Documento de la UGT de Suria explicando los Hechos de Mayo en el pueblo. 1937. Arxius en línia. ANC

Súria[1] es una población de aspecto medieval enclavada en el valle del río Cardener. Tras la crisis de la filoxera, de finales del siglo XIX, su economía se orientó definitivamente hacia la industria. Para entonces, en el pueblo se habían asentado diversas fábricas algodoneras como la fábrica Cal Jover, de 1872, en dirección a Cardona, la fábrica Vella, y la Nova Abadal, ambas pegadas a la población o la fábrica Giró, en el barrio meridional conocido como Fusteret. A estas fábricas se le podría añadir las de Palà y la colonia Antius, del vecino municipio de Callús a donde iban a pie no pocas trabajadoras y trabajadores de la localidad [2].

El proletariado local participó en la huelga de 1890 y también tuvieron conflictos obreros en 1899. Sin embargo, estas fábricas sufrieron un durísimo revés en 1907 debido a una riada que destrozó todo el tejido industrial de las orillas del Cardener. La fábrica de cal Beltran tuvo que cerrar y la población fue declarada zona catastrófica. Para la clase trabajadora esto fue un desastre y bastantes familias tuvieron que emigrar.

El Ayuntamiento buscó conseguir ingresos a como diera lugar, y reintrodujo los “burots” medievales. Eran unas casetas aduaneras que controlaban el comercio de los mercados. Esto generó un creciente malestar en la población que estalló el 9 de febrero de 1909. En aquella ocasión dos guardas, muy jóvenes, tuvieron una discusión con otro joven, de 21 años de edad. La discusión subió de tono y uno de los guardas disparó su arma contra el joven ocasionándole heridas mortales. Esto provocó graves incidentes en Súria y tuvo que venir la fuerza pública desde Manresa.

Para julio de aquel año, en el contexto de la huelga general, conocida como la Semana Trágica, la población obrera dejó de trabajar. Viendo el exaltado clima reinante en el pueblo, las monjas del convento abandonaron la villa.

Este proletariado, fue el que organizó el sindicato el 16 de julio de 1912. Recibió el nombre de Sindicato Obrero de Súria y su sede estaba en la calle Sant Jaume, 28 2ª. Todavía tenía características más propias de una sociedad, así como un enfoque más cultural. Y en ese mismo año se descubrió la potasa en Súria, el primer lugar de toda España. Así que la historia de la CNT local corre bastante en paralelo a la de la mina, que entró en explotación con la llegada de la empresa Solvay en 1918. En aquellos años, Súria aparece reseñada unas once veces en el semanario anarquista Tierra y Libertad, siempre relacionada con conflictos laborales o sociales.

Hacia 1916 trabajadores de diversas fábricas crearon un economato. En poco tiempo tomó el nombre de La Unión Suriense. Consiguió un permiso del Ayuntamiento para construir su establecimiento, a donde se trasladó en 1922. En 1930 cambió su nombre a Cooperativa Obrera La Unión.

Ese mismo año, 1916, se dio una importante huelga en la fábrica de Ignasi Abadal, parando sus 500 trabajadoras y trabajadores. Para 1919, la Asociación ya se había reconvertido en el Sindicato Único de Trabajadores de Súria, que participó en la primera huelga minera de la que se tiene noticia. Este conflicto tuvo lugar durante la huelga de La Canadiense[3]. El Sindicato asistió al Congreso del Teatro de la Comedia de la CNT y para entonces daba la cifra de 300 afiliados. El sindicato había participado en el movimiento huelguístico del otoño anterior y había sufrido, por ello, la represalia del lock-out patronal, que cerró las fábricas textiles.

En 1923 se publicó una noticia sobre el sindicato en El Trabajo, estaba firmada por Josep Corbella Suñé, futuro militante de renombre, relacionado con Manresa en los años 1930. Durante aquel año tras el golpe de estado de Primo de Rivera se prohibieron los sindicatos, quedando clausurada la CNT. Sin embargo, el régimen quiso probar el método corporativo italiano. En Catalunya utilizó los Sindicatos Libres, entidad reaccionaria que había jugado un papel importante en el pistolerismo de años anteriores. Sin embargo, ahora en la dictadura se había reconvertido en un sindicato. En Súria gran parte de la afiliación del Sindicato Único, en especial en el textil, pasó al Sindicato Libre[4], tal vez por sentir la necesidad de una organización, tal vez por coacciones.

Estos años son los de la puesta en marcha de la mina por parte de la empresa internacional Solvay y, por ello, de la construcción de nuevas casas para los trabajadores y otros edificios o del ferrocarril. Esto atrajo numerosa mano de obra que se integró en la vida asociativa del pueblo.

Con la dictadura, en 1924 la junta del Sindicato fue detenida e internada en la prisión de Manresa. Por tanto, la actividad cambió de rumbo. Se produjeron reuniones de grupos anarquistas en Manresa y Terrassa para formar una organización anarquista. En aquellos momentos existía un grupo anarquista de Súria formado por Josep Corbella, Manuel Pino, Enrique Flores, Torrens, Josep Farriols y otros. Eran todos mineros jóvenes. Este grupo se reunía en el mismo local en el que los demás mineros hacían vida, el café Cal Quim, en la calle Àngel Guimerà, 44. No existía un sindicato sino una especie de comité de relaciones que aunaba a gente afiliada al Sindicato Libre, a mineros y a gente sin organizar sindicalmente.

A fin de cuentas, gestos como éste no fueron necesarios, puesto que el régimen se derrumbó prácticamente solo. Aun así, la agitación obrera fue un factor para ello. En diciembre de 1929 se inició una huelga minera llamada la “huelga de las nueve semanas” [5] para reducir la jornada laboral, dejar de trabajar los domingos, aumentar el salario y poder comer al aire libre. Las condiciones en las minas de aquellos años eran penosas y dieron pie a huelgas muy duras. Sin embargo, esta huelga fracasó[6]. La situación era tan dura, que los mineros no se rindieron y un año después, en el invierno de 1930-31, repitieron la huelga. A pesar de ello, otra vez la huelga fue derrotada. Tuvo que llegar la República para que los mineros reemprendieran el conflicto, a finales de mayo, y al fin consiguiesen sus reivindicaciones. Podemos ver la actitud cerrada en banda de la administración de la mina.

Para entonces ya existía de nuevo la CNT, cuyo Sindicato Único Minero fue creado hacia el mes de noviembre de 1930[7]. En la mina existía un comité paritario entre el director de la mina Norbert Fonthier y unos sindicalistas. El recién constituido SUM pidió cautela a los mineros y recordó que la parte que firmaba en nombre de los sindicatos eran del Sindicato Libre. Más tarde, el SUM se negó a afiliar a quienes habían tenido cargos de responsabilidad en el Libre.

La República

Las elecciones del 12 de abril fueron la puntilla para el carcomido régimen monárquico. Dos días después se proclamó la República. En Súria los republicanos tomaron rápidamente el control de la situación con el apoyo de unas enfervorecidas clases populares. Se nombró alcalde a Jaume Ribera Reguant y dirigió una candidatura que pronto se unió a ERC. El 19 salió una gran concurrencia a festejar la República y la sociedad coral y la orquesta interpretaron La Marsellesa por las calles.

Los republicanos de aquel momento eran muy próximos a la CNT, que consideraban una central obrera afín. Sus cuadros obreros estaban afiliados a la central anarcosindicalista y compartían algunos espacios comunes como el Ateneo Obrero de Suria o la Cooperativa La Unión[8]. En el Ateneo abrió una escuela regentada por Josep Teixidó Ortiz[9]. Los republicanos hicieron algunos mítines y conferencias de cara a las elecciones de junio de 1931. Es interesante notar que en Súria los republicanos pidieron abiertamente la aprobación de “leyes sociales de acuerdo a las peticiones de la CNT”[10].

