Carta del Jacinto Jordana al municipio de Monistrol durante la guera. Indican que hay un cierto número de milicianos del pueblo inscritos en la Columna Vallès Oriental. 1936. AMMM – ACBG

Monistrol es un lugar paradigmático debido a su especial ubicación, en las faldas de la montaña de Montserrat, con su famoso monasterio del siglo X. Está regada por el Llobregat, que dio pie a la instalación de varias fábricas textiles en el siglo XIX. Y con esas fábricas apareció el proletariado en la historia de la villa. Antes de ello, quizás Monistrol sea más conocida por su participación en las guerras napoleónicas (1808-1814) y la primera guerra carlista (1833-1840). En realidad, la situación geográfica del pueblo lo convertía en un lugar estratégico para cualquier bando en tiempos de guerra. La montaña era un punto clave a conquistar, y a la vez era un símbolo para el pueblo catalán.

Volvamos a la cuestión obrera. Decíamos que en la ribera del Llobregat se habían instalado fábricas. En 1873 se tiene noticia de huelgas en la fábrica Puig i Carsi, que empleaba 390 personas. En esta fábrica existía una sección de Las Tres Clases del Vapor. En 1881 nuevamente hizo su aparición en el pueblo y quizás tuviese en aquellos momentos presencia el anarquismo de aquellos tiempos, puesto que hay alguna crónica referente al pueblo en La Tramuntana.

En la Semana Trágica (o la Revolución de Julio, según se mire), los huelguistas de Monistrol tomaron la estación y al dominar el pueblo se fueron a Sant Vicenç de Castellet. Pero allí fueron vencidos por la fuerza pública, que detuvo un gran número de ellos. Algunos cumplieron incluso cadena perpetua por rebelión militar (ver el capítulo de Sant Vicenç de Castellet).

Para 1919, Monistrol tenía organizado un Sindicato Único, que envió una delegación al Congreso de Madrid, celebrado en diciembre de aquel año. Contaba con 1.200 personas adheridas, y compartía organización con el vecino Castellbell i el Vilar. Las fábricas del momento eran la Roca Umbert, la Unión Industrial Algodonera, la Puig i Font y la Colonia Gomis, con su central eléctrica. Además, el pueblo tenía una estación de ferrocarril y el tren cremallera que ascendía al Monasterio de Montserrat. Para 1923 cuentan con un Sindicato Único de Trabajadores (ya solamente de Monistrol) y pueden realizar mítines abiertamente[1].

Por cierto, que para entonces el famoso monasterio servía tanto como atracción turística, atrayendo familias pudientes, como de centro de peregrinaje religioso. Por ello, en el pueblo y en la montaña existían varios hoteles. Cada fin de semana se alojaban hasta un millar de personas, o más incluso.

Hacia 1930 el pueblo tenía 3.323 habitantes empadronados y había prosperado bastante. Sin embargo, comenzaba a sentirse una crisis económica. En este contexto se reorganiza el SUT, que había sido clausurado durante la dictadura de Primo de Ribera. Destacan en esos momentos militantes como Joaquín Serrano o Francisco Barrera, que serán quienes legalicen el sindicato. El 30 de octubre de 1930, la organización intercomarcal del Alto Llobregat, de la CNT, realizó un gran mitin en el cine Montserrat. Participaron María Tarrés de Berga, Josep Grau de Manresa, Lorenzo Griñó de Sant Vicenç de Castellet, Pedro Cano de Manresa y José Casas de los ferroviarios (se supone que de Monistrol)[2].

Gracias a las crónicas de Francisco Barrera (a veces apodado SES y Fernando Alegre en sus artículos) podemos conocer muy detalladamente la vida obrera de aquella localidad. De hecho, daría para una publicación solo de sus artículos en Solidaridad Obrera o en El Trabajo. Es el corresponsal de la Soli y da a conocer la situación que vive la Colonia Gomis, cómo es la enseñanza en el pueblo o informa que el sindicato tiene el local en la calle del Pla. Es quien indica que a finales de ese año el sindicato creaba su sección textil y en junio la del ramo de la madera.

En el pueblo existía un ateneo obrero, que estaba dirigido por los republicanos. En el ateneo se reunía una agrupación esperantista y grupos de teatro. Sin embargo, los libertarios no se entendieron con ellos debido a que desde el ateneo se impulsó el partido republicano, que más tarde daría pie a la sección local de Esquerra Republicana. En las tertulias del ateneo se criticaba la junta de la CNT (compuesta por anarquistas) y éstos no se lo perdonaron[3].

Tras la proclamación de la República el sindicato ganó mucha fuerza. Sus asambleas eran tan nutridas que las tuvieron que celebrar en el Cine Montserrat. Incluso se atrevían a boicotear mítines o ‘aplecs’ católicos[4]. Unos días después celebraron un gran mitin con Griñó, Joan Figueras, Maria Eguinos, Manuel Pérez, Trinidad Ferrer (la hija de Francesc Ferrer i Guardia) y Barrera de Monistrol.

En el Pleno Regional de primeros de agosto, el SUT de Monistrol de Montserrat estuvo representado por Serrano y Carrasco, con 1.600 adherentes. Sin embargo, esa cifra está inflada, puesto que la misma CNT de Monistrol indica que en 1932 existían 1.300 obreros en el pueblo[5].

Las hostilidades entre libertarios y republicanos dentro del sindicato estallaron en octubre. En una asamblea tempestuosa expulsaron a Josep Tarruella Boira, a Joan Bel Gil, Miquel Enrich, todos del textil y a Josep Beltran Blanqué, de la construcción. Beltran tenía el carnet número 1 del sindicato y había sido el primer presidente [6]. Los expulsados argumentaron que era una depuración ideológica y que existía una dictadura anarquista en el sindicato. En esos momentos estaban creando el BOC en el pueblo, al que pertenecían [7]. En cambio, los libertarios decían que los habían expulsado por llevar 15 semanas sin cotizar. Sea como sea, se inició una guerra soterrada entre los dos sectores, que llegó a la guerra, con continuos intercambios de artículos entre Solidaridad Obrera y La Batalla.

