundantes bosques de pinos.

La vida sociopolítica de Sant Mateu estaba ligada al bosque y al campo, y por ello también al conflicto rabassaire. La aparcería era una práctica habitual respecto a la relación de la tierra. Por ello hay que considerar su predominio político rabassaire en el municipio antes de la guerra, que compartía con las organizaciones de los propietarios, afines a las derechas, bastante fuertes aquí. El ambiente conservador estaba muy arraigado y la República apenas hizo mella en este municipio. El cultivo típico era la viña y los olivos, pero también había campos de trigo, huertos y bastante ganado, así como grandes extensiones boscosas de los que se obtenía madera y carbón vegetal. En el municipio se explotaban, además, los bosques. La excepción sería la fábrica de la Ribera de Coaner, una explotación ligada al textil, y una pequeña mina de carbón con varios pozos, llamada mina de Otgé o de Milhomes.

Si ese era el ambiente general en las aldeas de Sant Mateu, cabría hacer notar el contraste con el hecho de que la Colonia Valls siempre fue un objetivo de los sindicatos desde la entrada en funcionamiento de la fábrica, en 1903. La primera mención aparece en el año de 1923 en el semanario de la CNT de Manresa, El Trabajo. Al inicio de la República, la Confederación celebró un mitin de afirmación sindical en Valls que permitió el arraigo de una organización sindical en la fábrica Manufacturas Valls, SA. Los oradores fueron Josep Farriols y Guzmán Val, de Súria, y Fernando Trigo y Quirze Narcís Canela, de Manresa. Todos eran conocidos militantes de la CNT y de la FAI. La crónica para El Trabajo fue escrita por un militante de la colonia llamado Dionís Mateu[1]. Pocas noticias ofreció la organización de Valls más allá de una suscripción a favor de una huelga en agosto[2]. A parte de esto y de alguna referencia escrita por Aurelio Canteli de Súria sobre un cura reaccionario de la población, pero no contamos con más información. Lo más probable es que este pequeño sindicato quedase desorganizado en 1932 y los pocos militantes que hubiera se vinculasen a los Sindicatos de Oposición de la CNT, dada la paralización de la CNT en Súria a partir de 1933. Y, dado que el comunismo pro-soviético de la localidad minera logró arraigar allí hacia ese mismo año, éste logró expandirse por otros lugares vecinos en la primavera y el verano de 1936, llegando así a Valls.

Volviendo a las aldeas rurales, las elecciones municipales de 1934 hubo bastantes incidentes provocados por la rotura de las urnas electorales por parte de miembros de ERC, incidentes en los que participó el propio candidato a alcalde per ERC, Isidre Gubianes Gras. En Salo, un ataque similar dio pie a una pelea multitudinaria entre simpatizantes de las derechas y de las izquierdas que provocó seis o siete heridos[3].

Del municipio no tenemos mucha información de cómo transcurrieron los primeros meses de la guerra. Conocemos que el alcalde Francesc Planas Martí y todos los consejeros de la lista de la derecha, que gobernaban el pueblo desde 1934 tuvieron que dimitir en la sesión del 26 de julio de 1936. Fueron sustituidos por una lista íntegramente de militantes de ERC. El nuevo alcalde-presidente fue Joan Clotet Viladrich.

Se constituyeron comités antifascistas en todos los núcleos de población. Nos han llegado los nombres del Comité de Sant Mateu: Ramon Carol Santasusana, presidente, Joan Claret Sató y Josep Clotet Caella. Todos vinculados a los rabassaires y a Esquerra Republicana, que podemos considerar las únicas organizaciones existentes en el municipio.

Sin embargo, en pocas semanas se crearon tanto el PSUC como la CNT y la UGT. A nivel institucional, el 22 de octubre se constituyó el Consejo Municipal, quedando como alcalde Ramon Carol Santasusana, que se había pasado por entonces al PSUC. ERC tenía 3 consejeros: Josep Gras Gili, Josep Barcons Costa y Valentí Vilalta Planas; la CNT otros tres: Jaume Gubianas Ferran, Pere Vilademunt Prat y Joan Claret Sató; el PSUC al mencionado Carol y a Jaume Bros Puig y los rabassaires a Vicenç Planas Gall [4]. Hay que indicar que la Casa Consistorial estuvo en la casa Muntaner de Castelltallat hasta junio de 1937, momento en el que se trasladaría a la antigua rectoría de Sant Mateu.