En cuanto a la organización anarcosindicalista, en mayo formó una junta con Miguel Bejarano Crespo de presidente; Manuel Lozano, vicepresidente; Luis Sáez García, secretario; Rafael Ontañón, vicesecretario; Juan Pérez Sánchez, tesorero; José Quintana Sáez, contador; y Antonio Martínez Varón, Eleuterio Badia y Modesto Nieto, de vocales[11]. El sindicato pronto organizó dos mítines, uno para Súria y otro para Palà de Torroella.

El 15 de mayo tuvo lugar, como se ha dicho antes, una nueva huelga minera. A pesar de que fue pacífica la prensa de fuera de la localidad exageró tremendamente los hechos e hizo pasar esta huelga como si hubiese tenido lugar una insurrección. Se dijo que llegaron dos autobuses con 25 guardias de asalto que fueron desarmados por los mineros y que gracias a ello ganaron sus objetivos[12]. Sin embargo, la prensa local afirmaba en primera página que la huelga había sido un ejemplo de civismo[13]. De hecho, refiriéndose al conflicto de Súria, Lluís Companys – por entonces Gobernador Civil de Barcelona – llegó a declarar que “los patronos de la comarca de Manresa siempre se han comportado de forma desleal”[14]. Cierto es que los patrones del textil no respetaban los acuerdos de las bases de trabajo pactados con los sindicatos, y esto fue causa de conflictos constantes durante los primeros años de la República.

A decir verdad, la huelga no fue ni una insurrección ni fue una huelga pacífica. El alcalde Ribera estuvo a punto de dimitir ante la presión de los mineros, que llegaron a amenazar a algunos regidores con incendiarles las casa.

El Sindicato Único Minero de Súria participó en el Congreso de Madrid, de junio de 1931. Delegó en José Alberola como su representante, y para entonces dio la cifra de 400 afiliados. Alberola militaba en Manresa y mantenía una postura bastante radical dentro de la CNT. Era partidario de una revolución inmediata.

En el verano la agitación minera pasó a Cardona. Mientras tanto el SUM se dedicaba a organizar mítines de afirmación sindical como el de Pellicer y Josep Xena, en julio o la conferencia de Jaume Ribas sobre las finalidades de la CNT, o la de Josep Corbella sobre sindicalismo y cooperativismo. El Sindicato celebró un gran mitin en el cine Sorisa a primeros de enero de 1932, en el preludio de la Revuelta del Alto Llobregat. En este evento participaron Manuel Pérez, Rosario Dolcet, Libertad Ródenas, Buenaventura Durruti, Arturo Parera, Jaume Ribas y Josep Corbella. Fue un gran acto de masas y se mascaba un ambiente de conflicto[15].

El Sindicato había padecido la muerte en accidente de su presidente, Fermín Godesart. Cayó al río de forma accidental en noviembre[16]. El SUM también publicó una nota en la Soli diciendo que en el pueblo había una infinidad de parados y que ya no viniese más gente buscando empleo, puesto que no lo había. En Súria y otras poblaciones había grupos de obreros que se presentaban a trabajar a ciertas empresas sin estar contratados exigiendo luego cobrar por su trabajo, cosa que evidentemente podía provocar conflictos de orden público. Con un contexto social bastante encendido, en 1931, el sindicato había crecido mucho, contando con 1.000 afiliados para enero de 1932[17]. Entonces estalló la revuelta.

La insurrección de 1932

Los pueblos mineros se sumaron en bloque a la huelga general insurreccional iniciada en Fígols. En Súria en la noche del día 20, en cuestión de pocas horas desarmaron el somatén y a los vigilantes de la mina, tomaron el polvorín de la mina y se dirigieron al Ayuntamiento y lo ocuparon colgando la bandera rojinegra en el balcón del consistorio. Desde ese balcón proclamaron el comunismo libertario. Otros grupos fueron a las fábricas a impedir que el día 21 pudiesen iniciar el trabajo.

Aquella mañana, los revolucionarios se reunieron en el Ayuntamiento con el alcalde Jaume Ribera, diversos regidores y el secretario municipal, Ramon Vers.

Los revolucionarios quemaron los archivos de la propiedad y crearon una milicia armada con los fusiles y escopetas que habían logrado reunir. El Comité Revolucionario prohibió el alcohol y el juego, y se aseguraron de que no hubiese ningún acto de pillaje. De hecho, se encontraron con que la caja del Ayuntamiento tenía 4.000 pesetas y se negaron a tocarla. Aquella misma mañana asaltaron la armería y consiguieron otras 25 armas más. Por la tarde se reunieron en la Casa de la Vila, con muchos hombres armados, en donde escucharon por radio que el Gobierno había enviado tropas a la comarca. Entonces se decidieron a organizar una milicia, que fue convocada mediante un pregón en el que se instaba a los hombres del pueblo a presentarse en el Ayuntamiento.

La revolución en la comarca duró tres días escasos y Súria cayó justo después de Manresa, el 22 de enero. A todas luces era imposible resistir al Ejército y la Guardia de Asalto y en cuanto llegaron los primeros cinco camiones a las afueras del pueblo los revolucionarios se rindieron. Les dijeron que solo se entregarían ante los soldados del ejército, que por entonces eran reclutas de leva y los anarcosindicalistas los consideraban como “hijos del pueblo”. El comandante Humberto Gil le dijo a Guzmán Val que quitase la bandera rojinegra del Ayuntamiento y repusiese la de la República y que entregasen las armas[18]. Así pues, Val, presidente del Comité, les entregó a los soldados unas 30 armas largas y unas 200 pistolas, así como gran cantidad de dinamita y asumió todas las responsabilidades de la revuelta. El día 23 se retomó el trabajo en las fábricas y en la mina.

En esos mismos momentos un grupo había ido a Cardona a avisar a sus compañeros revolucionarios. Hubo numerosas detenciones, como Climent Girona Prades (o Paredes), José Galindo Ferrer, Guzmán Val Guallart (o Ramón Val en algunas crónicas), Rufino Cantos Palacios y Manuel Cangas. Estos cinco fueron deportados en el vapor Buenos Aires. Pero finalmente, los presos gubernativos del pueblo fueron Antonio Senet Izquierdo, Fernando López Parra, Julio García Sánchez, Antonio Meca Sánchez, Francisco Ibars Bardají, Juan García Martínez, Bartolomé Hernández Sáez, José Quintana Sáez, Manuel del Canto Palacio, Belarmino Castaño, Manuel Lozano Prieto y Juan Manuel Aparicio que estuvieron en la cárcel Modelo de Barcelona hasta el 31 de marzo[19].