En el medio quedaba el Ateneo Republicano, que es puesto por la CNT en el bando rival y, por tanto, fue atacado por la prensa libertaria. Los expulsados pronto crearon su propia organización, llamada Sindicato Autónomo de Trabajadores de Monistrol.

En otro orden de cosas, en el pueblo había un problema grave en el textil, la industria principal. La fábrica Puig i Font presentaba problemas financieros. Aun así, el SUT logró firmar las bases de negociación colectiva con la empresa[8]. Otro conflicto fue con la Singer, fábrica que contrató esquiroles.

En el aspecto político, comenzó una persecución con los militantes clave de la CNT de Monistrol por parte de las autoridades republicanas. En un artículo de la Soli Barrera denunciaba que el juez municipal, Joan Busquets Miró, le atacó con un látigo[9].

A mediados de año hubo un intento de fusión entre los dos sindicatos rivales. Sin embargo, las conversaciones no llegaron a buen puerto. El artículo con el que Barrera, presidente del SUT, explicó lo sucedido fue denunciando a los tribunales por calumnias. Barrera fue detenido por esta denuncia durante un día, echándose más leña al fuego a la polémica. El Ayuntamiento hizo una propuesta para desterrar a Barrera y los Mossos d’Esquadra comenzaron a patrullar las calles. En noviembre se clausuró el local de la CNT [10].

Las luchas sociales se sucedían, como en la fábrica Puig i Font o en la carretera Olesa-Monistrol y el sindicato estaba cerrado. Aun con estas, el SUT logró celebrar asambleas y siguió cotizando a la CNT por 500 afiliados.

El 8 de enero de 1933, en el contexto de la insurrección anarquista de escala estatal hubo varios detenidos como Barrera, Ramon Jubanteny, Amadeu Triadú y Guillem Codina.[11] Se los acusaba de una explosión de dinamita en una caseta a las afueras del pueblo que dejó al pueblo sin luz eléctrica. No obstante, lograron demostrar que los explosivos no eran suyos si no del propietario de la finca, el Sr. Sanou, y que no tenían planes para un levantamiento revolucionario[12]. Aun así, Emilio Malsand[13] y José Antonio Beltrán tuvieron que huir del pueblo tras ser perseguidos. Los presos eran miembros de la Junta y estuvieron en la cárcel de Manresa hasta julio. Así que tomaron la responsabilidad sindical los hermanos Granados, los hermanos Mayordomo, José Soriano, Joaquín Serrano, etc. El sindicato siguió clausurado hasta septiembre de 1934, cuando se instaló en la calle Julián Fuchs, 16.

Eterna Llama

A finales de 1931 se creó en Monistrol un grupo procultura[14] llamado Eterna Llama o Llama Eterna. Su carta de presentación fue en 1932 indicando haber pasado de una docena de jóvenes a casi un centenar[15]. A este grupo pertenecían casi todos los nombres que hemos mencionado y contenía numerosas mujeres. El grupo de Monistrol fue precursor de Juventudes Libertarias y animó a la juventud de otras poblaciones a conformar grupos juveniles como el suyo.

El grupo tenía una sección teatral llamada Iberión y una sección excursionista que organizó “jiras” libertarias con agrupaciones de Olesa de Montserrat (llamada Ideal Libertario), Esparraguera o Sant Sadurní d’Anoia. También organizaron conferencias, como la de Magriñá, la de Tomás Cano Ruiz y la de Federica Montseny, todas en 1932 o la de Francisco Carreño, en 1934. Incluso habían logrado que se vendiera Solidaridad Obrera en una librería del pueblo, lo cual había provocado un pequeño escándalo.

Este grupo, adscrito a la FAI primero, y a Juventudes Libertarias más tarde, fue el espacio de formación ideológica y política del anarquismo en Monistrol. En 1934 se mencionaba en Tierra y Libertad al grupo Amor y Voluntad, que no sabemos si es sucesor del Eterna Llama cuando éste ingresó en las JJLL de Catalunya, quedando el primero adherido a la FAI como “grupo adulto”.

En definitiva, en estos grupos de Monistrol se formaron militantes que más tarde tendrían relevancia en la comarca del Bages como Guillem Codina Selva, que después militaría en Manresa. Durante la guerra fue secretario de la Federación Local de Sindicatos Únicos de Manresa y miembro del comité de empresa de la Pirelli. Otro militante destacado fue Paulino Malsand Blanco, que al pasar a Manresa fue nombrado secretario del comité comarcal de las Juventudes Libertarias. De hecho, ayudó a fundar las JJLL de Manresa. También era miembro del comité de defensa comarcal de la CNT en 1934. Durante la guerra también tuvo mucha relevancia en cargos orgánicos y del Consejo Municipal de Manresa. Josep Solsona Carré, otro de los nombres del sindicato de Monistrol, también entró a trabajar a las minas de Sallent en 1935, como Malsand. Pero se estableció en Sallent, en la que militó durante la guerra, siendo uno de los responsables de los sindicatos de esa localidad. Amadeu Triadú, por su parte, fue a Ripoll participando en el comité revolucionario y en el Ayuntamiento. También Ginés Mayordomo Moreno salió de Monistrol, que marchó a Granollers en donde destacó sindicalmente y tuvo un rol destacado en las milicias.[16] Es decir, que Monistrol proporcionó cuadros militantes a otras poblaciones. Aunque hay que añadir que salieron del pueblo porque el sindicato estaba paralizado y porque también era difícil encontrar trabajo tras el cierre temporal de Unión Algodonera en 1935.

En la guerra las Juventudes Libertarias de Monistrol (grupo Eterna Llama) anunciaron su junta compuesta, entre otros, por Asensio Argüello Bernal, Antonio Casas, José Biarné, Ramon Juan, Encarna Vallecillos, Maria Vera, Emilia Pla, Mercedes Bordes, Maria Pla y José Granados[17]. Llegaron a contar con 110 personas socias hacia mediados de 1937.

