Al igual que otras poblaciones de la comarca, Santa Maria d’Oló era una población agrícola, dedicada al cultivo del cereal y de viña. Desde el siglo XVI las tareas del campo se combinaban con la elaboración de la lana en un preludio de la industrialización. Tras la crisis provocada por la filoxera gran parte de los campesinos tuvo que marchar a las ciudades o a los pueblos vecinos a buscar trabajo en la industria.

En 1920 se instaló la fábrica de tejidos Manufacturas Borràs, propiedad del industrial Joaquim Borràs, que tenía otra fábrica en Castellbell i el Vilar. Se instaló en una fábrica previa llamada “del Pastor”, que tenía una chimenea y una caldera de vapor. En 1924 abrió la segunda fábrica, que fue llamada Algodonera Española, de Miguel López Antolí. Este industrial y su familia se convirtieron en el auténtico poder del municipio y lo controlaba casi como si se tratase de una colonia industrial, con sus aspectos positivos y con los negativos. En total, en el pueblo había unas 200 o 300 obreras y obreros de las fábricas.

La llegada de la República apenas varió esta relación de poder[1]. El alcalde fue Pere Teixidó Felius y duró hasta la guerra. Era de una candidatura derechista y estaba apoyado por los propietarios. Aun así, había aparecido un grupo republicano que en 1931 entró como minoría en el Ayuntamiento.

El convulso año de 1934 no modificó esta situación de tranquilidad social, puesto que no hubo rebelión de ningún tipo. Las elecciones municipales fueron vencidas por la derecha y en el pueblo no había casi implantación de otras fuerzas. Aun así, tras los Hechos de Octubre hubo alguna detención como la del fundador de los escamots del pueblo, Josep Maria Colomer Vila[2]. Sin embargo, el consistorio no fue disuelto por orden de los militares y siguió celebrando plenos de forma normal, e incluso escribiendo las actas municipales en catalán, a diferencia de otros municipios.

Las elecciones de 1936 tampoco lograron cambiar la configuración política y Teixidó siguió presidiendo el consistorio[3]. Del clima que se respiraba en el pueblo, de 1.172 habitantes según el censo, da cuenta un corresponsal de la Soli, Josep Gros (militante destacado de los Sindicatos de Oposición de Manresa), que estuvo trabajando en Santa Maria d’Oló en la primavera de 1936. Decía que era un pueblo en el que todo el mundo hablaba en voz baja y con miedo de ser vistos con forasteros[4]. Informaba de un robo de dinero del que le acusaron a él y a otro trabajador que se hospedaba en la Fonda Portí. Fueron interrogados inquisitorialmente por el secretario municipal, que tergiversaba continuamente las palabras de los acusados. Aunque el secretario no pudo demostrar nada, los hizo despedir de la fábrica y fueron expulsados del pueblo, custodiados por la Guardia Civil. Gros exigía una reparación de su honor.

Con este estado de las cosas llegamos al período de la guerra. A nivel municipal, el alcalde tuvo que dimitir, así como todos los miembros de la candidatura de derechas. Así pues, el 27 de julio, tomó posesión del consistorio todo el bloque de izquierdas que se había presentado en las elecciones pasadas: Maurici Camprubí Fornells, Josep Jubany Camprubí, Joan Oliveres Verdaguer, Josep Sors Solà[5], Lluís Valeri Valeri, Joan Noguerola Cantacorps, Joan Verdaguer Ferrer[6].

También se constituyó un Comité Revolucionario, que estaba compuesto por: Josep M. Colomer, presidente; Josep Jubany Camprubí (presidente del Sindicato Agrícola), Lluís Puigneró Iglesias, Maurici Camprubí, Ventura Casanovas Rosell (muerto en batalla), Feliu Noguerola Santaeulalia, Víctor Pregonas Berengueras, Joan Verdaguer Ferrer, Francisco Santamaria Casas, Salvador Crespiera Quintana, Carmelo Chacó Palau, Pio Rodoreda Jubany, Emilio Roca Soldevila, Joan Montsech Vila, Pedro Casanova Rosell, Esteve Farell Trulls, Francesc Ramisa Roca, Valentí Oliveras Figueras, Jaume Lladó Vila. Estos nombres son nombrados por la Causa General. Como hay demasiados nombres para un comité está mezclando los componentes de varios comités sucesivos en el tiempo, o bien se mezclaba el comité con las patrullas milicianas. En todo caso, se observa una composición multipartidista con miembros de CNT, ERC, POUM y PSUC y Unió de Rabassaires. Según declaraciones en el juicio sumarísimo contra Josep Montsec Vila, patrullero de la UGT, el comité estaba compuesto por Feliu Noguerola, Pio Rodoreda, Víctor Pregonas, Carmelo Chacó y el alcalde Camprubí.[7]