Aunque se no disparó ni un solo tiro, hubo un incidente al hacer bajar a los pasajeros de un autobús de la línea Manresa-Solsona. En ese lance los revolucionarios tomaron a dos monjas que viajaban en el autobús y las obligaron a arrodillarse, simulando su ejecución. Luego les obligaron a las monjas a quitarse las prendas de uso religioso entre burlas. Su humillación espantó a los demás viajeros y, más tarde sería presentado como una muestra de barbarie que descalificaba la revolución.[20]

Para el Sindicato fue un desastre, puesto que su local quedó clausurado y el apoyo a los presos se convirtió en la prioridad. Hubo diversos despidos en la mina y poco se pudo hacer por ellos. La compañía minera Solvay se aprovechaba de la situación de ilegalidad del SUM para recortar derechos y elegir a los mineros más dóciles. Hubo desahucios de familias relacionadas con los huelguistas y tuvieron que abandonar la población. Cuando volvieron de la deportación o de la cárcel, los dirigentes de la revuelta, la empresa minera se negó a readmitirlos. El Comité pro-presos Manresa-Berga les entregaba unas 60 pesetas semanales como subsidio familiar de los presos. En caso de no tener familia, eran 45.[21]

Así que la actividad libertaria derivó en cultural y asociativa. Para este fin se abrió un Ateneo de Divulgación Social en la calle Guimerà, 9. Desde allí comenzó a funcionar un grupo de juventudes que se dio a conocer en el verano de 1932[22]. Tomaron el nombre de Unión Libre. Esta agrupación organizó diversas excursiones o “jiras libertarias”, como la de Antius de aquel verano. Las jiras eran grandes concentraciones de personas que se reunían en el campo a escuchar conferencias y a compartir un día festivo. Otro aspecto fue la promoción de la educación racionalista. En septiembre hubo 39 detenidos en Terrassa porque las autoridades se pensaron que preparaban una insurrección. En realidad, estaban creando una escuela racionalista. Entre los detenidos estaban Guzmán Val y Josep Farriols de Súria.

A finales de año el SUM se quejaba que seguía clausurado y que en la mina se estaban aprovechando de ello. Aun así, organizaron un mitin en el cine Sorisa, con Jaume Ribas y P. Robert, denunciando las trabas del Ayuntamiento. Y es que, a partir de enero de 1932, los republicanos de Súria habían roto con el anarcosindicalismo y se alejaron de la CNT. En 1932 había comenzado a funcionar una célula comunista dentro de la CNT. Intentaron tomar la Junta del sindicato, pero los anarquistas les cerraron el paso. Pero hablaremos del comunismo local más adelante.

El 8 de enero de 1933 hubo una insurrección anarquista en toda España. En Súria no se sintió. Pero por lo visto hubo persecuciones contra los anarquistas, puesto que informaron que el grupo Los Sin Fronteras, que venía de los años 20, había sido sustituido por el grupo Nuevos Luchadores por causa de las persecuciones[23]. Durante aquel año se anunciaron en Tierra y Libertad, además de los mencionados, los grupos anarquistas Sol Ácrata, Los Eternos Luchadores, además del ya mencionado Unión Libre. A estos podríamos añadir La venganza de mi choza, que junto a Eternos Luchadores presentaron su adhesión al mitin de abstención electoral de Barcelona del 11 de noviembre de 1933.[24]. Eran todos grupos de la FAI, que podemos intuir como una organización muy potente.

En 1933 el SUM siguió con su local clausurado, aunque utilizase otros para reunirse. En marzo participaron en el Pleno Regional, aportando solamente 250 afiliados. A pesar de la debilidad en la que se encontraba, en esa época logró organizar una huelga en la mina. El año anterior también habían participado en el Pleno Regional de Sabadell, pero en aquella ocasión no comunicaron su cifra de afiliación debido a los problemas que padecía el Sindicato.

Siguieron organizando jiras y mítines, como el de Dionisio Eroles y Cristóbal Albadatrecu del 19 de octubre de 1933, por la amnistía de los presos sociales. Estos dos militantes estaban implicados en el Comité Revolucionario que llevó a cabo la insurrección del 8 de diciembre de aquel año, que en la localidad tampoco tuvo la mejor repercusión.

A finales de ese año se entrevistaron con el Gobernador Civil, el manresano Joan Selves i Carner, para intentar reabrir el local, pero les indicó que era el Ayuntamiento quien lo estaba impidiendo. Y al mismo tiempo el SUM advertía que el amo de la mina quería organizar un “sindicato autónomo”.  

El año 1934, la CNT seguía con sus locales cerrados. No solo eso, sino que los locales de la CNT le fueron alquilados al Centre Catalanista, enfrentando aún más ambos movimientos. A pesar de todo, organizaron nuevos mítines y jiras, como la del Primero de Mayo de 1934, en la que hablaron Santiago Fuentes y A. Gilabert.

En aquel año hubo un muerto en accidente laboral, en la mina y se proclamó una huelga inmediata. Eran los mismos días, julio, en los que se estaba desarrollando un intenso conflicto en las minas de Sallent. A los pocos días fueron detenidos dos anarquistas, Ginés González y Bernabé García, en posesión de dinamita. Este último fue deportado del pueblo.

En el preludio de la Revolución de Octubre también los anarquistas del Bages se estuvieron preparando. Existía un Comité de Defensa comarcal que se encargaba de reunir dinamita, que sacaban clandestinamente de Súria, y la ocultaban en diversos escondrijos en Manresa.

En 1934 hicieron su aparición las Juventudes Libertarias de Súria. Era la misma agrupación Unión Libre que se había integrado plenamente en las Juventudes. En el Pleno Regional de Juventudes Libertarias de Catalunya, celebrado en Les Planes, en 1935, la agrupación dijo tener 50 miembros. Entre sus componentes estaban Josep Casquell Galera, Francisco Hernández Martínez, Juan Rubio, Castro Nieto, Juan Resina o Manuel Cazorla Zamora[25].

Octubre

En las elecciones municipales de enero de 1934 la izquierda local arrasó. Según El Pla de Bages el resultado fue de 403 votos para las derechas contra 1.002 para la izquierda. La candidatura estaba liderada por la agrupación de ERC, aunque tenía el apoyo de los socialistas locales y de los Rabassaires.

La Revolución del 6 de Octubre estuvo organizada por un Comité Revolucionario conformado por el Sindicato Autónomo, el PCC, ERC, la Agrupación Socialista de Súria y Unió de Rabassaires. A nivel laboral el Sindicato Autónomo proclamó la huelga y ésta fue boicoteada por la CNT, que siguieron yendo a trabajar, aunque permaneciendo a la expectativa. Y a nivel político el Comité proclamó la República Catalana desde el balcón del Ayuntamiento. Además, repartieron algunas armas entre militantes obreros socialistas y escamots de ERC y Estat Català y realizaron algunas detenciones de reaccionarios.

Según las memorias de Ramon Vers, secretario municipal, se habían reunido delante del Ayuntamiento unas 200 personas, en su mayoría de habla castellana. Muchos se solían reunir en el Bar Catalán, como los mineros cualificados de can Solvay. Bastantes procedían del norte y estaban afiliados al PCC o a la Agrupación Socialista.[26]

Más tarde, esta gente armada bajó en coches hasta Barcelona, pero volvieron a casa en cuanto se enteraron de la rendición de la Generalitat[27]. El día 7 llegó el ejército y disolvió los grupos revolucionarios, aunque la huelga continuó hasta el día 10.

En esta ocasión hubo diversos detenidos entre los que se encontraba el alcalde, Florenci Claret Casadesús, Esteve Castaño Suárez (PSOE), Antoni Guilà Giró (ERC), Arturo Alonso Gutiérrez, Rufino Cantos Palacios, Manuel Espinosa, Armando Fanjul Forniella, José García Urpís, Pedro Herrero Ramon, Fernando Planas Vilella, Jaume Roderga Sitges y Urbano Sánchez Montero[28]. Desde luego, Octubre puso de relieve la potente organización local que habían logrado construir los comunistas del Partido Comunista de Cataluña y los socialistas de la USC.

Tras Octubre hubo que seguir lidiando con las dificultades propias de la ilegalidad. Los anarquistas entendían imprescindible organizar el sindicato. En este sentido, aprovecharon el tiempo creando un Comité de Relaciones Mineras, con los sindicatos de Sallent, Cardona, Balsareny y unos pueblos de Lleida. En aquellos tiempos los capataces de la mina maltrataban a los obreros de forma cotidiana. En octubre de 1935 el sindicato denunció los golpes que se llevaron Gómez (desconocemos su nombre), y Francisco Moles, el entonces corresponsal de Solidaridad Obrera en Súria.