La Alianza Obrera

Habíamos hablado antes del Sindicato Autónomo de Trabajadores, SAT, y el BOC de Monistrol. Veámoslo con más detalle. Su origen está en un grupo de militantes suscritos a La Batalla. En 1929 existían cuatro militantes del Partido Comunista (de la Federación catalano-balear) y en 1931 fundaron el BOC, que empezó a operar desde el Ateneo. Enseguida entraron en tratos con ERC y formaron parte de la candidatura republicana, siendo consejero en 1931, el antes mencionado Josep Bel. En junio su candidatura se presentó en solitario y logró solamente 32 votos, que más o menos vendría a representar su número de militantes[18]. Tras crear el Sindicato Autónomo, éste declaró 550 afiliados en 1932, cifra algo inflada[19].

En las elecciones de enero de 1934 el BOC repitió alianza con ERC. La lista de izquierdas ganó por 798 a 656 de la Lliga Regionalista. Se eligió al alcalde Joan Gispert Gibert y de nuevo Bel Gil formó parte del consistorio. El BOC creó la Alianza Obrera en Monistrol junto con el SAT y participó en la huelga general del 13 de marzo y en el Pleno del Frente Único Metalúrgico, enviando a O. Rojas y M. Bruguera como delegados[20]. El grupo del BOC de Monistrol colaboró con Front, la publicación comarcal del BOC. Su corresponsal para ese periódico era Marià Rubiol.

Para que veamos como estaban las cosas en 1934, en la primavera de aquel año hubo una dura huelga en Puig i Font y en el transcurso del conflicto unos atracadores robaron las nóminas de los trabajadores provocando serias protestas de los afectados y un quebranto económico de la empresa.

Otro grupo político creado en aquella época fue la sección de Monistrol de Unió Socialista de Catalunya, USC. En abril de 1933, promovieron un congreso de fusión con el PSOE de Catalunya. En aquella ocasión participaron agrupaciones de toda Catalunya. Monistrol también envió una delegación que representaba 35 socios – aunque un estudio estima más realista hablar de 23[21]. No conocemos sus integrantes a ciencia cierta pero seguramente los encontraron en el entorno de ERC, del BOC y el SAT.

El 6 de octubre se paralizó el pueblo. La huelga detuvo la actividad de las fábricas y el pleno del Ayuntamiento se posicionó a favor de la proclamación de Lluís Companys. Pero al día siguiente llegaron 25 guardias de asalto y reestablecieron el orden. Se desplegaron en el pueblo y en la colonia Gomis, cuyo salto de agua era esencial. Allí rodearon la casa del capellán con la intención de detenerlo. Los revolucionarios colocaron una caja de dinamita bajo el puente del tren cremallera, que no hicieron detonar.[22] Según le escribía Joaquín Serrano a Pedro Flores en los años 60, en esos momentos los anarquistas de Monistrol se hicieron con 15 pistolas que abandonaron los revolucionarios.

El movimiento revolucionario de Octubre se saldó con 25 detenidos entre los que estaban: Joan Bel Gil (BOC), Josep Bergés (ERC), Joan Busquets Miró (ERC), Joan Carol Serrat, Bernardí Corral Devesa (FETE-UGT), Francesc Franquesa Gou (BOC), Josep Garrofet Tamonera, Joan Gispert Gibert (alcalde, ERC), Miquel Guilanyà Oliver, Antoni Nogueró Roma, hijo (BOC, SAT), Antoni Nogueró Nogueró, padre (BOC, SAT), Josep Pagès Pujol, Joan Queralt, alias “Boira” (BOC), Joan Ribes Gibert, Francesc Rodamilans Grau, Francesc Sansa Monlo (secretario del Ayuntamiento), Josep Tarruella Boira (BOC), Enric Villuendas Clavel (ERC) y Pere Viñals Franch (SAT). Podemos ver que el sector de la Alianza Obrera se llevó la peor parte, cosa que puede indicar también que en Monistrol quien dirigió la insurrección fue más ese sector que ERC.

Las autoridades militares pusieron al mando del pueblo una comisión gestora a cargo de Pedro Centellas Balada, Antonio Sin Morancho y Joaquim Bach Besa. Y, aprovechando la situación, la patronal rompió el pacto colectivo cerrando Unión Algodonera, dejando en la calle 400 obreras y obreros [23].

La CNT siguió con el local cerrado hasta las elecciones de febrero de 1936. Incluso padeció cuatro detenciones de militantes suyos, en marzo de 1935. No solo eso, sino que, a partir de octubre de 1934, el sindicato perdió la confianza en Francisco Barrera[24] y éste no volvió a aparecer nombrado.

En estas condiciones se produjo el Àplec Tradicionalista de Montserrat, en octubre de 1935. Este encuentro carlista de masas en la montaña de Montserrat fue un acto político contra la República, en donde se juntó la extrema derecha tradicionalista con numerosos religiosos reaccionarios[25]. Evidentemente la clase obrera de los alrededores no esperaba nada bueno de aquello.

El Frente Popular

Con la Alianza Obrera quebrantada, las elecciones de febrero de 1936 abrieron un nuevo escenario político y social. Las fuerzas republicanas realizaron un importante mitin en el Centre d’Esquerra de Monistrol, en el que participaron Ramon Junyent, por ERC, Granier Barrera, por USC, y Francesc Senyal, que hizo un discurso muy emotivo haciendo recuento de agravios, como simulacros de fusilamientos por parte de la fuerza pública – tras derrotar el movimiento de Octubre – en Sant Feliu Sasserra o el Pont de Vilomara, o relatando las huelgas de entonces y la necesidad de liberar a los 30.000 presos políticos[26].

El día de la votación los Benedictinos recibieron insultos y amenazas cuando acudieron a votar. Ciertamente se respiraba un ambiente de tensión y revancha. Las izquierdas de Monistrol derrotaron a las derechas por 842 a 623 votos y se restauró el anterior consistorio dirigido por Joan Gispert de ERC.