En cuanto a los asesinatos ocurridos en el municipio, se acusó de haberlos cometido a los comités de Sallent y de Torelló. El primer muerto, Silvestre Prat Torredeflot, apareció asesinado el 10 de agosto en el cementerio de Sant Fruitós. Como se ha dicho, se acusó al comité de Sallent, pero según la Causa General, tuvieron la responsabilidad civil subsidiaria de Maurici Camprubí y Josep M. Colomer. El segundo, Àngel Altimiras Casadesús, muerto el 5 de septiembre a dos o tres kilómetros del pueblo. En este caso se acusó al comité de Torelló, pero se dijo que fue entregado por Josep Jubany Camprubí. Además, aparecieron otros cuatro cadáveres en el pueblo, de los que fueron acusados otros comités de poblaciones vecinas.

En el capítulo de la violencia anticlerical, no ocurrió nada grave hasta septiembre, cuando los muebles, y objetos sagrados de la Iglesia y de las demás capillas y ermitas de la localidad fueron quemados delante de los mismos edificios. La Causa General indica que fue profanado el cementerio, sacando los restos humanos a la luz, tirándolos desordenadamente, hasta que fueron recogidos y vueltos a enterrar por orden del Ayuntamiento. Sin embargo, no hubo ninguna carga anticlerical: se trataba de las obras de prolongación de una calle que implicaban desmontar el cementerio antiguo. Durante las obras, los obreros sacaron a la luz los restos de varios cuerpos y no los trataron con el respeto o el cuidado esperados, amontonándolos sin cuidado. Esto provocó muchas críticas y quejas al Ayuntamiento. Este recuerdo llegó a la postguerra en forma de denuncia contra el alcalde republicano ante la Guardia Civil[8].

En aquellos días hubo mítines de exaltación. El nuevo alcalde, Maurici Camprubí incluso lideraba el proceso revolucionario a nivel institucional, por ejemplo, pidiendo él mismo la municipalización de las aguas potables o el traslado del Ayuntamiento a la casa rectoral.

Siguiendo con las incautaciones, cada organización tomó su edificio. El POUM una casa de Pere Riera, la CNT, de Marius Altimiras, los Rabassaires, de Joan Altimiras, y la UGT, el Centre Catalanista Republicano, de la carretera[9]. La Asociación Pro-Infancia Obrera con sede en Manresa, se hizo con las fincas Rocabruna y Rocafort, y allí pudo albergar niños huérfanos por causa de la guerra. De las fábricas no nos han llegado noticias, aunque hay que asumir que fueron puestas bajo control obrero.

El nuevo Consejo Municipal, surgido el 17 de octubre, se componía de Maurici Camprubí Fornells, Joan Oliveras Verdaguer y Joan Verdaguer Ferrer, representantes de ERC; Víctor Pregonas Barengueras y Carmel Chacó Palau, del PSUC; Pere Casanovas Rosell, de los Rabassaires; Pius Rodoreda Jubany, del POUM; y Feliu Noguerola Santaulalia, Ventura Casanovas Rosell y Francesc Roca Ramira, de la CNT. Fue elegido de nuevo Maurici Camprubí como alcalde. Cuando se constituyeron las comisiones, a la CNT le tocó gestionar la de Defensa y Fomento y Obras Públicas.

Que la iniciativa la seguía llevando el alcalde Camprubí, se puede comprobar por cuestiones como la del nombre del pueblo: fue iniciativa suya recortarlo a Oló. También fue propuesta suya expropiar las fincas de los propietarios huidos[10].

Quitando esto, en los plenos solamente se hablaba de obras públicas y pagos y cobros. También de unos 30 refugiados que llegaron en aquel invierno.