El comunismo soviético en Súria

La primera incursión de militantes comunistas en el pueblo, en 1931, fue un rotundo fracaso, dado que los obreros casi lincharon a F. Trilla por “provocador y divisionista”, si es que hacemos caso del relato que hizo el militante anarquista Fernando Trigo (antiguo militante sindical de la Pirelli de Manresa que se trasladó a Súria en 1931). En las elecciones del 28 de junio de 1931 se presentó el Bloque Obrero y Campesino, logrando 22 votos, contra 737 de ERC y varios centenares de las demás candidaturas[29]. Sin embargo, el BOC no terminó de arraigar. Quien lo lograría un año más tarde fue el Partido Comunista de Cataluña, PCC.

Para los comunistas, que entre 1930 y 1932 estaban intentando controlar algunos sindicatos de la CNT, las minas eran prioritarias. Así que enviaron diversos militantes para crear organizaciones locales comunistas. La primera que tuvo éxito en todo el Alto Llobregat fue la de Súria. Lo hizo gracias a que en las minas trabajaban algunos mineros procedentes de Asturias, Galicia o Cantabria, para los que el socialismo o el comunismo no eran desconocidos. A finales de 1932, el corresponsal de la Soli denunciaba que los comunistas intentaban hacerse con el control del sindicato para adherirlo a la “Unidad Sindical”[30], que era el proyecto sindical de los comunistas del PCC. Para organizar el golpe de timón había pasado por el pueblo el comunista Ramon Casanellas, por cierto, viejo conocido de la Confederación[31].

Los anarquistas los retaron a una “polémica”, es decir, a un debate abierto. Pero los comunistas no aceptaron el duelo. Por su parte, se dedicaron a organizar un Sindicato Obrero de la Mina que le hizo la competencia a la CNT. Los ataques desde Solidaridad Obrera fueron muy duros y constantes. La CNT se negaba a ceder terreno. La tensión creció. Incluso hubo peleas, puesto que la CNT denunciaba que uno de sus miembros había recibido una paliza. No queda claro si ese sindicato minero era lo mismo que el Sindicato Autónomo. Probablemente este otro sería un sindicato más afín a los socialistas.

En 1933 llegó al pueblo el militante comunista Manuel Trueba Mirones, de origen cántabro. Tras haber contribuido a organizar el Partido y algunos sindicatos en el puerto de Barcelona, en 1931 marchó a la Unión Soviética. A su regreso de Rusia uno de los primeros encargos fue introducir el Partido en Súria. Gracias a su labor, el Sindicato Obrero de la Mina organizó una huelga en la mina el 1 de noviembre de 1933 y dos días después derivó en una huelga general en toda la localidad[32]. La huelga duró tres semanas. Por aquel entonces se estaba desarrollando la campaña electoral de las elecciones legislativas del 19 de noviembre. El impacto de la huelga fue tal que hizo que se suspendieran los mítines y actos políticos.

En el Congreso del PCC de junio de 1934, Trueba repasaba la trayectoria del Partido en la localidad. En primer lugar, decía que Súria era el radio comunista más importante con diferencia de la comarca. A mediados de 1933 eran 17 militantes[33] y ahora, un año más tarde, ya eran 50. Habían logrado arraigar en la mina, gracias al Sindicato Autónomo. Se decía que sus militantes habían impedido a pedradas la representación de una obra teatral reaccionaria, llamada El Divino Impaciente.[34] Añadió que había sido un error no presentarse a las elecciones municipales de enero de 1934, ganadas por ERC. A su intervención Antonio Sesé, uno de los principales líderes del Partido, encargado de los sindicatos (en su caso en la UGT), añadió que había sido un acierto del Comité Central enviar a Trueba a Súria.

La intervención de Trueba fue acompañada de otras dos de la localidad. La primera fue de un tal Ribas, diciendo que procedía de la Agrupación Socialista local, y que tenían que formar parte de la CGTU[35] y no vivir al margen de ella. La otra fue Julia Iglesias, que indicaba lo difícil que era ser una mujer militante en los pueblos, dada la doble opresión del patrón y de las tareas del hogar[36].

En julio llegaron Hilario Arlándiz y Francisco Galán a hacer un mitin en Súria. La CNT contraprogramó su acto con uno propio para evitar que obreros de su influencia fuesen al otro acto. Tras la Revolución de Octubre, en vistas que ERC no reaccionaba, el PCC intentó acercarse a la CNT. Le propuso organizar un comité pro-presos conjunto, cosa que rechazaron los anarcosindicalistas. El joven libertario Josep Casquell estuvo a punto de ser expulsado de CNT por haber recibido ayuda del Socorro Rojo en la cárcel. En el otoño de 1935 los comunistas enviaron una delegación a la Unión Soviética, para preparar a sus militantes.

Otro partido de izquierdas que tuvo también presencia en Súria fue el socialista. En realidad, se trataba de la USC. Tras su congreso de fusión con el PSOE, en abril de 1933, ganó presencia en la localidad, con unas dos docenas de militantes. A diferencia de otras agrupaciones de otras localidades, en Súria, cuando se rompió la alianza de los dos partidos socialistas por órdenes de Madrid, casi toda la Agrupación de la USC se reintegró en el PSOE.

Ambos grupos se fusionaron tras el inicio de la guerra. Como se puede ver, el comunismo tomaba relevancia en el municipio.

El Frente Popular

La campaña de las elecciones de febrero se centró en la represión contra Octubre. Al ser un pueblo minero el ejemplo asturiano tuvo mucho impacto en la sociedad. El 21 de enero tuvo lugar un mitin republicano, con la participación de los diputados de ERC Serra i Húnter, Francesc Senyal y Josep Antoni Trabal que llenaron el cine Sòrisa con 1.200 personas, según la prensa[37]. En el pueblo de nuevo la izquierda dominó la situación, casi multiplicando por tres los resultados de la derecha (1.269 votos a 459).

El Ayuntamiento fue repuesto tal como era antes de Octubre y de nuevo volvió a ser alcalde Florenci Claret Casadesús. Además, componían el consistorio, Ambrós Claret Reguant, Isidre Torrabadella Padullers y Ermengol Guilà Badia, por ERC; Josep Clariana Simats y Domènec Ribera Baylinia, por los Rabassaires; Bernardo Fernández Fernández y José González Atienza, por el PSOE; y Cassimir Giró Danti, Robert Quinquer Jover, Joan Camps Antúnez y Mateu Castellà Camprubí, por la Liga Catalana. La Liga, que era la fuerza de la oposición, se negó a aceptar la nueva correlación. Así que Camps dimitió, su sustituto nunca ocupó el cargo, y Giró y Castellà pidieron una licencia de tres meses hasta la guerra[38]

En estos momentos en Súria había censados 4.692 habitantes. Y los republicanos demostraban mucha vitalidad. En su Congreso de mayo de Esquerra Republicana, el círculo republicano de Súria reportó 109 socios. Sus representantes fueron Salvador Marbà y Jeroni Quintana[39].

Pero también la CNT se vio aliviada por el ambiente de aperturismo reinante. En enero habían participado en un Pleno Regional, enviando a Manuel Pino y a José Cano representando el Sindicato Único Minero. Volvieron a tener su local abierto en marzo de 1936. No perdieron el tiempo y en esos mismos días organizaron un mitin con la presencia de María Duran, Francisco Carreño y Buenaventura Durruti[40]. Para el mes de mayo organizaron una nueva excusión a la fuente de Antius, cosa que parecía una tradición de los anarquistas locales. En el Congreso de Zaragoza el sindicato, adherido a la CNT, contaba con 275 afiliados. Así que volvía a contar con un apoyo significativo.