Los republicanos celebraron su congreso en mayo y enviaron como delegados por Monistrol a Francesc Sort Fábregas y a Ignasi Grau Mas. Su junta estaba presidida por Enric Villuendas y Jaume Serra Antich.

La nueva situación aperturista permitió que la CNT pudiese volver a abrir su local tras tres años clausurado. Enseguida organizó un mitin con los militantes Antonio Ortiz y Ricardo Sanz, del conocido grupo Nosotros de Barcelona. Para el Congreso de Zaragoza, en mayo, el sindicato volvía a estar en marcha. Los delegados de Monistrol representaban a 556 personas afiliadas. A finales de mes el Sindicato Autónomo participó en el Congreso de Unidad Obrera, impulsado por el POUM. Sin embargo, ese sindicato estaba en crisis, como demuestra el hecho que a primeros de junio el SAT votó a favor de ingresar en la CNT por 48 a 10 votos, con una abstención[27].

Así que en aquellos momentos existió un cierto auge a favor de la CNT. Si el anarcosindicalismo acababa de solucionar el conflicto con el BOC/POUM, en julio se celebró una conferencia de Manuel Pérez (reconocido faísta) en el Ateneo Republicano. Además, allí se recogió dinero para la dura huelga de la construcción de Madrid que llevaba a cabo la CNT[28]. Podemos concluir que también se había solucionado parte del mal ambiente existente con los republicanos.

Aun así, existían 600 trabajadores en el paro, ya que había 2 fábricas cerradas. No todo el mundo podía llegar a fin de mes, y los desahucios eran un gran problema. Por aquel entonces, según el censo, Monistrol tenía 3.497 habitantes.

La guerra civil

Llegamos así al 19 de Julio. Para aquel día la ciudadanía de toda España se agolpaba para escuchar la radio, ávida de noticias del alzamiento militar. Tras conocerse la victoria del pueblo en Barcelona, se arremolinó una multitud en la calle de Monistrol con ánimos entre jubilosos y revanchistas. Ciertos derechistas destacados abandonaron el municipio en sigilo. El día 21 se creó el Comité Revolucionario Antifascista, con miembros de ERC, del POUM y la CNT. Sacaron armas de donde pudieron y levantaron barricadas en las carreteras de entrada al pueblo. También controlaron la estación de tren. La Causa General no es clara especificando quienes formaban parte del Comité, aunque nombra a Teófilo Granados Sánchez, José Granados Sánchez, Nicolás Gargallo Salinas (todos de la CNT), a Joan Gispert, Enric Villuendas y Ignasi Graus (todos de ERC) y a Magí Zarja Capdevila (desconocemos su organización). Las patrullas milicianas de aquellos días estaban dirigidas por Joan Mayordomo (CNT) y Josep Paulet (POUM). Otro de los participantes en el Comité fue Antoni Nogueró Roma (POUM), y su hijo, Antoni Nogueró Nogueró, fue miembro de las patrullas de la retaguardia. 

El Comité de Monistrol fue especialmente temido. El recuento de muertos en el municipio supera la veintena, 22[29]. Diez de ellos fueron ejecutados la noche del 31 de agosto, supuestamente tras llegar al pueblo malas noticias desde del frente de Mallorca, en donde habían caído cinco milicianos del POUM de Monistrol. Sin embargo, los rumores decían que en Porto Cristo habían sido ejecutados todos los hijos de Monistrol. La conmoción fue mayúscula y pronto se exigió realizar actos de represalia.

Entre los asesinados estaban el alcalde y dos jueces municipales de derechas de 1935, varios militantes carlistas o de la CEDA y dos o tres religiosos. Los diez fueron detenidos por el Comité, interrogados en el Ayuntamiento y más tarde fueron sacados en tres camiones para ser asesinados en la carretera de Collbató.

Hay que añadir que los milicianos de Monistrol se unían con otros de otros pueblos cercanos, como Castellbell i el Vilar, El Bruc, Collbató, Olesa de Montserrat, Esparraguera o Vacarisses, para realizar una especie de “expediciones punitivas” por la región montserratina que producía auténtico terror entre las personas de derechas.  

Según relata Carles Gerhard[30], para ellos era hacer Justicia, con mayúsculas, sin pretender reparar hechos concretos. Se trataba de una reparación moral de la gran injusticia que a sus ojos suponía que unos militares sublevados hubiesen comenzado la guerra, con las tremendas matanzas en toda España que llegaban a su conocimiento a través de los periódicos. Simbólicamente, era un castigo colectivo contra una clase que acababa de ser derrotada en Catalunya.

Desde las primeras semanas de la guerra las organizaciones comenzaron a incautar edificios. El Comité era la institución encargada de aprobar las acciones. La CNT tomó el Convento de las Dominicas, el 23 de julio. Se incautaron pisos de Salvador Daura, Josep Serra, Joan Gibert, Francesc Comas, Maria Font Gibert, Agustí Nogués, Josep Ramon Pasqual, Josep Nicolás Olzina y Francesc Barquet. Tuvieron otro piso en la Plaza de la República, 7, propiedad de Josep Ramon Pasqual, y otra propiedad suya fue incautada por el PSUC.

La CNT predominó numéricamente durante toda la guerra, llegando a 860 afiliados meses después. En alguna estadística incluso decían ser 950 afiliados. Contaban una pequeña sección de campesinos, con unos 30 afiliados[31]. La CNT estuvo acompañada por una agrupación de Juventudes Libertarias, otra de Mujeres Libres, otra de la SIA y un grupo de la FAI.