En la Causa General también nos indican los nombres del Comité de Salo: Ramon Bartrons Codina, presidente, Josep Gangonells Querol, Joan Puig Ferrer, Josep Pessarrodona Bosch, Francesc Simó Serra y Miquel Dalmases Company. En la postguerra casi todos se intentaron disculpar diciendo que habían estado obligados por Bartrons. El comité fue conocido también como “comité de rabassaires de Mejà”, ya que todos pertenecían al Sindicato Agrícola.

Gracias a Dalmases tenemos un relato de cómo se vivió el 19 de julio en esta aldea. A él le cogió el levantamiento en la siega, en una finca de un propietario de otro municipio. La desinformación era total. Se hablaba de coches o camiones que subían por la carretera con milicianos ejecutando a todo el mundo. El miedo entre los propietarios era palpable, pero también había miedo entre la población trabajadora del campo, que no sabía qué esperar. El Comité de Salo se fundó el 26 de julio en una asamblea general a la que también asistieron los propietarios del pueblo. Como no se ofrecía nadie para presidir, asumió el cargo un vecino que procedía de Sabadell, Ramon Bartrons. Él se encargó de reunir al resto.[5] El Comité estaba planteado como un organismo de autodefensa contra las expediciones de los otros pueblos antes que para evitar cualquier episodio fascista. Podemos suponer que los comités de las aldeas más apartadas también tenían esta naturaleza.

Con relación a este comité, en la Causa General se puede leer un suceso digno de reseñar. El 1 de octubre de 1936 fue asesinado a tiros Josep Gangonells Carol, miembro de Unió de Rabassaires. La acusación de la fiscalía indica que fue muerto debido a que al regresar a la población en camión después “un robo” éste se negó a compartir su “botín” con sus compañeros. En realidad, presuntamente, fue asesinado por quedarse con dinero y objetos de los registros. Cuando iban a ejecutarlo sus compañeros, el camión volcó, y Gangonells se rompió una pierna. Por este motivo fue llevado al hospital y curado allí. Pero cuando salió del hospital, lo estaban esperando sus excompañeros, y lo mataron.[6]  Ramon Bartrons no entregaría el camión al consejo municipal hasta noviembre de 1937.

De estos hechos solamente quedó exonerado Dalmases porque aquel día no iba con sus compañeros. No cabe creer a pies juntillas lo que diga la Causa General, escrita por la gente que pretendía procesar a toda esta gente, pero todo indica que hubo una discusión y Gangonells resultó muerto a consecuencia de ello. El suceso nos recuerda al de Vilatorrada por su violenta forma de resolver sus diferencias sin contar en absoluto con las autoridades republicanas.

Otro de los comités, el de Castelltallat, al parecer estaba formado, entre otros, por Pedro Clotet, masover de cal Pons, y Ramon Carol, masover de cal Vinyes Nou, que no sabemos si se trata de la misma persona que el alcalde de Sant Mateu. El caso es que este comité se encargó de la quema de la iglesia, rodeados de un montón de gente que los animaba, así como de la imposición de multas a las personas de derechas y también de vender las campanas del pueblo para fundirlas y hacer armas.[7]

A parte de esto en el municipio no hubo víctimas mortales hasta finales de 1938, cuando fueron asesinados en el bosque, y por decapitación, Joan Viladés Portella y el sacerdote de Coaner, Ramon Guitart, derechistas del pueblo, y dos personas más de fuera. Fueron acusados diversos vecinos de Valls de Torroella, aunque también se apuntaba a la actuación de los Carabineros. Las zonas boscosas y las masías más apartadas eran lugar para los emboscados, normalmente hombres en edad militar que huían de la conscripción obligatoria. En los montes de Sant Mateu llegó a haber entre 200 y 300 emboscados, muchos de Manresa[8]. Sant Mateu era un lugar de paso en la ruta hacia Andorra que seguían quienes querían pasarse al otro bando. La memoria oral de la localidad recuerda que cuando llegaban los guardias era la propia gente del Sindicato la que avisaba a los vecinos de derechas para que se ocultaran. Muchos vecinos ocultaban personas en sus propiedades.           

De lo que sí se achaca a la acción de los comités de 1936 es de la quema de las iglesias, capillas y ermitas que tenía la población, así como de imponer multas de reparación a las personas de derechas más destacadas. No se tienen noticias de fincas incautadas, salvo cal Paradís de Salo, aunque es bastante probable que hubiera algunas más.