Por su parte, en enero los comunistas unieron su sindicato autónomo a la UGT. Esta decisión fue del agrado de los socialistas locales que también fueron confluyendo en aquella nueva UGT. En toda España los comunistas decidieron unir la CGTU a la UGT, escenificando una unidad obrera a gran escala. Volviendo a Súria, el 4 de abril, dentro de la UGT se creó, además, el Sindicato del Fabril y Textil. Enseguida la UGT pasó a renovar sus contactos en Palà y Valls de Torroella estableciendo grupos sindicales en sus fábricas que formarían sindicatos de la UGT ya comenzada la guerra.

En aquellos tiempos hubo problemas con las fábricas textiles. La crisis del sector había paralizado algunas. También la minería seguía con sus conflictos particulares y el 26 de abril 150 mineros fueron a la huelga. La guerra se acercaba y los tres sectores, libertarios, comunistas y republicanos se estaban reorganizando.

La guerra civil

El 19 de julio todo el que podía estaba pegado a la radio. Ateneos, cafés y sindicatos estaban llenos a rebosar de gente nerviosa y atemorizada. Sin embargo, las noticias optimistas que llegaron a partir de la tarde desde Barcelona llenaron el pueblo de un ambiente eufórico. Los mineros tomaron la iniciativa y aquella misma noche detuvieron al director, Norbert Fonthier, y al ingeniero de la explotación, Doroteo Sánchez Cano y los encerraron. Por la mañana siguiente el Comité Obrero de la mina acordó con el director el cierre de la empresa hasta que pasasen aquellos días de inestabilidad. Sin embargo, el 23 de julio se recibió la orden desde la Generalitat de liberar a Fonthier, ciudadano belga. Los consulados francés y belga habían presionado para que sus conciudadanos pudiesen abandonar España si así lo deseaban. Según Fonthier alguien debió de pagar para que lo liberasen. En todo caso, el 31 partió en barco hacia Francia. En cambio, Sánchez Cano no tuvo esa suerte. A los pocos días lo condujeron a Barcelona y resultó ejecutado en Pedralbes.

Durante aquellos días el Comité Revolucionario Antifascista era dueño del pueblo. Estaba compuesto por militantes de la CNT, la UGT, ERC y Rabassaires. Es bastante probable que se formase a partir del comité obrero de la mina, creado el mismo día 19.

Según la Causa General el comité estaba compuesto por Josep Planell Claret (UGT-PSUC), Bartolomé Hernández Sáez (CNT), Teodoro Román Sánchez (UGT), Josep Silera Campmajó (Rabassaire), Bernardo Fernández Montes (UGT), Francisco Galindo Milán (CNT), Agustín Rodríguez (UGT) y más tarde se añadió Josep Farriols Santamaria (CNT). Sin embargo, también se comenta la existencia de otro Comité de Milicias Antifascistas compuesto por Francisco Galindo Milán, Bartolomé Hernández Sáez por la CNT; Ignasi Subirana Freixa y Andreu Claret Casadesús por ERC; y José González Atienza y Teodoro Román Sánchez, por UGT. Este comité debió de ser el primero de todos y fue presidido por Claret hasta que tuvo que ser hospitalizado por enfermedad.[41] Lo cierto es que en una fecha tan temprana como el día 19, el Ayuntamiento convocó el Comité para que se hiciera cargo de la seguridad. Pero al hacerlo, a partir de ese momento el poder efectivo en la villa pasó a manos del Comité.

Podríamos añadir que en este caso decir CNT también sería decir FAI, ya que, con toda certeza, esos militantes que representaban formalmente a la Confederación estaban también en la organización específica.

Enseguida las patrullas milicianas erigieron cuatro barricadas en las entradas del pueblo, controlaron la estación y se dispusieron a detener ciudadanos que se identificaba con el golpe de estado, aunque no hubiesen tomado parte en los hechos. Se utilizó el Ayuntamiento como cárcel. Una de las patrullas más conocidas fue la de Fusteret, integrada por entre 15 y 18 milicianos[42]. Si esto ocurría en ese barrio, podemos asumir que el número de patrulleros en toda la población era realmente considerable, probablemente compuesto por entre 60 y 80 milicianos.

En pocos días, el día 23, comenzaron a producirse asesinatos. El primero fue Pio Macià Ribera, que había sido consejero municipal en 1922 y, más tarde, en 1935. Había fundado la primera Caja de Ahorros de la localidad y hacia la guerra presidía la reaccionaria Sociedad de Padres de Familia de Súria. Fue muerto porque el día que los milicianos fueron a registrar su domicilio en busca de armas, hubo un tiro y uno de los patrulleros cayó herido. De pronto se generalizó un tiroteo entre los propios milicianos, mientras Macià se encerró en su casa. Los milicianos pensaron que el culpable del tumulto era él y lo mataron esa misma noche.

El 31, tres religiosos, Ramon Farrés Tort, Lluís Pla Rosell y Josep Lladó Ramonet. En agosto, Ramon Roca Costa, director de una fábrica textil, y Manuel Montero Rodríguez, facultativo de minas. Aunque la matanza más grande tuvo lugar el 4 de octubre, en Pedralbes (Barcelona), al ser ejecutadas allí cuatro personas[43]. Pero el Comité también fue acusado de ciertas acciones en otras poblaciones tales como quema de iglesias y capillas del territorio.

A mediados de octubre, el libro de actas del Comité informaba de la detención de diversos individuos facciosos “que no pierden la esperanza de que Cristo Rey volverá a reinar en España, haciendo el exterminio de todos los antipatriotas españoles”. Decían que estas personas difundían rumores falsos y noticias alarmistas para socavar la moral de retaguardia. Se suponía que tenían algún armamento escondido de la antigua milicia de 1935, Acción Ciudadana[44]. Al parecer la acusación exageró mucho la peligrosidad de estos individuos. En todos los casos los detenidos fueron entregados a los Tribunales Populares. Más adelante veremos un caso especial de un detenido en esta época, el de Alfonso Bransuela.

A continuación, las organizaciones sindicales incautaron distintos locales de personas desafectas con el Gobierno republicano. La primera fue la CNT, que incautó el Chalet de las Minas, en la carretera de Manresa núm. 2. La UGT expropió el Centro Católico, registrado a nombre de Martí Sanglàs[45] (calle Macià). El PSUC también se instaló allí mismo. El Comité Revolucionario Antifascista se instaló en la casa del médico Domènec Quinquer y en el Convento de las Dominicas, que incautó el día 23 de julio. Los republicanos permanecieron en el Círculo Republicano, de la calle González Solesio, 2. Más tarde, la CNT incautó la casa rectoral y los locales de la Liga, situados en la calle Francesc Macià, números 52 y 9, respectivamente.

El siguiente paso fue colectivizar las empresas. Lo primero fueron los transportes, tanto el ferrocarril como los autobuses. Más tarde les tocó el turno a las fábricas textiles como Cal Jover (formalmente llamada Hilaturas Labor S.A.) o Cal Bertran (o la fábrica de hilaturas Bertrán S.A.). También los cines se colectivizaron en septiembre[46]. Además, la CNT impulsó una pequeña colectividad de tierras llamada El Porvenir. Solamente tendría dos docenas de miembros y es probable que sus componentes no fuesen campesinos sino obreros en paro.