El 27 de julio se formó la UGT. Formó el Sindicato del Fabril y Textil y pronto atrajo a bastantes obreros y obreras que estaban en el paro por el cierre de las fábricas. Aunque no es fácil decirlo a ciencia cierta, por los nombres de los implicados, podemos intuir que la UGT y el PSUC de Monistrol procedía de algunos militantes de USC, ERC y del POUM, quizás descontentos por la posición hegemónica que acababa de tomar la CNT en el municipio. Expropiaron un edificio del Marqués de Monsolís (Nicolás Olzina, que huyó unos días antes, y el Ayuntamiento lo acusó de faccioso). La UGT creció velozmente hasta unos 750 afiliados para septiembre de 1937. Creó un sindicato de Oficios Varios, otro de la Construcción, otro de Transportes y uno del Metal. El Ayuntamiento le cedió otro piso incautado en la calle Guillem de Pallejà. Igual que la UGT creció el PSUC, formado a partir de la Agrupación Socialista local afín a la USC. Este partido, aunque no fue dominante de la vida política local tuvo bastante importancia, y se proyectaba – además de a través del sindicato – mediante Socorro Rojo Internacional.

Además, estaba el Sindicat Agrícola Cooperatiu, que se incautó de un local en la calle Salvador Seguí, 26, propiedad de Joaquim Reig, según informaba el presidente de esa entidad, Joan Ribas, al Ayuntamiento. Estat Català también pidió un inmueble en la calle Carlos Amat. Pero estas dos entidades tuvieron que esperar hasta 1937 para que se les concedieran los locales legalmente.

Después de las incautaciones llegó una oleada de colectivizaciones. Las principales industrias y comercios fueron colectivizados o puestos bajo régimen de control obrero. Esto es lo que ocurrió en el ferrocarril, en el aéreo de Montserrat, en la fábrica Puig i Font[32], en la Colonia Gomis (Fuerzas y Riegos, SA), entre otras. De hecho, el Ayuntamiento municipalizó la colonia, aunque cedió el salto de agua para su gestión por parte del comité obrero. En cambio, las naves de la fábrica de la Unión Algodonera, que por entonces estaba parada, fueron reconvertidas en fábricas de guerra, llamadas escuetamente “Fábrica núm. 4” y “Fábrica núm. 5”, respectivamente. Las máquinas fueron trasladadas desde la Casa Elizalde de Barcelona. Fue una forma de proporcionar empleo para la población. 

Durante la guerra también se municipalizó la empresa de aguas y se realizaron distintas obras de canalización, llevando el agua y la luz eléctrica a nuevos lugares. En 1937 se creó la Agrupación de las Industrias de la Construcción y la Madera CNT-UGT. Por último, existió una cooperativa de consumo llamada La Providencia Obrera.

Otro factor destacable en estos primeros meses de la guerra fueron las milicias. Tanto el POUM como la CNT organizaron las suyas. El POUM de Monistrol envió un nutrido grupo de unos 20 voluntarios a las Baleares. Se dice que cuando Bayo dio la orden de abandonar la Operación de Mallorca en el pueblo se dio por hecho que los suyos iban a morir irremediablemente o que ya habían muerto, como hemos visto anteriormente, esto fue motivo para perseguir y asesinar encanizadamente derechistas y sacerdotes[33].

La CNT envió un grupo de unos 10 o 12 voluntarios en agosto con la Columna Ascaso. Como curiosidad, se unieron a esta columna de forma indirecta, ya que ingresaron en la Columna Vallés Oriental. La razón de ello muy probablemente se debe a que esta columna, que partió de Granollers, estuvo dirigida por Ginés Mayordomo, un viejo conocido del pueblo.

Otros milicianos se fueron con la Columna Ortiz. Y en septiembre salió otra docena de milicianos con la Columna Tierra y Libertad.

El Monasterio de Montserrat

Al hablar de Monistrol, no podemos dejar de hablar de Montserrat, del monasterio. Ya hemos comentado que en 1935 hubo una importante concentración de carlistas en su recinto. Según las crónicas, acudieron 30 o 40.000 personas, cifra bastante inflada, por cierto, pero muy numerosa de todas formas. La clase obrera de los alrededores creía firmemente que los monjes del monasterio tenían algún plan para unirse a la rebelión militar. En Barcelona, algunas iglesias fueron utilizadas en los combates callejeros, como refugio seguro para los militares y fascistas sublevados o como almacén de armas.

Como todos los veranos, Monistrol atraía numerosos visitantes. En esos momentos allí había alrededor de 1.500 personas. Lo que equivalía a casi la mitad de la población del municipio. Así que hay que comprender los recelos del Comité de Monistrol cuando miraban hacia el monasterio. Además, había más de 200 religiosos y monjas.

La Generalitat tenía sus propios planes. El conseller de Cultura, Ventura Gassol, fue muy rápido en encontrar una solución para este problema. Desde la Generalitat se envió un autobús con quince mossos d’esquadra para proteger el monasterio, o conquistarlo en caso de que se hubiese sublevado – cosa que no esperaban. Montserrat quedaría confiscada por la Generalitat y, de esta manera, segregada de Monistrol[34].

Así pues, el día 21 por la noche el autobús de los policías llegó a Monistrol. No subieron hasta su destino porque en su parada de Esparraguera las personas con las que hablaron los asustaron diciendo que el monasterio seguramente se habría sublevado. El día siguiente, ascendieron nerviosamente casi empuñando las armas en el autobús. El Comité aportaba dos o tres coches con milicianos. En Monistrol habían pensado que necesitarían algún mediador para no ser recibidos a tiros. Así que se llevaron consigo al párroco. Éste fue el primero que bajó del autobús[35].

La plaza estaba desierta. Encontraron miradas atemorizadas que asomaban tímidamente por las ventanas. No había rebelión por ninguna parte. Todo había sido producto de la imaginación. En realidad, los monjes vivían en su mundo y en aquellos momentos estaban aterrorizados. Algo parecido debían de sentir los miles de turistas que se encontraban allí. Realmente pensaban que turbas asesinas vendrían a lincharlos.

Recibieron con alivio a los mossos d’esquadra y todo su interés era conocer qué había ocurrido en el mundo de los mortales. Definitivamente Montserrat no iba a ser otro Alcázar de Toledo. El Comité dejó un miliciano de guardia y los coches se marcharon sin importunar a nadie. Este miliciano se dedicó a dar información de lo que estaba pasando en España.