Como hemos dicho anteriormente, en Valls de Torroella al parecer la CNT entró en crisis en 1932-33 y ésta no se recuperó organizativamente hasta la guerra. La primera noticia que se tiene de un mitin realizado por la organización anarcosindicalista en la Colonia Valls es el 1 de noviembre de 1936. Fue presidido por Ramon Vilademunt, seguramente presidente del ya por aquel entonces activo, Sindicato Único de Oficios Varios de Valls de Torroella. Participaron como oradores Caballero, Rifá y Nati Mulet[9].

En cuanto a la vida orgánica, el SUOV de Valls de Torroella de la CNT envió una delegación al Pleno Regional de Campesinos del 7 y 8 de enero de 1938. Se conocen los nombres de los delegados: Josep Sirera y Antoni Armengod. Se indica que el secretario del sindicato era Josep Arnau[10].

Por lo que respecta a la UGT, sabemos que fue fundada en Valls el 15 de septiembre de 1936, mientras que, en Sant Mateu de Bages o Bages de’n Selves, la UGT data del 5 de enero de 1937. En septiembre de 1937 la UGT contabilizaba 315 afiliados (de los cuales 270 cotizaban) para Valls y 68 para Sant Mateu. Se conocen los nombres del presidente y el secretario de la UGT de Valls, que son respectivamente Francesc Agut y Joan Garriga.[11]

La Unió de Rabassaires fue quizás el mayor grupo organizado del municipio, excluyendo Valls. De todas formas solamente conocemos los nombres de su presidente en Salo, Antoni Santasussana Caellas, y de su padre, Josep Santasussana Simó. Este sindicato fue el que se encargó de la tala de árboles de la finca incautada de los Rovira. Ambos habían sido interventores de ERC en las elecciones anteriores a la guerra junto a Josep Puig Ferrer.

Valls también tuvo un comité revolucionario. Estuvo conformado por Josep Tristany, Lluís Montanyà, Ramon Vilademunt, Joan Claret y Francesc Agut. El comité evitó cualquier tipo de derramamiento de sangre e incluso simularon quemar los muebles de la iglesia. A las cinco o seis semanas se formó el segundo comité, que era de enlace entre las colonias de Valls y Palà, en el que participaron Joan Cervià, Ramon Vilademunt, Antonio Armengot y Prudenci Prat. Este comité hizo pagar multas a la fábrica y a distintas personalidades de derechas. Ninguno de estos comités cometió asesinatos en esta época.

De la CNT se desconocen sus datos de afiliación, pero todo indica que era una cantidad considerablemente menor a la de la UGT. El censo obrero de Valls era de unas 550 personas, por lo que podemos calcular en unas 200, las que estaban afiliadas en la central anarcosindicalista. En este caso, se sabe que Maurici Sivila era el delegado de la CNT en la fábrica de Valls, y fue presidente de la Junta del sindicato, mientras que Josep Arnau fue el secretario, como hemos visto antes.

Asimismo, se desconoce también los datos de Unió de Rabassaires, que aparece como hegemónica en el término municipal, aunque no en Valls. Existían sindicatos agrícolas en todos los núcleos de población. El censo agrícola se componía de 150 personas, entre pequeños propietarios y braceros.

En Valls de Torruella se constituyó una agrupación de Juventudes Libertarias el 19 de enero de 1938, fecha bastante tardía en comparación con otras poblaciones. Por desgracia, desconocemos los nombres de su junta[12].

En cuanto a economía, de las actas municipales se desprende que los talleres de Santiago Vives fueron colectivizados. Además, se vendió la madera de los pinos de las fincas expropiadas de la familia Rovira, de cal Paradís de Salo, a una empresa maderera colectivizada de Manresa. La primera finca era propiedad de Ramon Rovira Farrés, que huyó del pueblo para no ser localizado.

En octubre de 1937 se inauguró la escuela mixta de Castelltallat, situada en la antigua casa rectoral. En el acto participó el alcalde, Ramon Carol, y el consejero de cultura, Josep Termes, diversos cargos comarcales del PSUC como Padilla y Joan Dueso, así como Anna Espelt de ERC de Manresa[13].

Por entonces se tuvo que reconstituir el ayuntamiento por decreto de la Generalitat. En este caso, solamente hubo un cambio, con la entrada del cenetista Ángel Soler Pubill que sustituía a Vilademunt. Es bastante probable que todos los cenetistas que participaron en el Consejo Municipal fuesen de Valls de Torroella.