Las minas habían quedado bajo el control del comité de la mina. El 12 de noviembre se celebró una asamblea general, que nombró un consejo de empresa[47], en línea con lo dispuesto por el Decreto de Colectivizaciones de la Generalitat. El comité se renovó el 4 de enero de 1938[48]. En 1938 contaba con poco más de 500 trabajadores. También se creó un comité de enlace CNT-UGT para toda la industria química[49]. Y es que en la localidad se instaló una fábrica de material de guerra, llamada “F10”, un nombre en clave. Era una fábrica de bromo para hacer gases y retardantes de explosivos. Además, se instaló un laboratorio de química orgánica. Es decir, que si ya Súria era una potencia de la industria química, lo fue aún más con la guerra.

La otra manifestación de la revolución fueron las milicias. Todas las entidades pudieron organizar las suyas, aunque iban mezcladas y no es fácil determinar a qué organización pertenecían. Por ejemplo, ERC contaba con 16 milicianos[50]. Nueve de ellos en la Primera Centuria Roja de Manresa. Sin embargo, como estaban afiliados a la UGT los comunistas los contabilizaban como propios. Juventudes Libertarias tenía siete milicianos, uno en la Tierra y Libertad y el resto en las columnas de Aragón[51].

El PSUC y la UGT organizaron varios grupos de milicias destinadas a Aragón. Una docena de voluntarios salió el día 27 de julio hacia Tardienta, alistados en la Columna Del Barrio. Para los jóvenes de Súria la Columna Del Barrio era muy atrayente, puesto que su comisario político no era otro que Manuel Trueba, que hemos visto antes.

Los libertarios de la CNT se unieron a las columnas Ascaso, Durruti y Tierra y Libertad, en especial a las dos últimas, a las que aportaron una docena de milicianos a cada una. El mismo 24 de julio salió para Barcelona un grupo de 25 jóvenes libertarios que partiría para el Frente de Aragón. 

En octubre de 1938 la empresa minera informaba que además de los 511 trabajadores que tenía físicamente en ese momento, tenía otros 70 en el Ejército Popular. Es decir, que el aporte minero fue muy relevante.

El 15 de octubre se constituyó el Consejo Municipal, al disolverse el Comité Antifascista. Quedó de la siguiente forma: Florenci Claret Casadesús (ERC), Josep Planell Claret (PSUC), Ramon Cirera Claret (ERC), Pedro Hernández Sáez (CNT), Bartolomé Hernández Sáez (CNT), Jerónimo Quintana Comas (ERC), Teodoro Román Sánchez (PSUC), Josep Farriols Santamaria (CNT), Francisco Silera Campmajó (UR – Sindicat Agrícola), Bernardo Fernández Montes (PSUC), Josep Clariana Simats[52] (UR – Sindicat Agrícola). Florenci Claret fue nombrado alcalde y la CNT ocupó las consejerías de Defensa, Abastos y Sanidad y Asistencia Social.

La CNT rechazó el secretario municipal, Ramon Vers, que tuvo que dimitir, ya que la UGT también estuvo de acuerdo. En esos meses la relaciones entre las fuerzas antifascistas fueron muy cordiales y solían apoyar las iniciativas de los demás.

Respecto a la fuerza numérica de las organizaciones, por fortuna conocemos algunos datos. En primer lugar, ERC contaba con 118 socios, lo cual lo equiparaba al otro gran partido del momento, el PSUC, que tenía 113 miembros en la localidad[53]. Los libertarios es más difícil de contabilizarlos. Pero podemos intentarlo. Conocemos la afiliación de Unión Libre, las juventudes, que se cifraba en 75[54]. Además, tenemos que añadir los tres o cuatro grupos de la FAI que existían, que serían otras 30 o 40 personas. Por tanto, estamos ante una cifra muy similar a la de ERC y el PSUC. Con todo, cada partido también tenía sus juventudes y el Socorro Rojo Internacional, en el caso de los comunistas, o Mujeres Libres[55] y Solidaridad Internacional Antifascista en el caso de los libertarios. Éstos incluso crearon una escuela racionalista, la escuela Durruti, adherida a la Federación Regional de Escuelas Racionalistas. Así que podemos ver que cada espacio político (comunista, libertario o republicano) organizaba una parte significativa de la villa.

Los sindicatos eran las organizaciones más grandes de la población. Destacaba la UGT, con su sindicato Fabril y Textil que, para el tercer trimestre de 1937, decía tener 1.050 afiliados. Sin embargo, para el Congreso de la UGT catalana de septiembre de 1937 esa cifra cayó de golpe a la mitad, a 506. Su sindicato de Industrias Químicas (sumando la mina y las fábricas de guerra) contaba con 398 afiliados. Finalmente, en Oficios Varios tenían 125 afiliados en el tercer trimestre y 160 en septiembre. En total la UGT contaría con más de 1.500 afiliados en el verano de 1937. Por motivos desconocidos, este número bajó a un millar en septiembre, según sus cifras oficiales. Entre sus militantes, podemos destacar a Joan Soldevila Pujol, Ramón Lázaro, Joaquim Torra, Manuel Cano Canela, o los consejeros municipales del PSUC.

La CNT por su parte tenía mayoría en la mina, pero era minoritaria en el resto de los ramos y oficios del pueblo. En 1937 contaba con 750 afiliados, según sus cifras oficiales, siendo 400 de ellos trabajadores de la mina. Esta cantidad no varió en 1938. La CNT de Súria envió delegaciones a los distintos plenos, plenarias y congresos que celebró la CNT de Catalunya y estuvo muy vinculada en la vida orgánica de la Confederación. Entre sus militantes destacaremos a Antonio Martínez Gómez, Miguel Hernández Martínez, Gabriel Martínez Gómez, Juan Fuentes Torres, Juan Cano Fuentes, Manuel Pino y José Requena, entre otros.

Los Hechos de Mayo de 1937 no tuvieron repercusión en la población minera, a diferencia de Cardona. Sin embargo, la UGT y el PSUC locales organizaron una reunión con el resto de partidos, a la que no convocaron a la CNT y la FAI, y firmaron un documento de apoyo incondicional al Gobierno de la Generalitat. Tenían miedo de que lo que estaba ocurriendo en Cardona llegase a Súria. La UGT local había contactado con la de Cardona, pero los consideraron muy poco de fiar porque estaban apoyando a la CNT de Cardona en esos momentos. En una carta al Comité Central del PSUC explicaban todo esto. Además, informaban que solamente tenían 16 pistolas y que la CNT acababa de recibir un grupo de unos 30 milicianos que venían del frente de Rosas perfectamente armados. Los comunistas de Súria avisaban que no iban a “cometer un suicido” atacando a los cenetistas[56].

El 17 de julio tuvo lugar un asesinato en el pueblo: Alfonso Bransuela Planell. Al inicio de la guerra se había escondido por miedo a los comités. Estaba relacionado con aquel grupo derechista que existía en el pueblo y que, según el Comité, realizaba actividades contra la República. Bransuela no era simpatizante del fascismo, sino miembro de la Federación de Jóvenes Cristianos.

Cuando pasó la oleada de violencia del verano, fue detenido y llevado a la cárcel de Manresa. Desde allí fue enviado a Barcelona, al cuartel de Sant Andreu para ser enviado al frente. Sin embargo, fue considerado desafecto y las autoridades republicanas lo enviaron de nuevo a su pueblo. Al llegar a Súria se comportó, según sus enemigos, de forma arrogante y provocadora, desatando las iras de las personas presentes, que lo trataron de linchar. De esta manera fue detenido y enviado otra vez a la prisión de Manresa, a fin de que el caso no pasara a mayores. En aquella madrugada, lo llevaban en un coche y en otro iban varios consejeros municipales y el alcalde. Al llegar al lugar conocido como Cal Neus esperaban a esta comitiva unos nueve hombres encapuchados, con armas de fuego. Hicieron bajar del coche a Branzuela y lo mataron allí mismo.