El día 23 llegó un enviado de la Generalitat y desde ese mismo día se fue evacuando a todo el mundo. Llevaban el sello del Comité de Monistrol, que les permitiría llegar a sus destinos. Los organizadores de la evacuación metían en cada autobús algún monje con ropas de civil. En pocos días se vació el monasterio y sus hoteles. Pronto, los trabajadores constituyeron un comité de empresa en aquellos lugares.

A finales de aquella semana, llegó como una plaga una multitud desde Esparraguera, Olesa y otros lugares y entró en las fincas que utilizaban los frailes, como Can Castells o Can Estruc. Arrasaron la destilería. Los mossos d’esquadra intentaron impedirlo, pero en esos momentos cualquier medida de fuerza hubiese sido fatal para ellos[36].

Pero el 3 de agosto, en la montaña, se descubrió por casualidad, escondida cerca de un cementerio, una caja de armas largas tales como Winchester o máusers, y pistolas. Esto fue interpretado por el pueblo como una prueba irrefutable de que los monjes estaban implicados en la conspiración[37]. Así pues, la montaña se llenó de buscadores armas y de fabulosos tesoros, que suponían que habrían enterrado los frailes.

Los monjes tuvieron un destino terrible, puesto que algunos fueron reconocidos y detenidos en Barcelona a lo largo del mes de agosto. Nueve de ellos fueron ejecutado en la parroquia de San Elías, por entonces cuartel general de las Patrullas de Control de Barcelona. Otros en Montcada i Reixac, en Cardona o Molins de Rei. En total 23 frailes de Montserrat encontraron la muerte.

A partir de agosto, se hizo cargo de Montserrat el diputado comunista Carles Gerhard. Al normalizarse la situación convirtió el monasterio en un centro de cultura. Fue un lugar de peregrinaje, por así decirlo, para políticos, intelectuales y periodistas, que lo utilizaban para desconectar de la guerra. Los hoteles de Montserrat fueron utilizados para albergar refugiados, a finales de 1937, y más tarde, en abril de 1938, en el hospital militar llamado «Clínica Militar Z».

La vida municipal

Pero volvamos a Monistrol. El día 23 de octubre se celebró el pleno municipal que cambió la composición del Consejo, dando entrada a los partidos y sindicato que habían combatido el fascismo. ERC estuvo representada por Enric Villuendas Clavel, Ignasi Grau Mas y por Amado Giner Falcó. La CNT por Joan Martí Farnós, Josep Batista Serra y Miquel Cañadas López. El POUM por Antoni Nogueró Roma y el recién constituido PSUC por el anterior alcalde Joan Gispert Gibert. Además, la UGT tenía su propio grupo municipal con Josep Dols Membrado. Cerraba esta lista Unió de Rabassaires, que estaba representada por Amadeu Font Carbonell. Se nombró por mayoría absoluta a Enric Villuendas como nuevo alcalde-presidente[38].

A continuación, se crearon unas comisiones para centrarse en tareas concretas. La CNT presidió la de Defensa, Trabajo y Finanzas, que eran las más importante. El PSUC presidió Agricultura (y más tarde Abastos). Y ERC la de Cultura y Sanidad.

De entre las primeras decisiones estuvo retirar las barricadas que controlaban el pueblo y reducir el número de milicianos de diez a cinco. También se confiscaron todas las radios del pueblo, puesto que se sabía que había gente que sintonizaba las emisoras del bando nacional. Las repartieron entre personas de izquierda. También se decidió que los muebles de los edificios incautados fuesen vendidos y dedicar ese dinero a los milicianos del frente. En ese mismo sentido, el Ayuntamiento incautó todas las propiedades de los ciudadanos que habían desaparecido del pueblo, declarados facciosos y, por tanto, enemigos.

De entre las medidas de carácter económico destacó la suspensión de los alquileres. Se decidió que solamente tenían que pagar las personas o familias más pudientes hasta que el ayuntamiento fuese capaz de hacerse cargo de toda la vivienda existente. Los sindicatos pidieron socializar todos los talleres y el comité del teleférico anunció que había creado una cooperativa para sus empleados y familiares. La CNT anunció, por su parte, que tenían una granja agrícola en la finca cal Baldiri.

En cambio, otro tipo de colectivizaciones fueron un fracaso. Por ejemplo, la del ganado. En este caso, se estuvo planteando la colectivización de las vaquerías y establos. Así que los ganaderos no compraron nuevas vacas pensando que se las iban a quitar. Por tanto, en el Consejo Municipal se desanimó esta colectivización para no tener problemas de abastecimiento de leche más adelante.

En el mes de marzo, se disolvió la consejería de Defensa, ya que fue asumida por la Generalitat. Hubo diversos cambios de consejerías. Para entonces estaba arreciando la campaña contra la revolución y contra el POUM. Este partido hizo algunas declaraciones de queja, debido a que el PSUC les estaba acusando de facciosos. En ese momento entró el cenetista Teófilo Granados Sánchez, y durante unos meses fue realmente el alma del Consejo, haciendo la gran mayoría de las propuestas, aunque no siempre llegaron a buen puerto.

En abril, tuvo lugar una discusión más acalorada de lo normal. La CNT se negó a aceptar las levas de nuevos soldados y pidió que solamente se incorporasen voluntarios al Ejército. Pedía que el Consejo Municipal se manifestase también en ese sentido. El resto de partidos estuvo radicalmente en contra, alegando que estaban de acuerdo con las levas, y que si la CNT tenía algún problema con ello, que hablasen con sus representantes en el Gobierno republicano que las habían aceptado. El secretario del Ayuntamiento recordó que si el municipio no cumplía con una ley tan clara podría ser declarado faccioso. Solamente el POUM se abstuvo.