Uno de los temas habituales fue la segregación de la colonia Valls de Torroella, que pasó a formar parte del municipio. Otro tema recurrente era la explotación de los bosques, en la que el ayuntamiento tomó un rol directivo.

A lo largo de la guerra murieron diversos jóvenes movilizados por el Ejército republicano como Teodor Agut Pintó, Joan Barturó Muns, Àngel Borràs Clotet, Josep Figueras Duarri, Marià Selvas Comelonga, Lluís Sucarrats Xarpell y Joan Trias Puigchaulens. Este listado, del Memorial Democràtic, contrasta con la memoria oral de Sant Mateu, que indica que solamente murieron dos mozos de Cal Pla que habían ido voluntarios al frente de Teruel[14], acaso porque los demás fuesen de Valls de Torroella y aún no considerasen a aquellos habitantes como parte del pueblo.  

En 1939, aún durante la guerra, fueron asesinados por la represión franquista Jaume Claret Sató,[15] Antoni Guades Serra, Domènec Pérez Borifil, Camil Pujol Playà y Maurici Sivila Alsina[16]. Y ya en la postguerra fueron ejecutados dos habitantes de Valls de Torroella llamados Joan Cervià Bardera y Lluís Muntanyá Vilaró y, además, Josep Tristany Soler fue condenado a muerte, aunque no ejecutado. Los tres eran de la CNT. En total unas 42 personas del municipio fueron juzgados sumarísimamente y, entre ellos, una mujer llamada Consuelo Serra Solana.

En el exilio francés murió Manuel Bergés Arderiu, en diciembre de 1943. Mientras que en diciembre de 1944 un grupo de maquis que procedían de Francia camino de Barcelona fueron descubiertos mientras descansaban en una masía abandonada de Coaner. Allí pasaron 15 días, y fueron descubiertos por vecinos que lo denunciaron a las autoridades. El 10 de diciembre llegó de Suria un camión cargado de guardias civiles y excombatientes voluntarios que rodearon la casa y mataron a los nueve maquis y dos días más tarde fusilaron al otro en el cementerio de Sant Mateu [17].


[1] El Trabajo, 03/06/1931. P.4

[2] El Trabajo, 15/08/1931, p.1

[3] Resulta interesante ver la correlación de fuerzas en Salo, que en ese momento era de 130 votos a favor de la Lliga y de 32 para ERC. El Pla de Bages, 15/01/1934, p. 6

[4] Pozo González, José Antonio. El poder revolucionari a Catalunya durant els mesos de juliol a octubre de 1936. Volum III p. 121. Actas Municipales de Sant Mateu de Bages, 22/10/1936.

[5] Entrevista a Miquel Dalmases Company. L’Arada, 2013.

[6] Causa General, Sant Mateu de Bages. p49.

[7] Pujols, Dolors (coord.). Memòries de Castelltallat. Història popular de la pagesia al municipi de Sant Mateu de Bages. L’Arada, 2017. pp 219-220.

[8] Pujols, Dolors et al. (2018). Memòries del jovent d’ahir. Història popular i relats de vida al poble de Sant Mateu de Bages. L’Arada, SCCL. p. 118

[9] Solidaridad Obrera, 11/11/1936, p.8

[10] Delegados al Pleno Regional de Campesinos, 8/1/1938. CDMH – Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo  920, 1, 67.

[11] III Congreso Regional de Catalunya de la Unión General del Trabajo. Sant Mateu y Valls de Torroella. Papers recuperats del franquisme que són a l’Arxiu Comarcal del Bages. Sindicats.
El 12 de febrero tenían 301 afiliados, de los cuales 281 eran del ramo del textil. Ese documento nos dice que la UGT fue fundada el 8 de agosto.

[12] CDMH, Salamanca, Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 140, 4, carp. 2, Doc 68.

[13] Inauguració d’una escola. El Dia, 27/10/1937. P. 2

[14] Pujols, Dolors et al., 2018: p. 123

[15] Jaume Claret representaba a la CNT en el ayuntamiento.

[16] Datos de El Cost Humà de la Guerra Civil espanyola a Catalunya. Consultar Albert Fàbrega (2005) para el caso del asesinato de Claret, Pujol y Sivila, o verlo en el capítulo de Súria.

[17] Gómez, Marta; Sarri, Glòria. Nou maquis morts al Borrell de Sant Mateu de Bages. Revista Dovella, tardor 2009. <https://core.ac.uk/download/pdf/38987289.pdf>