Siguiendo con las actas municipales, el 14 de marzo de 1937 dimitieron los consejeros de la CNT y los del PSUC. Por parte de la CNT entraron Emili Padrós Muntaner, Isidre Santamaria Feliu y Joan Crespiera Canamasas. Y por parte del PSUC, Joan Montsech Vilá y Miquel Casanovas Rosell. Este no fue el único cambio del año, ya que en noviembre el POUM perdió su representación municipal y la ganó el PSUC, que puso a Emili Roca Soldevila.

Las actas municipales no dan mucha información de los debates y no aparecen iniciativas de los consejeros. Todas son propuestas del alcalde, que da toda la apariencia de haber controlado políticamente el municipio durante toda la guerra. Además de todo lo visto anteriormente, fue el alcalde quien propuso introducir nuevos billetes de banco para uso local o quien propuso utilizar el antiguo Ayuntamiento para que se instalasen las escuelas públicas. Las actas del municipio se perdieron a partir de agosto de 1938.

En cuanto a afiliación sindical, la UGT contaba con 121 afiliados en septiembre de 1937 (130 en el tercer trimestre). La UGT se había fundado, formalmente, el 31 de diciembre de 1936, aunque existía un núcleo desde la primavera. Entre sus miembros destacados estaba su presidenta, Filomena Isanta Tristany, siendo secretario Emili Roca Soldevila. Otros sindicalistas destacados fueron Carmel Chacó y Climent Isanta, que fueron presidente y secretario antes que los mencionados[11].

La CNT fue mayor que la sindical socialista, puesto que conocemos que solo en el campo contaba con 112 afiliados, tal como llevaron al Pleno Regional de Campesinos de mayo de 1937. Entre sus representantes estaba Josep Sala y Jaume Sió[12].

Por último, comentar la pérdida de unos cuatro o cinco jóvenes del pueblo en acciones militares del Ejército Republicano. Tras la guerra hubo veinte juicios sumarísimos, resultando ejecutados Maurici Camprubí Fornells (ERC), Salvador Crespiera Quintana, Feliu Noguerola Santaeulália (CNT), Lluís Puigneró Iglesias (ERC), Pio Rodoreda Jubany (POUM), Francesc Santamaria Casas y Josep Vilanova Vila. Esto era un número exageradamente alto para la relativamente escasa violencia vivida en el verano de 1936.


[1] El último alcalde de la dictadura primorriverista fue Isidro Portabella Juvany, y el primero del período republicano, creemos que alcalde de transición, fue Isidro Casas Rodoreda, según el acta municipal del 16/04/1931. Sin embargo, no existen más actas hasta septiembre de 1931, que ya figura Pere Teixidó como alcalde definitivo.

[2] El Dia, 01/08/1935, p. 6.

[3] Los consejeros desde febrero de 1936 fueron: Pere Sala Sentius, Joan Berengueras Sala, Joan Santamaria Ciuró, Josep Puigneró Iglesias, Joan Olbayá Pons, Isidre Portabella Juvany, Pau Ferrer Bach. Acta del Ayuntamiento, 26/01/1936

[4] Solidaridad Obrera, 18/03/1936, p. 7 y 19/03/1936, p. 10

[5] Fijémonos en la coincidencia de apellidos con Joan Sors Solà, fusilado de Calders por los franquistas.

[6] Acta de l’Ajuntament, 27/07/1936

[7] Declaración indagatoria del procesado. José Montsech Vila. AMTT de Barcelona.

[8] Arnaus Picañol, Albert. La repressió franquista al Moianès (1939-1945). Modilianum, Núm. 30. p. 65

[9] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo . 168, 2, pp. 2-3

[10] Eran las fincas Riera, Armenteres, la Plana, Vilamorena, Plans, Soler, Garrigota, Solá de l’Esteve, y la finca Rocafort que comprendía Montcabré, La Sala y el Molí; y la finca Rocabruna, que comprendía L’Alou, Güell, La Vila y Caseta. Acta Municipal del 02/12/1936.

El 25 de abril de 1937 se anunciaron más incautaciones de fincas por no saberse nada de los propietarios de las fincas Torruella, Vilagú, Sau, Casanova de Sau, Rodorera y Pinosa.

[11] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo . 168, 2, 3

[12] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo . 920, 1, 740