En esas semanas la CNT pidió el local que se le había cedido a Estat Català, lo que fue negado por el resto de partidos. También se pusieron de manifiesto unos problemas que el POUM y la CNT habían tenido con uno de los serenos, que debía de ser del PSUC – recordemos que los serenos tenían las llaves de las casas. El representante del PSUC respondió lacónicamente en el pleno que ellos nunca se habían planteado asaltar los locales de los demás, pero que si el suyo fuese atacado lo defenderían sin dudarlo. Los Hechos de Mayo tuvieron lugar por aquellos días.

En julio se clausuró el local del POUM por orden del Delegado de Orden Público de la comarca. Por más que protestó ese partido, fue inútil. Aun así, el consejero Nogueró ejerció hasta octubre, cuando la Generalitat decidió expulsar el POUM de todos los ayuntamientos. El resto de los partidos agradeció a Nogueró su actuación, demostrando algo de empatía hacia su situación.

En julio se creó la Junta Agraria local y por aquella época se convirtió la fábrica Unión Algodonera en una industria de guerra, trayéndose maquinaria especial de Barcelona. Fue una buena noticia para la anterior plantilla, que estaba parada desde hacía casi dos años. También en esa época se suspendió la vigilancia por parte de milicianos y la seguridad corrió a cargo de la fuerza pública tradicional. En ese verano algunos jóvenes del pueblo no se presentaron a las levas militares. La CNT pidió que no se los considerase desertores, puesto que eran de los suyos y ya los asignaría a alguna de sus unidades.

Con el transcurso de la guerra se puso de manifiesto el problema de los abastos, ya entonces controlados por el representante del PSUC. Fue una delegación del Ayuntamiento a Barcelona para hacer que el monasterio colaborase económicamente con el municipio. Faltaban muchos productos básicos y en los alrededores del pueblo proliferaban muchos huertos particulares. En septiembre, además, llegaron 300 refugiados, que al principio se los intentó repartir por las casas, pero ellos mismos no querían ser divididos. Más adelante se los acomodó en algunos edificios y en los hoteles de Montserrat.

En el pueblo se habían cambiado algunos nombres de calles por propuesta del POUM. La CNT promovió el cambio de las calles Carles Amat y Prat de la Riba, por Ascaso y Durruti, cosa que fue aceptada con el Consejo Municipal. Esta decisión fue apelada por Estat Català desde fuera del consistorio, ya que no tenía representación formal. Otras cuestiones relevantes fueron las obras de las escuelas o la de la carretera con Guardiola y la impresión de papel moneda para uso local.

Para noviembre el Consejo Municipal se componía por Enric Villuendas, Ignasi Grau y Francesc Sort, de ERC; Josep Gispert, Joan Bel Gil y Bertran Enric Llorens, del PSUC; Amadeu Font, de UR; y Josep Soldevila, Jaume Sardà y Josep Soriano, de la CNT. Y como en el año anterior la CNT se ocupó de las consejerías más significativas como Gobernación, Trabajo o Finanzas.

En 1938 el cambio de consejeros fue una constante por diversas cuestiones. En octubre el alcalde Villuendas tuvo un accidente y fue sustituido por Ignasi Grau, de su partido. Y este fue el último alcalde republicano de Monistrol.

El final de la guerra

Del final de la guerra hay que hacer mención a los numerosos refugiados que se instalaron en el municipio y a las diversas unidades militares que iban y venían. En la montaña, algunos hoteles fueron reconvertidos en hospitales de sangre o centros de recuperación de soldados heridos. Del pueblo, murieron en diversas acciones de guerra 22 jóvenes como mínimo.

Los Nacionales entraron a finales de enero de 1939 en Monistrol de Montserrat. Quisieron vengar a toda costa a los “mártires” del convento. La gente del pueblo lo sabía y abandonó en masa la población, destino a Francia. En el censo de 1940, se cuentan 2.746 personas, es decir, ¡700 personas menos que en 1936!

Cabe recordar que el día 25 de enero, con la guerra ya decidida, el pueblo sufrió un violento bombardeo, que dejó buena parte de sus edificios en ruinas. Por tanto, tendría explicación este brusco descenso de población. Uno de aquellos edificios fue la estación de ferrocarril, que tuvo que ser reconstruida por completo tras la guerra.

Hubo 89 personas que pasaron por los tribunales del régimen franquista siendo juzgadas sumarísimamente. Y, de entre ellos, ocho fueron ejecutados en el Campo de la Bota: Antonio Nogueró Roma (POUM), Antonio Nogueró Nogueró (POUM), Luis Varela del Rio (POUM), Valentí Planas Subirana (CNT), Josep Dols Membrado (UGT), Josep Cots Puig, Joaquim Coll Nogués (POUM) y José Batista Serra (CNT). Además, aunque fueron condenados a muerte, recibieron un indulto, Baudilio Filló Senabre, Vicente Costa Simón, Joan Fábregas Creus y Vicenç Nogueró Nogueró. Esta familia que, vio dos de sus integrantes ejecutados, además tuvo a Antonia Nogueró presa.

Conclusiones

Tras ver cómo transcurrió la guerra en Monistrol nos podemos quedar con algunas conclusiones. Como hemos visto, en 1930-33 hubo un periodo en el que existía una disputa por el liderazgo del movimiento obrero. El sector anarquista controló, en la medida de lo posible esa situación, y expulsó a sus rivales del BOC. Estos crearon su propio Sindicato Autónomo, que llegó hasta poco antes de la guerra civil. En paralelo, los republicanos participaron a su manera en esta disputa entrando en conflicto con la CNT, y viceversa. El Sindicato estuvo ilegalizado hasta 1936. Así que, para aprovechar el tiempo, la juventud obrera fue configurando un movimiento anarquista local con cierto arraigo.

Según la memoria oral hubo una fuerte división en torno al origen, considerando a la CNT o al anarquismo como cosa de “castellanos”. No podemos estar de acuerdo con esta afirmación y basta con observar cualquier listado de nombres y apellidos para darnos cuenta el origen catalán de la mayoría de sus militantes más destacados, aunque los hubiera de otras procedencias.