Los miembros del Consejo Municipal fueron directos a Manresa a denunciar los hechos y a ponerse a disposición de las autoridades. Así que fueron procesados y absueltos[57]. De esta manera, el Consejo Municipal de Súria tuvo que ser sustituido casi por completo de forma provisional, durante algunas semanas de agosto y septiembre.  El alcalde accidental fue Jeroni Quintana de ERC, aunque Antonio Martínez, de la CNT, también aparece como alcalde accidental. En octubre se volvió a constituir un Consejo Municipal con el apoyo de todos los grupos y de nuevo Florenci Claret fue reelegido alcalde por los demás regidores. Aguantó hasta los últimos meses de la guerra, en los que fue sustituido por su compañero de partido Salvador Marbà i Mayol.

Otro asesinato con una historia poco clara detrás fue el de Josep Clariana Simats, muerto el 7 de junio de 1938. Presumiblemente se trata de una muerte relacionada con las disputas políticas entre las izquierdas. Clariana había sido consejero municipal por los Rabassaires. De su muerte se echaba la culpa a la FAI[58]. ¿Acaso fue una venganza contra su hermano Florenci Clariana por haber matado éste a un militante cenetista[59]? Por tanto, entra dentro de lo posible que se tratase de un ajuste de cuentas. Sin embargo, esto no se ha podido aclarar ya que nunca se conocieron a los autores. 

A lo largo de la guerra murieron alrededor de 112 personas de Súria. De ellas, 58 jóvenes en los frentes de guerra. Era una cifra muy alta, según el nivel de población de Súria[60]. Tras la guerra unas 160 personas recibieron juicios sumarísimos. Sumando otros tipos de juicios, un total de 73 personas fueron encarceladas. De ellas trece fueron ejecutadas: Andrés Fernández Moreno (CNT), Francisco Galindo Milán (CNT), Antonio Gonzálvez Gonzálvez (CNT), José González Atienza (UGT-PSUC), Francisco Guzmán Zoilo (CNT), Emilio Montfort Safont (UGT), Alonso Palma Ávila (UGT), Enrique Pérez Martín (CNT), Sebastián Pérez Martínez (UGT), Valentín Serra Fàbrega (ERC), Ramon Torrens Solé, Prudencio Torres Muntanyà (UGT, ERC) e Isidro Vilaseca Alsina (UGT).

En febrero de 1939, al poco de la “Liberación” un grupo de detenidos fueron trasladados a Manresa. Sin embargo, a medianoche, fueron subidos a un camión, que tomó la carretera de Can Maçana, en dirección al Bruc. Allí los hicieron bajar, caminaron por un bosque y allí mismo mataron a ocho de ellos[61]. Otro se hizo el muerto (o se desmayó) y al rato pudo escapar. Fue quien relató lo sucedido. Por otro lado, y sin relación con estos hechos, cabría añadir que Juan Godoy (CNT) se suicidó en la cárcel de Súria el día siguiente de confesar – bajo tortura – haber asesinado al facultativo de minas Manuel Montero.

Siguiendo la retirada republicana, desde Súria partió una gran caravana hacia la frontera francesa que no quiso entregarse al bando Nacional. 14 personas de Súria tuvieron la desgracia de ser detenidos por los nazis y enviados a los campos de exterminio, tales como Mauthausen. Este fue el caso de los hermanos Francisco y Manuel Cazorla Zamora, almerienses vecinos de la colonia Santa María de Súria – ambos militantes de Juventudes Libertarias – que murieron en Mauthausen junto con otras 8 personas del pueblo. [62]

En 1939 Norbert Fonthier volvió a hacerse cargo de la mina. En 1940 fue puesto al frente de la compañía Solvay en España. Joan Folch Argerich, carlista, se hizo cargo del primer ayuntamiento. A pesar de sus antecedentes familiares, que se remontan a la última guerra carlista, durante la guerra había pertenecido a la sección de espectáculos de la CNT.

En cuanto a la resistencia contra la dictadura, en los años 40 hubo en Suria una célula comunista en el pueblo. El 14 de abril de 1946 colocaron una bandera republicana en la iglesia para conmemorar la República. Sin embargo, las autoridades no dejaron impune esta provocación y detuvieron a unas 7 personas.

No volvió a haber ninguna organización de izquierdas en el pueblo hasta los años 60, aunque hubo huelga en 1951. En 1962 hubo una huelga minera, que fue el inicio de una nueva época para la izquierda del pueblo, con la acción de las Comisiones Obreras y de un renovado PSUC.


[1] Para corregir el relato de este capítulo me han ayudado los historiadores Jordi Algué Sala y Amadeu Olives Santamaria a quienes agradezco su amabilidad.

[2] Para conocer el proceso de industrialización de Súria, podemos ampliar con Fàbrega Enfedaque, Albert; Font Vilardell, Ramon; Llobet Fornells, Esther (2013). Fàbriques de Riu. Ajuntament de Súria. Y Fàbrega Enfedaque, Albert (2009), Cum Grano Salis. La sal i la potassa a Súria. 1185-1982. Ajuntament de Súria.

[3] Fàbrega Enfedaque, Albert (2009): 419

[4] El primer mitin del Sindicato Libre en Súria fue en agosto de 1922. Fàbrega Enfedaque, Albert (2009): 420

[5] Del Río Santos, Sonia (2002). Corporativismo y relaciones laborales en Cataluña (1928-1929). UAB. p. 41

[6] Reguant, Josep (2000). Súria. Història en imatges (1894-1975). Angle Editorial.

[7] Un manifiesto a los mineros y trabajadores en general. Solidaridad Obrera, 31/10/1930

[8]Para más información sobre la cooperativa se puede consultar La Unió de Cooperadors de Súria, cooperativa de consum, 1917-1992, Institut per la Promoció i la Formació de Cooperatives. Generalitat de Catalunya. 1992.

[9] Recogido en el periódico El Surienc, 23/05/1931

[10] El Surienc, 27/06/1931

[11] El Surienc, 09/05/1931, p.6

[12] Flores, Pedro (1981): p. 229

[13] Esta opinión sobre una huelga tranquila se puede recoger en El Surienc, 06/06/1931, p.1 también en La Vanguardia, 27/05/1931, p.6 y 29/05/1931, p.6.

[14] La Vanguardia, 27/05/1931, p.6

[15] Solidaridad Obrera, 03/01/1932

[16] Solidaridad Obrera, 27/11/1931

[17] Solidaridad Obrera, 21/01/1932

[18] Recogido por Olives, Amadeu, Peramiquel, Josep i Algué, Jordi. El Gener de 1932 Súria va ser protagonista d’una revolución frustrada. El Salí, febrer de 2007, pp. 14-25

[19] Solidaridad Obrera, 02/03/1932

[20] Olives, et al. Op. Cit.

[21] Olives et al. Op. Cit.

[22] Solidaridad Obrera, 22/05/1932

[23] Solidaridad Obrera, 08/04/1933

[24] Estos dos grupos, Eternos Luchadores y Venganza de mi choza Fondo FAI. Archivo de Ámsterdam, IISH.

[25] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 140, carp. 1, doc 13 carp, 3, doc 44

[26] Citado en López Esteve, Manuel (2012) Els fets d’octubre de 1934 a Catalunya: més enllà de l’acció governamental. UPF (tesina). p.254. Su información sale de: AHPCE. Documentos PCE, r. XII, ap. 157. Datos sobre la actividad del P. en diversas localidades de Cataluña i Memòries inèdites de Ramon Vers Closa (1841-1959), secretari municipal de Súria fins l’octubre de 1936

[27] Ídem.

[28] Ídem. Anexos.

[29] Reguant, Josep (2000): p. 34

[30] En este caso seguramente Solidaridad Obrera se debe de referir a la Confederación General del Trabajo Unificada, la CGTU, central obrera impulsada por el Partido Comunista de España.

[31] Había sido uno de los ejecutores del presidente del Gobierno español, Eduardo Dato, en 1921. Casanellas se refugió en la URSS y allí se hizo comunista. Fue uno de los líderes del Partido en Catalunya, hasta su temprana muerte por accidente en 1933.  

[32] El Sindicato logró el apoyo del Círcol Republicà d’Esquerra, el Cor La Llanterna, l’Associació d’Empleats de les Mines de Potassa, la Unió de Rabassaires, el Centre d’Esports de Súria, la Cooperativa y Unió Socialista de Catalunya, que firmaron un comunicado contra la actitud de las autoridades de la mina. Fàbrega, Albert, 2009: 425.

[33] Serra, Jaume (1988): p. 105

[34] Lo más probable es que fuese obra de una multitud de distintas ideologías de izquierda.

[35] Siglas de Confederación General del Trabajo Unitaria. Eran las mismas siglas que tenía la central sindical comunista en Francia. En España tuvieron alguna fuerza en Madrid, Euskadi y Andalucía. Se fusionaron con la UGT en 1935, fruto del viraje de Stalin con su política de apoyo al Frente Popular.

[36] El resumen del Congreso y las intervenciones se pueden leer en Catalunya Roja, 07/06/1934, pp.2 y 3.

[37] El Dia, 21/01/1936, pp. 1 y 4

[38] Olives, Amadeu, Peramiquel, Josep. Fa 70 anys del nefast 18 de juliol de 1936. El Salí, jul.-ago. 2006, pp. 22-36

[39] Su presidente de ese momento era Andreu Claret y el secretario, Pere Aloy.

[40] Solidaridad Obrera, 10/03/1936

[41] Fàbrega, Albert (2005). Mort a les Cunetes. Angle Editorial, Manresa. p. 145

[42] Fàbrega, Albert (2005): p. 157

[43] Se trataba de Cassimir Giró Danti, regidor en 1934 y 1935 y juez municipal; Miquel Pons Bandranas, derechista, encargado de la mina; Enrique Clemente Ramos, derechista, y Doroteo Sánchez Cano (ya mencionado). De su asesinato fueron acusados quienes los llevaron allí: Bartolomé Hernández, Teodoro Román, Bernardo Fernández y Ignasi Subirana.

[44] Fàbrega, Albert (2005): p. 150

[45] Era el capellán de Súria hasta 1935.

[46] Fueron colectivizados los cines Sórisa e Ideal. Los responsables de la sección de espectáculos públicos de la CNT eran Josep Coca Fernández e Ignasi Masanell Rodríguez. El acta de la colectivización de Sòrisa es del 28/9/36. CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo . 168, 2, 26.

[47] Director, Manuel Canga; subdirector, Antonio Martínez; secretario, Narcís Castells; subsecretario, Amadeu Casserras; vocales: Josep Rivera, Ignasi Subirana, Jaume Roqué, Ernest Barceló, Prudenci Ferrer y Pere Inglada. Fàbrega, Albert, 2009: 431

[48] Director, Josep González Atienza; subdirector, Francisco Galindo Milán; secretario, Bruno Huerga; subsecretario, Antonio Martínez; vocales: Joan Cánovas, Manuel Trabadelo, José García Morán, Salvador Serrat, Ernest Barceló y Bartolomé Hernández. Fàbrega, Albert, 2009: 431

[49] Octubre de 1938: 202 trabajadores en el pozo, 264 en el exterior, 45 en oficinas. Total 511. CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo, 1421, 2, 139

[50] Se puede ver la lista de nombres en CDMH, Salamanca Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 820, 11, 10. A parte de los milicianos en la Primera Centuria Roja tenían otro en la Columna Tierra y Libertad y otro en la Del Barrio. Luego tenían varios en fortificaciones y artillería antiaérea.

[51] Compañeros de las Juventudes Libertarias que están en el frente. ANC1-886-T-13710. Arxius en Línia. ANC.

[52] No confundir con Florenci Clariana Simats, militante de la UGT-PSUC Manresa. Es muy probable que fuesen hermanos, dado que Florenci Clariana nació en Súria en 1900. Josep Clariana Simats era payés, y era hijo de Joan Clariana Ribera de la masía llamada Siló.

[53] Martin Ramos, Josep Lluís. Historia del PSUC. Principales organizaciones locales (31-XII-1937). Estadísticas del PSUC. Archivo Histórico del Partido Comunista de España.

[54] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo, 1095, 17, 1.

[55] Existe un listado de 90 mujeres relacionadas con Mujeres Libres y Juventudes Libertarias de Súria.

[56] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 771, 1, 1

[57] El relato puede leer en La Humanitat, 07/08/1937, p. 2. Los procesados fueron Francesc Claret, alcalde; Francesc Silera Campmajó, conseller de agricultura; Ramon Civera Claret, conseller de cultura; Agustí Rodríguez Fernández, conseller de trabajo, Josep Planells Claret, alcalde segundo, Francesc Galindo Milán, conseller de Gobernación, y Antonio Meler Molí, guardia municipal. Y el chófer, Antonio Gonzálvez.

[58] Fàbrega, Albert (2005): p. 93-94

[59] Clariana Simats, Florenci. Memòria.cat
https://www.memoria.cat/depurats/les-biografies-del-personal-separat/clariana-simats-florenci/

[60] Podemos destacar los dos muertos el 27 de septiembre de 1936 en los combates de Santa Olalla (Toledo) con la Columna Tierra y Libertad. Eran José Marcos Astudillo y Francisco Roda López.

[61] Los ejecutados en Can Maçana fueron: Joan Badia Ibarz (CNT), Amadeu Casserres Gassó, Jaume Claret Sató (CNT), Lluís Fábrega Planas (ERC), Camil Pujol Playà (CNT), Maurici Sivila Alsina (CNT) y Juli Zegri Asens (ERC y CNT).  Josep Nin Porta (ERC) fue dado por muerto y se pudo salvar, destapando con su declaración estas ejecuciones. Fàbrega, Albert (2005): pp. 39-47

Claret, Pujol y Sivila eran de Valls de Torroella. Nin había sido secretario del Ayuntamento de Pinós (Solsonès). A Zegri ya lo hemos visto en este relato, mientras que Maurici Sivila fue el delegado de la CNT en la fábrica de Valls.

[62] Los otros muertos en Mauthausen fueron Antonio Martínez López, Manuel Fernández López, Climent Girona Prades, José Martínez Rodríguez, Josep Masanell Torrebadella, Juan Navarro Pérez, Juan Pérez Sánchez y Germán Tudela García. La lista completa se puede consultar en https://www.suria.cat/stolpersteine/deportatssuriencs/

[63] El Dia, 01/08/1935, p. 6.

[64] Esquerra Republicana de Catalunya, Talamanca. 25/05/1936. Papers recuperats del franquisme que són a l’Arxiu Comarcal del Bages.

[65] En el capítulo de Sant Fruitós hemos visto a un Valentí Guix Estefanell como miliciano de la Columna Tierra y Libertad. Ignoramos si era oriundo de Talamanca y hermano del miembro del Comité. También ignoramos si vivía en Sant Fruitós o se había desplazado desde Talamanca.

[66] Este apodo tan llamativo puede hacer referencia a las elecciones de 1934 o de 1936, dados los ataques a las urnas en diversos municipios por miembros de derechas o izquierdas, empezando por Manresa. Trullàs pudo haber roto las urnas de Talamanca, donde ganaba la Lliga cómodamente.

[67] CDMH, Salamanca. PS – Barcelona 288, 4, 72