Para 1936, dado el ambiente de unidad que existía, la CNT reapareció de otra manera, más centrada. Con ello absorbió el Sindicato Autónomo. Tras el inicio de la guerra, la CNT-FAI y el POUM tomaron el control del pueblo. También apareció la UGT, promovida por ciertos militantes socialistas y de ERC tales como Jaume Serra Antich, Josep Gispert Gibert o Josep Puigdellívol Sans (dirigentes a la vez de ERC o del PSUC y de la UGT). De la misma manera apareció el PSUC, organizado a partir del núcleo local de la USC. Esta nueva organización absorbió algunos militantes como Josep Dols o Josep Bel que habían estado en el BOC.

A efectos prácticos, todo indica que la CNT fue la fuerza que dominó el pueblo, con cierta connivencia con ERC, o un sector de la misma. El ambiente entre las distintas fuerzas antifascistas fue cordial y colaborador, exceptuando unas semanas antes y después de los Hechos de Mayo de 1937 con evidentes tensiones entre la CNT y el POUM, por un lado, y el PSUC por el otro. 


[1] Esto se recoge en El Trabajo, mes de mayo de 1923.

[2] Solidaridad Obrera, 30/10/1930

[3] Solidaridad Obrera, 15/05/1931. P.6

[4] Solidaridad Obrera, 23/06/1931

[5] En esa ficha hacen un resumen detalladísimo de la economía del pueblo. En esos momentos (1932) cuenta con 600 afiliados. Indican que hay 300 afiliados a “otros organismos” y 400 sin organizar. Estadística. Pueblo de Monistrol de Montserrat. Fondo CNT (España). Carp. 93B.2.3. IISH. Archivo de Amsterdam.

[6] Solidaridad Obrera, 28/10/1931

[7] Llegaron a una treintena de militantes en 1931. Serra, Jaume (1988). p. 103

[8] Los negociadores fueron Barrera, Triadú, Jubenteny, Josefa Ros y Emilia Carbonell. Solidaridad Obrera, 13/03/1931

[9] Solidaridad Obrera, 05/01/1931

[10] Solidaridad Obrera, 03/11/1931

[11] El Diluvio, 12/01/1933, p.8 nos ofrece una lista diferente: Juan Bermas Moreno, Pedro Belmonte Gallardo, Domingo Beltrán Pérez, Carmelo Chaco Palau, José Fernández Rodríguez, J. José Granados Sánchez, José Pérez Román, Ángel Ros del Castillo y Antonio Solá Fontanet.

[12] Solidaridad Obrera, 05/03/1932

[13] Más tarde será conocido como Paulino Malsand Blanco (Paulino, como su padre). Es hijo de un ingeniero de minas francés que se asentó en Sallent. Al fallecer su esposa Rafaela Blanco fue a Monistrol con sus hijos Emilio (Paulino), Maria, Dolors, Felissa, Monserrat y Joana. La noticia de la muerte de Rafaela apareció en Solidaridad Obrera, 23/08/1932. p.6

[14] Se pueden leer descripciones en Solidaridad Obrera, 10/11/1931 y 13/11/1931

[15] Solidaridad Obrera, 03/05/1932.

[16] Redacció. En el nom de Mayordomo. Nació Digital Granollers. 12/11/2014. Consultado el 24/01/2023
https://www.naciodigital.cat/naciogranollers/noticia/21486/nom-mayordomo

[17] CDMH, Salamanca. Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 140, 4, carp. 3, doc 5

[18] Serra, Jaume (1988): p. 103

[19] Durgan, Op. Cit. p. 459

[20] 9 y 10 de junio de 1934. El Trabajo, 11/07/1932, p. 4

[21] Martin Ramos, Josep Lluís. La unió socialista de Catalunya (1923-1936). p.175

[22] Citado en López Esteve, Manuel (2012) Els fets d’octubre de 1934 a Catalunya: més enllà de l’acció governamental. UPF (tesina). p.257.

[23] Serra, Jaume (1988): p. 119

[24] Firma José Serrano. No se indica el motivo de esa decisión. Solidaridad Obrera, 12/10/1934

[25] Calleja, Eduardo; Aróstegui, Julio. La tradición recuperada: El requeté carlista y la insurrección. Revista Historia Contemporánea, n.11, pp. 29-53.

[26] El Dia, 18/01/1936, p.1

[27] Solidaridad Obrera, 04/06/1936.

[28] Solidaridad Obrera, 11/07/1936 y 14/07/1936

[29] Según la Causa General el listado es: Joaquim Bonsoms, Josep Trilla Lastra, Joan Claramunt Soler, Pere Centelles Balada, Joaquim Bayo Pagès, Carles Vergés Prat, Lluís Fortuny Vilella, Josep Serra Anglada, Antoni Serra Santuré, Joan Serra Santuré, Arcadi Guixá Coca, Jaume Casals Biarnés, Pere Llumá Guitart, Carles Llumá Bruguera, Jaume Puig Vila, Josep Puig Elias, Sebastià Gordi Prats, Josep A. Perpinyà Mas, Santiago Mas Pons, Josep Palmadas Arumí, Isidre Guis Flo y Adolf Calonge Morera.

[30] Gerhard, Carles (1982). Comissari de la Generalitat a Montserrat (1936-1939). Publicacions Abadia de Montserrat.  pp. 103-104

[31] Josep Biarnés era su secretario. CDMH, Político-Social – Barcelona, Generalitat – Legajo , 920, 1, 36

[32] Es interesante notar que en el Comité de Control estaba Jaume Serra Antich, por UGT. Era miembro destacado de ERC.

[33] Gerhard, 1982: pp. 310-314

[34] Gerhard, 1982: pp. 8-11

[35] Gerhard, 1982: pp. 13-24

[36] Gerhard, 1982: p. 65

[37] Gerhard, 1982: p. 66

[38] Libro de actas del Ayuntamiento. 23/10/1936. Fondo Monistrol de Montserrat. Arxiu Comarcal del Bages.